Ricardo Anaya, un cartucho por demás quemado
Sergio Mejía Cano
29 de Febrero de 2021
En julio de 2018, al confirmarse el triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), alrededor de una mesa de café, un profesor de telesecundaria, dijo que tal vez Ricardo Anaya, el candidato del PAN, podría ser el Guaidó de AMLO. Por supuesto que se refería este profesor, hoy ya pensionado, a Juan Guaidó, el acérrimo opositor al presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien el mentado Guaidó ha atacado férreamente y más, al recibir el apoyo tanto de los Estados Unidos, como de algunos países europeos.
Y pareciera ser que la premonición del profesor nayarita se está haciendo ya realidad, pues Ricardo Anaya ha comenzado a hacer su aparición en los medios informativos difundiendo su gira por supuestamente mil municipios para dizque conocer las carencias y penalidades de los mexicanos de esos municipios; “escuchar sus problemas y vivirlos como propios”.
Desde luego que esta aparición en los medios no es nueva, pues hace tiempo lanzó un video en donde despotricaba en contra de la administración de AMLO; sin embargo, tal vez al comprobar que ese video no había hecho ninguna mella a la actual administración federal, como que se calmó un poco aparentemente para esperar tiempos mejores, y obviamente que ahora en este año que es electoral, lo quiere aprovechar para llevar agua a su molino; pero sin tomar en cuenta ni él ni sus supuestos seguidores, de que ya es un cartucho quemado, muy quemado, tanto en cuestiones políticas como financieras. Pues si bien por ahora todos los cuestionamientos en su contra están detenidos por algo, lo más probable es que si llegara a pisar algunos callos posiblemente le vuelvan a sacar sus trapitos al Sol, sobre todo en su ritmo de vida tan ostentoso que ha demostrado él mismo estar llevando y, desde luego, por algunas anomalías financieras en Querétaro, por unas naves comerciales, cuyos dueños son empresarios que quedaron en entredicho por la cercanía con Ricardo Anaya Cortés.
En 2005 y 2006, Jorge G. Castañead Gutman, quien fuera secretario de Relaciones Exteriores en el sexenio de Vicente Fox, también tuvo la ocurrencia de viajar por el país con la pretensión de llegar a ser candidato presidencial independiente en las elecciones de 2006; pero lo único que dejó en claro es que esa gira que emprendió el señor Castañeda Gutman, lo único que le dejó como experiencia, fue que se acrecentara su desprecio hacia las clases más desprotegidas, y renegar de los municipios oaxaqueños a los que denostó feamente.
Así que lo que hace ahora Ricardo Anaya, lo único que podría ocurrir es que también su gira por los mil municipios quede en pura anécdota y hasta ahí. Pues coincido en lo que dice el señor Juan Luis H. González, en su columna “Las palabras y las cosas” en El Diario NTR, que apareció el día de ayer jueves, con la cabeza de “Ricardo Anaya, crónica de un nuevo fracaso”, añadiendo en el cuerpo de su columna que en esta gira, en You Tube “se observa a un Ricardo Anaya sobreactuado, impuesto y lejano (…), sin generar empatía con uno de los sectores más marginados del país: los campesinos (…), no como alguien que comprende contextos y entiende las necesidades, sino como un pasajero en recorrido, un visitante de museo (…).
Y es claramente evidente que a Ricardo Anaya, este columnista de NTR lo ubique como un visitante de mueso al entrar al hogar de una humilde familia, pues la pobreza en nuestro país es un mundo totalmente desconocido para el señor Anaya Cortés, algo que ni en sus peores pesadillas creyó que existiera una vida así de marginada.
Pero de lo que se trata es hacer la víbora chillar despotricando en contra de AMLO, quizás queriendo echarle la culpa de todo lo que verá en esos municipios, sin tomar en cuenta de que es lo que venimos arrastrando los mexicanos desde que dio inicio la Colonia, en donde desde siempre ha habido privilegiados –los menos- y los marginados –los más-, y que por lo mismo, es algo que no se podría erradicar de la noche a la mañana, pues esos privilegiados consideran que esto es normal: que existan esos marginados para que los sigan sirviendo por siempre.
Así que esperamos a ver con qué sorpresas más nos sale el señor Ricardo Anaya, quien posiblemente se quiere convertir desde ya, en la piedra en el zapato de AMLO, moviendo el agua a más no poder con la posibilidad de que se cumpla la sentencia de “difama, que algo quedará” o como lo ha señalado AMLO constantemente: “la calumnia cuando no tizna, mancha”. Y eso es lo que pretende Ricardo Anaya,
Sea pues. Vale.
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