La gente se está polarizando cada día más por el coronavirus
Sergio Mejía Cano
22 de Enero de 2021
Uno de los principales problemas que ha generado la contingencia sanitaria derivada del coronavirus, es que ha polarizado a la ciudadanía de tal manera que posiblemente taiga aún más consecuencias sociales, en el entendido de que unos creen mucho, otros creen poco y otros más no creen nada respecto a la potencialidad del también llamado covid-19, sobre todo ahora que se informa que dicho virus ha mutado convirtiéndose aún más letal.
Sin embargo, gran parte de la población ya está harta del tiempo en que se ha alargado la implementación de restricciones que, en cierta forma, han violentado derechos y garantías constitucionales; pero qué más pudieran hacer tanto las autoridades federales, estatales y municipales si ven que a pesar de todas las medidas adoptadas hasta hoy no han dado resultados convincentes, y menos ahora en que de acuerdo a la misma información ofrecida por las autoridades de salud, ya son prácticamente 120 mil los fallecidos en el país por esta pandemia; claro que en el entendido de que podría aplicarse aquello de que no son todos los que están –muertos, ni están –muertos- todos los que son. Y esto porque en muchos casos, allegados de los ahora fallecidos han dicho abiertamente que sus familiares no presentaban los síntomas de dicha enfermedad, sino que habían padecido otras que, de todos modos en su acta de defunción se les puso que la causa de la muerte había sido por covid-19.
Y esto probablemente vaya a bajar ahora que el Gobierno Federal determinó ofrecer una ayuda para gastos funerales a los familiares de los fallecidos por este motivo. Así que existe la posibilidad de que para que no gaste tanto el Gobierno Federal al dar esta ayuda, ahora sí se ponga en las actas de defunción la verdadera causa del fallecimiento o en su caso, aunque así haya sido, poner otra causa. Lo que sí podría ser un hecho es que quién sabe lo que vaya a pasar de ahora en adelante; pero de que los fallecimientos se siguen dando, helos ahí día con día.
Y respecto a eso de la polarización entre los que creen y los que no, es por el dedo que ponen algunos ciudadanos sobre otros acusándolos cuando están en un jolgorio, en reuniones de mucha gente y que no usan cubre-bocas; casos que se podrían incrementar ahora con las posadas en que tal vez muchas personas las lleguen a celebrar o también las cenas navideñas y de fin de año; porque ya se sabe que hay gente amargada que nada les parece y tal vez llamen a la policía para advertir que en determinado lugar están celebrando algo y sin las medidas adecuadas de sanidad, y a la mejor esto conlleve a enfrentamientos entre vecinos o hasta con gente que no tenga nada qué ver con una fiesta o celebración muy lejana a sus domicilios.
Y ahora que se dice que existe la posibilidad de que se vuelvan a implementar las medidas de seguridad por incrementarse el número de contagios, y por la posibilidad de que haya rebrotes mucho más fuertes de contagio, mucha gente se pregunta qué irá a pasar o por cuánto tiempo serán las restricciones, sobre todo por la cuestión económica que para mucha gente ya no da para más, y por ende, habrá que seguir saliendo a la calle a buscar el sustento diario.
Sin embargo, hoy en estos días decembrinos, se ha visto mucha gente en las calles del centro de la ciudad, por lo que surge también la pregunta de que si no hay dinero, supuestamente, cómo es que se vea a tantas personas de compras o simplemente mirando aparadores y obviamente, sin tomar en cuenta ya las medidas sanitarias; ¿por qué? Pues tal vez por estar ya enfadada la gente de los confinamientos, la sana distancia, no saludar de mano ni abrazo, estarse intoxicando constantemente con el uso del cubre-bocas durante tantas horas, etcétera; pero sobre todo, por las pérdidas de empleo y desde luego, la falta de efectivo no por no tener para comprar regalos navideños, sino para comer, simplemente.
Pero de que hay incongruencias respecto a eso de las medidas sanitarias, desde luego que las hay. Por ejemplo en la central camionera, en la sala de espera los asientos tienen un listón que impide que la gente se siente junta, es decir, uno sí y otro no; sin embargo, en los camiones del transporte foráneo de pasajeros, la mayoría de ellos van llenos en su totalidad y claro, sin guardar la sana distancia entre un pasajero y otro. Así que, ¿entonces qué? Aunque eso sí, toda la gente cumpliendo con portar su cubre-bocas, respirando el mismo aire viciado; pero hay que cumplir con los protocolos dictados.
Sea pues. Vale.
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