Suposiciones a la carta
Oscar González Bonilla
13 de Julio de 2023
Habitual ha sido la costumbre de gobiernos estatales anteriores, pero en el actual es deslumbrante, que no se den a conocer oficialmente a la opinión pública las razones fundamentales de la dimisión o renuncia exigida a funcionarios.
En el gobierno de Nayarit, presidido por Miguel Ángel Navarro Quintero, la cifra de personajes separados de sus cargos es cercana a los 30, en un lapso menor a los dos años de la administración estatal en funciones. Sin embargo, la dependencia responsable no ha emitido comunicación oficial, a través de boletines, sobre las causas que determinaron la salida del funcionario público.
Se ha comentado por escrito que ocho de los titulares de las dependencias de gobierno, de los dieciséis que son en el gabinete legal, se han ido. Se mantienen intactos desde el inicio de la actual administración navarrista los secretarios de Finanzas, Honestidad y Buena Gobernanza, Educación, Bienestar, Salud, Movilidad, Seguridad y Economía. Jamás de los jamases, en tan poco tiempo de administración, había ocurrido este singular acontecimiento que a algunos encoleriza y a otros entusiasma.
“Al igual han salido Subsecretarios, Directores Generales de OPD’S y coordinadores administrativos de las distintas dependencias. Unos, la mayoría han renunciado a sus cargos por no aguantar el ritmo de trabajo del mandatario estatal, Navarro Quintero. Otros no han dado el ancho ni el largo para cumplir con el trabajo de transformación de Nayarit y los menos han renunciado para ir por otros proyectos rumbo al 2024”, escribió en fecha reciente “El Tico”, menos conocido como Alberto Martínez Sánchez, defenestrado como titular de la Dirección de Comunicación Social el 22 de mayo del presente año.
Como lo sentenció Aristóteles: todos los aduladores son mercenarios y todos los hombres de bajo espíritu son aduladores.
No dar a conocer al pueblo bueno las causas que originaron la salida de funcionarios, es mal ejemplo que cunde. Pero además ha provocado que la opinión de la colectividad genere distorsiones de la realidad, que se desencadenen serie de especulaciones que rayan más allá de lo increíble. Por ejemplo, se dice del funcionario saliente que fue sorprendido en actos de corrupción.
También se especula que algunos funcionarios se fueron porque el gobierno estatal afectaría intereses económicos de amigos con estrecha cercanía. Prefirieron conservar la amistad que ser cómplices de una acción surgida desde instancias del poder absoluto y total.
También nacen conjeturas entre duchos en la materia, en el sentido de que en la administración navarrista existen cuando menos cuatro grupos políticos, actúan como mafias organizadas que tratan de defender sus intereses sin demasiados escrúpulos, mismos que al margen del gobernador intervienen en decisiones del quehacer en las diferentes dependencias. Se disputan supremacía. Por ello consideran que hubo altercado entre el secretario general de gobierno, Echegaray, y el asesor jurídico estrella, nombrado Gabriel Camarena, a quien el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero ha concedido mucha beligerancia. Otros enterados aseguran que Juan Antonio, prestigiado abogado mercantilista, tuvo desavenencias con el titular del poder ejecutivo, lo cual provocó su renuncia.
Hay quienes se atreven a especular que actos de deshonestidad, que derivan en corrupción, han imperado entre los dimitentes. Los han agarrado con las manos en la masa. Se dice que Gabriel Camarena ha caído en esta situación al través de la contratación de empresas constructoras venidas de la Ciudad de México.
Es una causa común, pues se asegura que la corrupción, la inmoralidad, existirá mientras haya humanidad en la faz de la tierra. Lo que quiere decir que la corrupción es consustancial al ser humano. Es la máxima pestilencia.
Las pedradas del populacho van en todos los sentidos. Difícil es suspender la versión de los vecinos que corre de boca a oído. Y como es de suponerse, el gobierno del Estado no sale bien librado, porque opiniones y comentarios jamás le favorecen, siempre hacen mofa de lo acontecido, o bien, se lanzan ofensas conta la figura central del gobierno de nuestros días.
Aunque no es confiable, al menos cuando se mira desde el balcón de enfrente. Si los responsables de la comunicación social del gobierno estatal dieran a conocer oficialmente el motivo de la salida, otro gallo nos cantara. Pues nada es más emocionante que la verdad.
No queda más que acatar la prudencia, la cual es la capacidad de pensar, ante ciertos acontecimientos o actividades, sobre los riesgos posibles que estos conllevan, y adecuar o modificar la conducta para no recibir o producir perjuicios innecesarios. No tomar decisiones es peor que cometer errores.
Lo analizado aquí no lo sé de cierto, lo supongo.
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