Actuar para transformar
Sergio Mejía Cano
20 de noviembre de 2020
La señora María Eugenia Jiménez Valenzuela, incansable luchadora social y ambientalista de tiempo completo, ofreció una rueda de prensa ayer jueves 19, en céntrico y conocido hotel, para exponer sus puntos de vista bajo el marco de “El Estado y la participación ciudadana”, respecto a que es necesario actuar para transformar, ya que un Estado equilibrado y democrático, debe de mantener la dominación sobre su territorio, permitiendo e incentivando la participación ciudadana en la vida pública.
De entrada, aclaró el punto del porqué comenzó a participar de lleno en la política, debido a su participación externa, al igual que la del bien recordado Justino Ávila Arce, en aquellas elecciones de 1999, en donde por circunstancias de la alianza que derrotó al PRI, fue que don Justino Ávila Arce llegó a la presidencia municipal, y por ende, debido a la falta física de don Justino, a ella le tocó de rebote la responsabilidad de continuar con el legado de Ávila Arce, porque si bien había otras mujeres con la posibilidad de hacerse de este encargo, por equis circunstancias del destino no lo aceptaron, recayendo en ella esta responsabilidad de la que, afortunadamente salió bien librada, de acuerdo a todos los análisis que se han hecho con base a su gestión como presidente municipal interina.
Y si bien, ahora desde octubre de 2019 decidió abandonar las filas del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), por notar y comprobar un cochinero en su interior que, al igual como recientemente en que se llevó a cabo la elección para la dirigencia de dicho movimiento, quedó claro que por lo pronto no habrá un buen funcionamiento al interior de este incipiente partido político, ya que para ella quedó claro el triunfo de Porfirio Muñoz Ledo; sin embargo, también quedó claro que pudo más el interés de un poderoso grupo para no dejar a Muñoz Ledo hacerse de la dirigencia a pesar de toda su experiencia y conocimiento político y desde luego, del acontecer nacional.
Pero en cuanto a actuar para transformar, la señora Jiménez Valenzuela manifestó que es imperante establecer una cultura de la legalidad y promocionar los Derechos Humanos en cuanto a la salud, el ambiente y desde luego, la cultura y el territorio. Y añadió que nuestro capital natural necesita ser utilizado de manera racional propiciando oportunidades de desarrollo que sea digno para toda la variedad cultural y generacional, de las cosmovisiones que existen en nuestro territorio y no solo las que nos han impuesto desde una perspectiva voraz y de explotación, sin tomar en cuenta de que nuestro recursos naturales no son infinitos.
Doña María Eugenia Jiménez, aduce que estos señalamientos los hace como una voz ciudadana preocupada por el medio ambiente y sobre el incierto futuro que se les podría dejar a las nuevas generaciones. Así que por eso es necesaria una evaluación a fondo de nuestras políticas públicas e instituciones con base en resultados medibles y objetivos, para que se pueda seguir buscando de manera continua e ininterrumpida por quien tenga interés en el bienestar de nuestro Estado, con la justicia y el desarrollo comunitario.
Desde luego que estas propuestas no pretenden ser la receta para todo, pero al menos sí un marco de acción para buscar el bienestar social, equitativo e incluyente por encima de todo y fuera de una perspectiva personalizada; porque esto sería más bien un proyecto de transformación del que no sean obstáculo las brechas de pobreza, clase, religión, ideología política, sexo, género, etnia, edad ni nada que se imponga para actuar y transformar.
Queda claro para la señora Jiménez Valenzuela que somos más los que queremos convivir en un ambiente de respeto mutuo, los que queremos un país en el que las leyes se apliquen por igual, sin impunidad ni privilegios. Porque precisamente al día de hoy, la polarización en la sociedad mexicana está muy latente debido a la profunda crisis por la que atraviesa nuestra ya de por sí, depauperada Nación, por lo que la desunión entre los mexicanos cada día se hace más evidente, pues ahora cada día mucha gente muestra más y más apatía, más falta de respeto tanto entre nosotros mismos, como a las reglas de convivencia; la desconfianza que mucha gente le tiene a las autoridades y desde luego, la desmotivación en la participación ciudadana, tal vez por esa carencia de virtudes que se les ha arrebatado a varios sectores de la sociedad. Por eso y más, es necesario despertar y elevar en sí la conciencia ciudadana.
Sea pues. Vale.
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