Desesperación porque el tiempo se agota
Oscar González Bonilla
16 de Junio de 2023
He recibido invitación oficial, lo que no sucedía en el pasado reciente, para estar presente en la conferencia de prensa, que casi cada semana, ofrece el doctor Miguel Ángel Navarro Quintero, gobernador de Nayarit.
Fui testigo de que la modalidad de comunicación oficial transcurre bajo estricto orden. Además del representante del Poder Ejecutivo estatal (puntero indiscutible), asisten el licenciado Juan A. Echeagaray, secretario general de Gobierno, quien se ha convertido en brazo derecho del gobernador en este ejercicio periodístico. A la vez, que cuando menos, hace presencia una veintena de funcionarios de primer nivel del gobierno navarrista.
Contrario a las conferencias de todos los días por el presidente López Obrador, donde hay “libre” participación de comunicadores con sus respectivas preguntas, en el acto de interés público local, con anterioridad al arranque, se fijan los temas a desarrollar por cada uno de los funcionarios que compete, y con base en la disertación es como los periodistas deberán elaborar sus cuestionamientos.
El desarrollo de un contenido de su incumbencia, por parte del funcionario al frente del micrófono, poca importancia le concede la mayoría de los periodistas. Sólo algunos de ellos se muestran interesados, son quienes hacen las preguntas que conllevan el propósito de que aclaren sus dudas o expliquen los expositores con más detalle sobre el tema de su competencia.
Durante la intervención de los funcionarios, la mayor parte de los periodistas dedica su tiempo a escudriñar con atención su teléfono celular. Hay quienes casi no reparan en la exposición del funcionario por el apego sin límite al dispositivo de comunicación. Pero también un porcentaje mayor de funcionarios asistentes casi siempre su interés está fijo en el celular. En este tipo de ambiente transcurre durante horas la conferencia de prensa. De este acontecimiento no se escapa el gobernador Navarro, quien aprovecha determinado tiempo para consultar el aparato, mientras que Echeagaray, como conductor de la conferencia, no hace uso del dispositivo.
Se da por hecho que la intervención del gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero para exponer su versión sobre una serie de acontecimientos, planes y programas a desarrollar, siempre con la mira bien puesta hacia el beneficio de la colectividad nayarita, es el cierre de la conferencia de prensa. Será lo dicho por el gobernante de manera espontánea, que, según los enterados, tiene más carga de veracidad y alto sentido humanista, cuya mayor atención alcance entre los representantes de los diversos medios de comunicación nuestros, por lo tanto, la notoriedad será explícita en prensa, radio, televisión y fundamentalmente en redes sociales.
Esta ocasión en su participación final, el gobernador Navarro Quintero destacó la realización de reuniones entre funcionarios de los distintos niveles de gobierno en un lugar de Bahía de Banderas para el análisis de los diversos puntos de vista sobre las construcciones, supuestamente con desacato al ordenamiento legal, de departamentos y cuartos de hotelería en zona de playa en aquel municipio costero de Nayarit.
“Si tenía únicamente (la construcción) dos pisos autorizados y está en contra de las normas ambientales: va para abajo. Y ese que está invadiendo la zona marítima terrestre: va para abajo. Es un hotel grande. Yo no puedo exponer, si el día de mañana se llega a caer, va a provocar un desastre con las personas que allí están. Y van a decir: y ese cobarde porque no tomó las decisiones, porque le dieron dinero, yo no puedo permitir eso. Les pido por favor que actuemos con toda firmeza”, dijo el mandatario (aplausos de la concurrencia).
Solicitó el gobernante al secretario general de Gobierno y al secretario de Turismo la realización, en menos de quince días, de reunión de trabajo en San Pancho y de manera concurrente en Sayulita. Intenta impedir la expedición de permisos de construcción de manera irresponsable, en este caso de parte del ayuntamiento de Bahía de Banderas.
Prosigue el gobernador:
“El tiempo se está agotando, y eso me desespera. Le digo al pueblo de Nayarit, a través de los medios, que el tiempo no voy a permitir que se me agote. Y si les pediría respetuosamente (a sus colaboradores), a quienes no quieran tomar decisiones, que renuncien”.
Afirmó que ha detectado cómo algunos de sus funcionarios han titubeado al momento de ejercer y hacer valer el poder. Hizo saber que tal vez sus funcionarios no quieren lastimar a los infractores porque son sus amigos o porque tienen algún interés en común.
Luego lanzó la advertencia: “No tengo miedo de las amenazas de quienes están fuera, pero he visto titubeos entre mi equipo de trabajo, sí, los he visto, los he captado que no quieren lastimar a alguien porque es su cuate o porque tienen algún interés o porque les vaya a pasar algo, por lo que ustedes quieran, pero no los quieren tocar”.
Hizo alusión Navarro Quintero a su deseo, al final de su gobierno (2027), de no dejar inconclusa cualesquiera obras públicas, ni siquiera con avance del 90 por ciento. “El último año de gobierno debe de ser para haber reestructurado ya un plan de saneamiento económico y de satisfacción social. No quisiera dejar deuda económica”.
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