¿Por qué la quiebra del gobierno nayarita?
Carlos Delgado Camacho
07 de octubre de 2020
Resulta muy aleccionador platicar de manera casual con personas que no conoces, pero que están dispuestas a emitir “sin ambages” su opinión sobre algún tema de interés público. Yo lo hago frecuentemente y “mis personajes preferidos” son los taxistas, mismos que salvo excepciones muy contadas, siempre están dispuestos a charlar durante el viaje. Recientemente pregunté a uno de ellos si había escuchado que EL GOBIERNO DE NAYARIT ESTÁ QUEBRADO; de inmediato le entró al tema con amplio dominio de argumentos y concluyó con la frase lapidaria: “PUES CÓMO NO VAN A ESTAR QUEBRADOS, SI HAY MUCHA CORRUPCIÓN Y SE ROBAN EL DINERO”. No tengo duda en que la mayoría del pueblo nayarita comparte la opinión de mi amigo taxista; pero lo grave es que esto parece importarles poco a la mayoría de los que integran LA CLASE POLÍTICA de nuestra entidad. Al igual que cualquier PROBLEMA, este asunto ha de tener causas y razones que lo explican, y por supuesto, responsables que debieran ser llamados ante la justicia para que respondan por ello. Por principio comento que al respecto el diccionario dice: “se denomina QUIEBRA O BANCARROTA a la situación jurídica en la que una persona, empresa o institución no puede ya hacer frente a los pagos que debe realizar, porque estos son superiores a sus recursos económicos disponibles”. Luego dice: “A la PERSONA FÍSICA O JURÍDICA que se encuentra en estado de quiebra se le denomina “FALLIDA”. ¡¡Pácatelas!! De acuerdo con esta contundente definición podemos concluir que en este momento NAYARIT y LOS NAYARITAS, estamos en manos de UNA ADMINISTRACIÓN ESTATAL y UN GOBERNANTE FALLIDOS; es decir, “FRACASADOS e INCOMPETENTES”. Así las cosas, si hiciéramos una analogía empresarial en la que EL PUEBLO sería el PATRÓN; EL GOBERNANTE EL GERENTE; y LOS FUNCIONARIOS sus AUXILIARES QUE ÉL ELIGIÓ; ¿Cómo tendría que proceder EL PATRÓN? Seguramente ustedes mis apreciables lectores tienen ya la respuesta; pero volvamos al ASUNTO ACTUAL DEL GOBIERNO NAYARITA que sabemos, TIENE UNA PAPA CALIENTE EN LAS MANOS EN VIRTUD DE QUE AGOTÓ EL DINERO PRESUPUESTADO Y QUE DEBÍA HABERLE ALCANZADO PARA TODO EL AÑO FISCAL; es decir, que entre otras muchas cosas y deudas atrasadas, YA NO TIENE DINERO PARA PAGARLE A LA BUROCRACIA Y AL MAGISTERIO ESTATAL. Por supuesto, aquí surge la pregunta obligada: ¿Por qué LA QUIEBRA? Seguramente mis lectores han escuchado algunas razones que el propio gobernante y alguno de sus funcionarios han vertido al respecto; entre las que sobresale aquella dirigida en su momento al RÉGIMEN SALIENTE: “SAQUEARON TODO, NI EL CAJÓN DEL DINERO NOS DEJARON”. Total, aunque evidentemente “LA QUIEBRA ACTUAL” tiene variedad de causas en las que LOS ERRORES Y LA INEFICACIA ADMINISTRATIVA están presentes, LOS ESTUDIOSOS DEL TEMA ASEGURAN QUE EL PROBLEMA INICIÓ EN EL 2005, Y SE DERIVÓ DE LOS “ACUERDOS OSCUROS” pactados entre los últimos 3 gobernantes salientes y entrantes; mismos en que los primeros crearon condiciones para la llegada de los segundos, y estos en reciprocidad, se comprometieron A BRINDARLES IMPUNIDAD EN “SUS IRREGULARIDADES FINANCIERAS”. Los referidos EXPERTOS en este tipo de asuntos, afirman que esto es fácil de comprobar con sólo revisar LOS CRÍTICOS ESTADOS FINANCIEROS que dejaron concretamente NEY GONZÁLEZ Y ROBERTO SANDOVAL; pues afirman que si bien es cierto que EL TIGRE TOÑO (1999-2005) tenía por ahí algunas “trapitos sucios” que pudieran haberle reclamado al salir, lo cierto es que en lo general DEJÓ LAS FINANZAS SANAS y HASTA SE DIO EL LUJO DE DEJAR DINERO EN CAJA PARA OBRAS INCONCLUSAS. Pues se terminó el espacio y dejo a mis lectores la tarea de hacer sus propias REFLEXIONES; pero no omito señalar por mis parte, que para evitar que esto siga sucediendo, HAY QUE ABRIR MUY BIEN LOS OJOS PARA EL 2021, Y ELEGIR A QUIEN “NO PACTE EN LO OSCURITO” Y POR LO CONTRARIO, ESTÉ DISPUESTO A “SACAR A LA LUZ” LAS ANOMALÍAS QUE ENCUENTRE Y A FINCAR RESPONSABILIDADES.
COROLARIO: El pueblo votante YA NO ES EL MISMO; después de la elección federal pasada y en el transcurrir del presente sexenio la ciudadanía está más informada y dispuesta a HABLAR de política, pero sobre todo, a opinar de LOS POLÍTICOS. Hasta LA PRÓXIMA
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