Reforma de los libros de texto gratuitos
Sergio Mejía Cano
15 de Abril de 2021
En el pasado sexenio de Enrique Peña Nieto, se puso mucho énfasis en que se le tenía que poner más atención a las materias educativas de matemáticas y español, y que otras materias en sí, más bien estorbaban ya en vez de coadyuvar a la educación-enseñanza de las nuevas generaciones.
Entre las materias que supuestamente estorbaban, se decía que era la de historia; y claro que ya se habían suprimido desde mucho antes las de civismo y ética. Obvio que los resultados no se hicieron esperar mirando el actuar de esas nuevas generaciones a las que ya no se les impartió civismo y ética, pues en su andar en la vida cotidiana se notaba claramente su falta de respeto hacia personas mayores, la desatención hacia los deberes cívicos y culturales al no tomar en cuenta las obligaciones ciudadanas, creyendo que nada más existen derechos y ninguna obligación; pero también en cosas tan sencillas como ceder el paso tanto a peatones como a otros vehículos, dar el asiento a mujeres en el transporte público, agacharse a recoger algún objeto que se la hubiera caído a otra persona, etcétera.
Pero lo peor se ha visto en la falta de ética en muchos profesionistas y desde luego, en infinidad de servidores públicos que ni por asomo se les prende la idea de qué es tener ética profesional y, cuando alguien mayor se los hace ver, hasta se ofenden creyendo que los están atacando, precisamente, en sus derechos, porque obviamente no tienen o toman en cuenta que también tienen obligaciones, las que por supuesto, están muy lejos de sentir y saber.
Desde luego que existen personas con ética en todos los sentidos, y no nomás aprendida antaño en las aulas escolares, sino gracias a sus padres y familiares que las han educado dentro de una norma de respeto tanto hacia los demás como a sí mismas.
Por necesidad, me vi obligado a que me hicieran un trabajo odontológico en la ciudad de Guadalajara, Jalisco; cuando llegué con mi dentista habitual, me dijo algo preocupada: Sergio, faltando a mi ética profesional, qué mal trabajo le hicieron, muy al aventón. Claro que el odontólogo de Guadalajara era un joven recién graduado; y mi dentista de siempre, ya es una joven de la tercera edad. Lo mismo pasó con un abarrotero que, cuando me vio entrar a su tienda llevando cierto producto adquirido en otra tienda, me dijo: oiga, faltando a mi ética como vendedor, no es mucha indiscreción si le pregunto cuánto le costó ese producto, porque me han dicho que lo estoy dando a un precio muy diferente. Claro que antepusieron la ética por delante; cosa que ahora es muy raro que la practique gran parte de las nuevas generaciones; como algunos abogados laborales que se cargan del lado de la clase patronal dejando chiflando en la loma a la clase trabajadora, precisamente por la falta de ética de esos abogados; y desde luego en abogados de otras ramas como penales, mercantiles, etcétera. Y ya no se diga en varios médicos que dejan mucho qué desear, de ahí tantas negligencias médicas que se han documentado.
Se dice que la historia la hacen los vencedores. Y si bien la historia que hemos llevado en los libros pintan más bien al romanticismo y vanagloria de los próceres que nos dieron Patria, así como luchadores sociales, aun así es necesario tenerla en cuenta por aquello de que quien no conoce su historia está condenado a repetirla y, si no sabe de dónde viene, no sabrá a dónde va.
Con el avance tecnológico de la información, existen infinidad de páginas que reafirman la historia y otras que la denuestan; pero aun así, sirve para hacer un balance del porqué estamos como estamos el día de hoy. Porque volviendo al sexenio anterior en donde se decía que habría que desaparecer la materia de historia, poniendo más énfasis en matemáticas y español, también se suprimió la exhibición de películas sobre la Revolución Mexicana, sobre todo en televisión abierta, en donde antes era muy común que pasaran de ese tipo de películas; sin embargo, se dejaron de trasmitir no nada más en televisión abierta, sino que en las plataformas que ahora hay, es raro encontrar algo referente a la gesta revolucionaria; si acaso uno que otro documental sobre la decena trágica y hasta ahí. ¿Por qué se dejaron de trasmitir este tipo de películas sobre la revolución? ¿Sería tal vez para no levantar ánimos en contra del sistema que nos agobió por más de 30 años?
Ahora hay cierta reticencia de ciertos sectores de la sociedad a la reforma de los libros de texto gratuitos, aduciendo que es un capricho más.
Sea pues. Vale.
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