Como se ha devaluado la figura presidencial. Antes los Presidentes de la República visitaban los estados solo por motivos importantes, como la inauguración y entrega a la sociedad de grandes obras como carreteras, presas, aeropuertos (o de grandes tragedias) así también, se anunciaba con una o dos semanas de anticipación que el Presidente mandaría un mensaje a la nación. Con esto se jalaba una buena parte de atención de la sociedad, que estaba atenta a tales acontecimientos.
Cuando niños nos formaban haciendo valla al paso del Presidente. Que siempre pasaba con la mejor de sus sonrisas y agitando la mano. Yo quedaba contento de haber visto (aunque sea en forma fugaz) al Presidente. Era una figura respetada. Casi mítica. Esa emoción yo la reproducía platicándola en mi casa y en mi barrio. Aguantábamos dos o tres horas, bajo un sol inclemente con disciplina castrense, hasta que pasaba el presidente, quien tenía la atención de arrimarse al frente del autobús para saludar impersonalmente a ese ejército de minúsculos atlantes (. . .un soldado en cada hijo te dio. . .) con los que enfrentaría a los masiosares del futuro. Su expresión lo decía todo. Complacido, sonrisa de oreja a oreja, respondía a los cientos de brazos que se agitaban a su paso, como las espigas de la caña por el viento.
Hoy, la tecnología nos permite ver lo que hace (y dice) el presidente casi diario. Lo vemos a veces conciliador, a veces como catequista; con frecuencia le gana el carácter y nos muestra un rictus de ira en su arrebato o las tribulaciones que padece cuando las cosas no resultan según lo planeado, o cuando lo increpan. El presidente ha devaluado su figura. Cierto que es el hombre más informado pero no debiera querer ser el más escuchado. Sobre todos los temas opina. A veces a “botepronto” y con resultados no gratos. Así, se convierte en Procurador o en Juez, o en Técnico, o en Académico, o en Antropólogo. Concede entrevistas casi de banqueta y sobre temas mundanales. Con ello le quita lo institucional a la figura. No sé qué tan necesitado esté de exponerse aceptando inaugurar obras inconclusas o recicladas de dimensión acorde a Presidente Municipal o acaso a Gobernador. Vino a nuestro sufrido Estado y lo llevaron a inaugurar la 1ª etapa de la Planta de Tratamiento Oriente? Y luego a inaugurar el eje interregional Ruiz-Zacatecas que no es otra cosa que la tan mencionada e inconclusa carretera Ruiz – Zacatecas que lleva ya 3 inauguraciones, detalle que se mencionó dentro de los pintorescos y floridos discursos con fondo de incienso pero no se mencionó de cuantos kilómetros fue esa inauguración. A este paso nos faltan otras 4 inauguraciones, “pero ahí la llevamos”, dicen los funcionarios. Si el presidente no protege su agenda, al rato lo van a traer a inaugurar aulas y machuelos. O ¿Ud. qué opina?