Tepic, Nayarit, jueves 21 de noviembre de 2024

La silenciosa estadística de violencia contra los hombres

Mildred Rodríguez Ferrer

21 de Junio de 2022

LA O POR LO REDONDO

La cantidad de memes, imágenes, gif y stickers que se realizaron con motivo del Día del Padre en México, es directamente proporcional al número de casos de violencia contra el sexo masculino en nuestro país, esa que es callada por años y años de haber permanecido bajo la premisa de que “los hombres no deben llorar”, vaya, que es hasta una canción interpretada por varios artistas en nuestra historia.

Hace algunos 18 o 20 años, cuando la licenciada Luz María Parra Cabeza de Vaca atinadamente dirigía el Instituto para la Mujer Nayarita (INMUNAY), recuerdo tenerla muy presente un día de reporteo en el que fui a la oficina, antes ubicada por calle Zacatecas antes de salir a Avenida Allende aquí en Tepic, que todavía muy mortificada me comentó sobre el caso de un joven padre de familia que había acudido en búsqueda de ayuda a ese Instituto, llorando a mares y gritando su aflicción tras haber sido agredido a los golpes por su pareja sentimental.

Ese día, lo recuerdo bien, la licenciada Luz María me aseguró que los casos de violencia contra ellos también son significativos, tanto, que se podía atrever a asegurar que la estadística es alta, mucho más de lo que se puede pensar, pero que es la más callada, la menos denunciada por vergüenza, preocupación o miedo.

Desde la mínima burla por no poder ver a los hijos, habiendo pasado por denuncias por pensión alimenticia infundadas, el impedir que él tenga sus propios artículos y gustos, prohibiéndole amistades e incluso utilizando sus redes sociales y teléfono para traerlo “marcando el paso”, el tema es que de “mandilones” no los bajan, lo que contribuye también a una baja autoestima y a ceder hasta el último suspiro a las pretensiones de extensión de la esposa, novia o concubina.

Me vino a la mente un episodio familiar, cuando mi madre tiró pertenencias, objetos que con cariño mi papá guardaba, recuerdos de su niñez y juventud que no pudo conservar en aras de “mantener desocupada la casa”, sin que en ningún momento pudiera rescatarlas, vaya, ni meter las manos para impedir su destrucción.

Con la llegada de la pandemia, los casos de violencia al interior de nuestras viviendas se dispararon de forma alarmante, no solo contra las mujeres y los niños, también contra ellos que prefieren no contarlo por aquello de la hombría, de su condición de machos, del proveedor y del sexo fuerte, porque pareciera que aceptar el hecho de que han sido violentados es más motivo de pena que de preocupación, y porque además, el sistema se ha ido adaptando a las necesidades de la mujer, quien en cualquier trámite ante las instancias legales lleva ya las de ganar o por lo menos, el juzgador se pone de su lado, le asista o no la razón.

De acuerdo con un estudio realizado por el colectivo “Hombres sin Violencia” en 2018, el 40% de los varones mexicanos sufrieron algún tipo de maltrato; sin embargo, solo el 4% de ellos denuncia formalmente debido a ideas machistas y a la vergüenza que la situación les provoca.

Las excusas que los hombres utilizan para ocultar que son violentados por su pareja, suelen ser que los arañó un gato, se golpearon con un cajón, o que sufrieron golpes durante un asalto.

Los problemas económicos, la falta de trabajo y las adicciones aumentan las formas de violencia, las principales causas de la violencia doméstica son el deterioro de la relación de la pareja y la incompatibilidad de caracteres, que empiezan a chocar y llegan los malos tratos.

Finalmente, dentro de este mismo estudio podemos conocer que En México, según indican las cifras del Instituto Nacional de Mujeres en 2018, el 8% de las víctimas de acoso sexual de algún tipo son hombres.

En todos ellos, el miedo a denunciar y que no se les crea los orilla a permanecer en silencio.

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