Los legendarios estadios; el majestuoso NICOLÁS ÁLVAREZ ORTEGA (de Fut bol y atletismo) y el MUNICIPAL DE BEIS BOL, iconos de nuestra Ciudad, magnificas obras de ingeniería. Inaugurado (el primero) en Septiembre de 1947, gracias a la tenacidad de Don Ignacio Aguirre de Alba, quien no sin trabajos se hizo oír por las autoridades para planificarlos y construirlos. Luego se inauguró el municipal de Beis bol y en 1963 se puso en función la pista de atletismo. Resistieron estoicamente la sevicia del tiempo y el casi nulo mantenimiento, pero no resistieron el arrebato de un gobierno impulsivo, que un mal día de marzo del 2009 anunció con bombo y platillo la construcción de dos estadios. El Centenario y el Bicentenario; tres meses antes de las elecciones federales y año y medio antes del aniversario siglar de la Independencia y la revolución, magnos acontecimientos por los que se inaugurarían en esa fecha. Se mostró una maqueta que enfatizaba “el palco del gobernador” como el elemento más importante del conjunto. Hasta ahí nada grave; lo malo del asunto fue que se tendrían que demoler los estadios para dar paso a la modernidad y el desarrollo? ¿Y porque demolerlos? Si se van a construir dos nuevos, pues ya tendremos cuatro. Pero no. Se construirían en el mismo sitio. De inmediato surgieron debilidades técnicas ¿Y el estacionamiento? Se le preguntó al Secretario de obras públicas. ¡Se resolverá de manera alterna! Dijo este. Aunque nunca precisó. Ni necesidad hubo. ¿Y el dinero? ¡Ya está seguro!
Y llegaron las elecciones federales y pasó lo que nunca; el PRI perdió dos de las tres diputaciones, lo que encolerizó al que lo comanda y dicen que dijo. . ¡Tengan sus estadios! Serán chismes, pero se están cumpliendo. Y así llegó el 2010 sin que iniciaran los trabajos anunciados. Como cubetazo de agua fría cayó el anuncio de que no se construirían los estadios, mejor se construiría el megaproyecto de Ciudad de las artes? Y así, entre planes y ocurrencias llegó septiembre y noviembre del 2010, aniversario de los principales acontecimientos de nuestra historia: La REVOLUCION y la INDEPENDENCIA. Y de los estadios prometidos NADA.
Uno de mis escasos e ilustrados lectores me platicó que cuando pasa por ahí recuerda los días de gloria que vivió como atleta. Le guardaba gratitud al legendario NAO. Ahí aprendió que el éxito exige práctica, esfuerzo y entrega persistente. Le ataca el coraje y la impotencia. Con que derecho le privan de revivir sus recuerdos? Y las docenas de adultos que trotaban o caminaban en su pista por las mañanas? O los cientos de jóvenes que mañana y tarde practicaban las diversas disciplinas del atletismo? El tradicional equipo de Fut bol los Coras del Tepic, que luego se llamaron VAQUEROS, de la 1ª “A” nacional que tenía como sede el estadio fueron corridos, de repente les avisaron (4 días antes) que los estadios serian demolidos, por lo que en emergencia tuvieron que concertar un cambio de sede a Ixtlán. Y se fue uno de los pocos espectáculos dignos de nuestra sociedad. ¿Y los miles de aficionados al Fut bol? Esos no importan para las decisiones del progreso. Miles de personas fueron privadas de su ejercicio, practica o espectáculo ¿Con que derecho? Ahí se realizaban eventos masivos, inauguraciones de juegos regionales, estatales o nacionales. Eventos escolares ¿Y ahora qué? Nos quedamos sin Juan y sin las gallinas. Y el municipal de Beis bol; testigo legendario de grandes encuentros y grandes jugadores; los Diplomáticos de Tepic, luego los cafeteros. Ahí jugaron los pequeños Gigantes de Monterrey; el Abulón Hernández; Fernando Valenzuela en sus inicios. Este monumento resolvía una necesidad social. Había ligas de Beis boles infantiles, juveniles y profesionales. Softbol para mayores. Con sus correspondientes aficionados. También se fue en el lance. Cuando gobernaba Rigoberto Ochoa, Liverpool ofreció construir los dos estadios por el rumbo donde ahora está el desarrollo Bonaterra, a cambio del terreno que ocupaban los estadios, y que usarían para construir un centro comercial. Los primeros “borregos” que se soltaron para pulsar el tema recibieron un alud de abucheos e inconformidades que hicieron que Don Rigo desechara el proyecto.
En este sexenio los hechos evidencian una ausencia de planeación. Más parece trabajar a base de impulsos y ocurrencias. O como se explica que en el autodenominado sexenio del deporte se destruyan los estadios y las tres canchas de usos múltiples de la loma donde unos jugaban futbol y otros basquetbol; para instalar la fugaz e importada atracción de la pista de hielo, en navidad pasada. Estamos en mayo y esas tres canchas no son devueltas a la sociedad; (este tema se analizará por separado)
Estamos a dos meses de las elecciones estatales; en el sitio de nuestros estadios se ponen (y quitan) enormes terraplenes que no me inspiran orden y confianza. La administración actual se extingue. El orden se disuelve. Los programas se trastornan. Lo que queda de este sexenio se irá en un suspiro. La esperanza se desmorona. ¿Y nuestros estadios? Solo quedan vivos en nuestra memoria. La autoridad nos engaño