Lucha político ideológica en el SUTSEM

Desde mediados del siglo antepasado se sabe que las relaciones jurídicas, políticas, ideológicas y las formas de Estado radican en las condiciones materiales de vida de la sociedad y que, su anatomía se encuentra a través de la economía política. Y es que la producción de la vida de los humanos únicamente puede darse en sociedad. Para ello, esto es, para su realización, los integrantes de la sociedad establecen ciertas relaciones. Pero estas relaciones no son relaciones de voluntad, sino todo lo contrario, son relaciones necesarias e independientes de la voluntad de las personas sin las cuales no pueden producir su vida material. Sin embargo el tipo o las formas de estas relaciones para la producción de la vida de los humanos dependen del grado de desarrollo de las fuerzas productivas materiales o del nivel de desarrollo científico-tecnológico de la sociedad. El conjunto de estas relaciones se conoce con el nombre de “estructura económica de la sociedad”.  Y sobre este conjunto se levanta la llamada “superestructura jurídica, política, ideológica, etc.,” a la cual corresponden ciertas formas de conciencia social o ciertos modos sociales de pensar y razonar. De aquí se sigue que el “Ser Social” es el que determina la “conciencia individual” del humano. Por lo tanto si existe un violento desarrollo científico-tecnológico y una lenta adecuación de las relaciones para la producción de la vida humana entonces se generan conflictos sociales de reacomodo de los humanos a las nuevas condiciones materiales de vida. Pero si a esto se le añade un lento ajuste de la superestructura jurídica, política, ideológica, etc., al nuevo desarrollo de la ciencia y la tecnología, vienen como consecuencia contradicciones estructurales que deben resolverse de alguna manera, ya sea en el mismo modo de producción o en el surgimiento de un nuevo modo de producir.

De alguna manera estas contradicciones estructurales se están viendo en el país. Y como consecuencia lógica se tiene una adecuación de la superestructura. En ella participan además de los partidos políticos sus organizaciones adherentes. Los partidos y los políticos  mexicanos están muy entretenidos en adecuarse a las nuevas condiciones de producción de la vida material de los humanos en el capitalismo mundial desplegado en México. De ello hablan las alianzas electorales de una supuesta izquierda con la derecha o con un supuesto centro, etc. O los bailoteos de los sindicatos y las organizaciones sociales otrora apartidistas y hoy definidos según soplan los vientos políticos. Ayer los que eran del PAN hoy son del PRI y los que hoy son del PRI mañana serán de otro partido, etc. Esto es normal en los momentos de los “ajustes no radicales” de las relaciones para la producción de la vida material de los humanos con el nuevo nivel de desarrollo de la ciencia y la tecnología así como con las superestructuras jurídica, política, ideológica, etc.

No debiéramos sorprendernos que al interior del SUTSEM se estén librando batallas político-ideológicas entre sus integrantes porque es lo mismo que está sucediendo en todos los partidos políticos y demás organizaciones sociales y sindicales del país. Recientemente la sección XX del SNTE, e incluso el propio SNTE y la CNTE están viviendo dicho reajuste político-ideológico. Sus miembros pasan de un color a otro. Y habrá que respetar sus decisiones aunque no estemos de acuerdo con ellas porque este es un fenómeno objetivo y la conciencia individual de ellos finalmente está determinada por las condiciones de su vida material. En ese sentido no hay que alarmarse porque a las reuniones del SUTSEM asisten los diputados locales del PAN. Si anteriormente las reuniones eran entre sindicalizados hoy es saludable la apertura a las otras corrientes político-ideológicas. Con esta práctica dicho sindicato deja de ser un instrumento exclusivo del PRI para convertirse en un espacio conquistable por los otros partidos. En la democracia la represión sale sobrando.