Tepic, Nayarit, jueves 21 de noviembre de 2024

El Globo

Rocío Alegría Treviño (Cielo)

29 de Noviembre de 2023

En una ciudad, de Estados Unidos, cercana a la costa, vivía Brad, un niño hermoso, que contaba con seis añitos, sus abuelos maternos, eran los que lo cuidaban y sostenían, fuera de su casa había una playa, donde él se entretenía jugando a los piratas, correteando con las olas que, al reventar, dejaban su estela blanca y espumosa.

Era feliz, pero una sombra de tristeza lo inundaba, al nacer, había muerto su madre, pues fue un parto muy difícil y no pudieron salvarla, así que la conocía solo por fotos y por lo que le decían sus abuelitos de ella. Había sido una mujer muy linda y dulce, que esperaba con amor a su bebé, pero el destino le deparó una mala jugada y había muerto para que su hijo viviera, así sucede a veces

Trataba de formarse su rostro más le era difícil, sus abuelitos eran consentidores, lo adoraban, pero él añoraba tener a su mamá, soñaba con ella y pensaba por qué no había tenido con él a su madre, por qué la vida era tan injusta. Veía a otros niños que los recogían de la escuela sus mamás y los miraba tristemente, observaba la dulzura con que las mamás acariciaban el cabello desordenado de sus hijos, la sonrisa radiante con que los recibían, los abrazos cariñosos, en fin, anhelaba tanto … tener a su madre.

Un día llegó a casa con un globo enorme, era muy hermoso, tenía una estrella de cada lado y con la luz del sol brillaba con intensidad.  Sus abuelos sorprendidos le dijeron ---- ¡Brad, qué bonito globo! ¿Lo compraste? ¿O te lo regalaron?  Y quien me lo iba a regalar, si ustedes no me lo dieron, pues claro que lo compré --- contestó Brad. Los abuelos, sorprendidos por la respuesta, solo atinaron a guardar silencio. –Brad les dijo --- Miren ¿ya vieron las estrellas tan hermosas que tiene? ¡Claro son muy lindas! ¡Contestó Milla, su abuela!  Pues sí --- dijo Brad ---es porque ustedes me han dicho que mi mami está en una estrella, así que por eso compré una con estrellas. Para que mi mami las vea y se regrese conmigo. Sus abuelitos con tristeza, solo callaban, se les encogía el corazón del dolor de su nietecito y el de ellos al perder a su querida hija.

¿Y qué harás con él preguntó Peter, su abuelo?  Brad --- le dice ---Haré una carta a mamá, la colgaré del globo y la mandaré a las estrellas, donde está ella y la esperaré, porque sé que al leer mi carta y saber que la extraño y quiero mucho, ella se vendrá a vivir conmigo. ¡Asombrados Peter y Milla, que eran ya muy ancianitos, se preocupaban de que Brad, fuera separado de ellos al morir, pues no tenía a nadie, su papá nunca quiso saber nada de él desde antes de nacer, además su hija, jamás les dio el nombre! Si morían lo llevarían a un orfanato.

Otro día Brad al llegar de la escuela, se puso a escribir la carta, a la que le puso lo siguiente, con sus letras torcidas, pues apenas estaba aprendiendo a escribir. Mamita linda, te suplico, ya te vengas conmigo, pues quiero conocerte, sentir tus caricias en mi cabello, que me arropes de noche y me leas cuentos, que caminemos tomados de la mano por la playa y que te bañes conmigo en el mar. Escucharte cantar canciones de niños, aunque ya soy muy grande, me gustaría escuchar tu linda voz y que me cantes, mamita hermosa.

Sé que Dios te llevó porque te necesitaba, pero -- ¿Cómo Dios no pensó que yo era solo un bebé y te necesitaba más que él?  Además, ya le ayudaste mucho, pídele que te dé permiso de regresar conmigo, dile, que siempre te he extrañado y añoro con abrazarte mi mamita chula, por favor regresa conmigo, los abuelos están cansados y me da miedo quedarme solito. Te mando un beso. Tu hijo Brad. P.D. No olvides saludarme a Diosito y dile que me perdoné, pero que ya te dejé con él mucho tiempo.

Cerró la carta, la metió en un sobre adornado con estrellitas y le puso su domicilio y todos los datos del remitente.  Sus abuelos le dijeron Brad---No queremos que te ilusiones, cuando Diosito se lleva a una persona, no regresa nunca, porque él la necesita para siempre. – Brad enojado ---contesta ---que Dios tan egoísta, si él me la quitó desde chiquito, ni siquiera me dejó conocerla, ahora me la tiene que regresar.

Los abuelos retorcían sus manitas, sin saber que decir. Temían lastimar a Brad, pero tampoco querían engañarlo. Además ---dijo Peter, el globo a lo mejor no llega a las estrellas, están muy lejos y es imposible que un globo de esos de regalo, aunque tenga mucho gas, llegue al cielo ¡Ay no –dice Brad!  -- Uds. No tienen sueños, claro que va a llegar al cielo, y con mi mami a la estrella más hermosa que existe, claro que sí…. ¡Así será!

Por la tarde de otro día al llegar de la escuela, se llevó el globo, abajo traía la carta envuelta cuidadosamente en un plástico transparente, para que nada le ocurriera, ni se mojara ni nada. Corrió con él feliz, hasta la roca más grande que daba hacia el mar, el aire soplaba con fuerza y Brad feliz, decía allá va tu carta mamita, y esperando una ráfaga fuerte, soltó el globo y lo vio alejarse por la inmensidad del cielo, brillando las estrellas del globo con intensidad.

Los abuelitos acongojados, observaban desde el jardín lo que hacía Brad. -- No querían destruir sus sueños y solo deseaban que el globo tuviera buen destino. Brad, se sentó a mirar como el globo se iba alejando más y más hasta que lo perdió de vista, feliz, regresó con sus abuelitos, los abrazó y dijo ---iré a hacer mi tarea—Bien contestaron.

Todos los días Brad se asomaba al cielo, a ver si regresaba el globo, había pasado largo tiempo y no tenía respuesta, ni su mami había venido. ¿Qué pasaría? ---Se preguntaba, se rascaba su cabecita y asomaba con tristeza por la ventana. Nada… no veía nada. A los abuelos se les había olvidado el globo, solo pensaban en su bienestar.

Un día muy lejos de esa ciudad de Estados Unidos, Karen se levantó a recoger el periódico y sorprendida, le llamó a Ben, ---- Mira lo que amaneció en nuestro árbol.  Vieron con asombro, que un globo, medio desinflado, se había atorado en una de las ramas del árbol de su jardín. ¡Corre—le dice Karen a Ben, trae algo colgando!   Como puede Ben trepa al árbol y baja el globo, se queda sorprendido,

La carta que traía venía de Estados unidos, era increíble, lo que había viajado kilómetros y kilómetros, la abrieron y emocionados la leyeron, al hacerlo… Karen comienza a llorar, Ben se la pide y también sus ojos se llenan de lágrimas.  Qué ironía ellos estaban a punto de adoptar un hijo, pues después de tantas pruebas, no podían concebir hijos. Y pensaron en este niño tan deseoso de tener una madre.

Platicaron los dos y decidieron llamar a los abuelitos de Ben, para pedirles conocer a Brad y ver la posibilidad de adoptarlo, pues ellos ansiaban tener un hijo. Los abuelos al recibir la carta, emocionados, no podían creer que la carta hubiese llegado tan lejos, hasta Canadá.   Aceptaron con gusto. Y prepararon a Brad, de la próxima visita.  Brad les dijo --- ¿Es mi mami la que recibió el globo? --- No le dijeron sus abuelitos, son unas personas que recibieron el globo, tal vez Dios ahí lo mandó, pues ellos no han tenido hijos y solo quieren conocerte, pues les gustó mucho tu carta.

Brad, estaba feliz, no sabía por qué, pero algo bullía en su interior que lo entusiasmaba.  Por fin llegó el día tan esperado.  Brad, se arregló mucho, pues quería causar buena impresión, sus abuelitos, estaban nerviosos.  Llegaron Karen y Ben, cargados con regalos para los tres. Brad estaba feliz, abriendo regalos, pues no siempre tenía tanta suerte.

Después decidieron quedarse Karen y Ben unos días para conocerse y platicar con Brad.  Él estaba contento, pero le dijo a Karen, que estaba un poco decepcionado porque Dios no le había mandado a su mami, pero que trataba de entender, y le dijo que ella era muy dulce y amable.  Karen se sintió halagada, estaba muy feliz, por las noches platicaba con Ben y le comentaba que cada día se enamoraba más de Brad, que era muy inteligente y cariñoso.

Tuvieron que irse a Canadá pues Ben requería presentarse a trabajar, Brad, se entristeció mucho, quedaron de volver, de llamarse y corriendo se fueron al aeropuerto. Karen y Ben les habían ofrecido a Peter y a Milla, adoptar a Brad y llevárselos a ellos también a Canadá a vivir con ellos, para que Brad no se entristeciera, que lo querían como hijo y lo cuidarían siempre, pues para ellos había sido un milagro que el globo, quedara atorado en el árbol de su jardín, decían que era un milagro divino. Que no era coincidencia, que Dios se los había enviado.

Mientras sus abuelitos contentos, vieron que Brad los extrañaba, les quería llamar por teléfono a diario y dijo, que quería que ellos fueran sus papás, que le dolía no conocer a su mamita, pero que Dios solo quiere que la gente sea feliz y por algo se la había llevado, para que él pudiera tener una verdadera familia.  Más añoraba haber conocido a su verdadera mamá, les dijo a sus abuelos que, si quería ser hijo de Karen y Ben, pero que nunca se separaría de ellos.  ---- No te preocupes le dijeron sus abuelitos, si tu aceptas, también iremos nosotros, tampoco queremos desprendernos de nuestro nietecito adorado. Si dijo Brad, pero que quede claro, jamás olvidaré a mi mamita que está en el cielo. ¡La amaré siempre . . .  siempre . . . ¡

Y colorín colorado. . . este cuento se ha terminado.

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