Y nos fuimos a ver al "Trompudo Díaz Ordaz"
Por Pica Lica Ramírez Barba de Tepic (APENAC)
03 de octubre de 2020
OJO ESTUDIANTES Y MAESTROS DE HOY.
Corría el año de 1965 precisamente hoy el 3 de octubre, hace 55 años (yo sé que no le importa), nuestro paisano Miguel Castro Bustos (RIP) fraguaba lo que sería el movimiento de 1966 (la caída del rector Ignacio Chávez) y el estudiantil de 1968.
Su sola presencia le imponía temor y gran respeto a todos los funcionarios, así como a los Secretarios de Estado; pues sabido es que como ahora a ningún político le gustan las críticas y menos a los dictadores y caciques. El único líder que he conocido honrado en toda mi vida ha sido Castro Bustos, desde 1961 ya hacía gestiones para becas alimenticias, exámenes extraordinarios especiales, jurados, fechas para titulación, apoyo a rechazados, descuentos de pagos de colegiatura, exenciones, etc.
Él era únicamente quien elevaba la voz en contra del sistema represivo.Su elocuencia y facundia eran evidentes, pues como gran líder persuadía como filósofo, conmovía como poeta y convencía con la verdad.
Una anécdota que tengo inolvidable; es aquélla cuando logró inscribir a la UNAM un paquete de más de 500 alumnos rechazados en el examen de admisión; éstos en agradecimiento hicieron una cooperación y entre todos le regalaron un carro Mustang nuevo y flamante 1965; Miguel Castro Bustos lo rechazó argumentando que no sabía manejar, y decidió que lo vendieramos para apoyar a otros compañeros que no tenían qué comer, para pagar el camión, para pagar colegiaturas y demás.
Un día me dijo:
-Paisano, vamos a ir a ver al Presidente Díaz Ordaz para ver qué le sacamos de apoyo a los estudiantes. ¿Me acompañas? ¡Asentí! acto seguido, fuimos a Los Pinos, solicitamos la audiencia y 2 días después nos la dieron.
En la antesala nos ofrecieron refresco, café y muchas galletas, nos balconearon, espulgaron y sopearon para saber nuestra pretensión. Posteriormente nos hicieron pasar y un fuerte aroma a cedro nos hizo observar la calidad de muebles artísticamente tallados y bien confeccionados (se respiraba una esencia natural envuelta en arte).
Nos informaron que el señor presidente en 5 minutos más nos atendería; Díaz Ordaz con un flamante traje azul marino ni siquiera nos miró cuando entró al salón por una puerta trasera y se subió al estrado, nos saludó con voz cavernícola y firme gritándonos:
-Así que ustedes son líderes de la Facultad de Derecho y andan alborotando a los demás, pues les tengo un regalito cabrones, que sea la primera y última vez que vienen hijos de toda su chingada madre. Yo no quiero ni plantones, ni marchas ni manifestaciones porque se los carga la chingada y yo personalmente les corto los huevos, al primer mitotito los desaparezco, conmigo no se juega y pónganse a estudiar, no traicionen a sus padres, gracias y buenos días.
Nos quedamos estupefactos por no decir pendejos, impactados y sorprendidos no sabíamos qué hacer, cuando un grupo de guaruras nos sacó a empellones, rodillazos y patadas. Nos hicieron una valla con puro personal del Estado Mayor Presidencial y una bola de achichincles que nos dieron "pamba".
Cuando Miguel Castro Bustos y yo queríamos protestar, ya traíamos como el caballo blanco, ¡el hocico sangrando! Si nos violaron no me acuerdo, sólo sé que desde entones me duele el “centuras” y las galletas que me clavé en el tacuche se hicieron polvo pero así era el aparato represivo...
CUARENTENA DE OCTUBRE / 2020
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