Ya se excedió mucho el tiempo de la contingencia sanitaria
Sergio Mejía Cano
29 de septiembre de 2020
Ya se abrió el paso al público en una parte de la Plaza Principal, frente a Catedral, aquí en Tepic, por lo que ya se miran más transeúntes caminar sobre dicha plaza, algo que tiene contentos en parte a los lustradores de calzado que están en los portales a ambos lados de dicha plaza.
Y si bien muchas personas portan cubre bocas, también caminan las que no lo traen y si lo tienen, lo traen como hamaca de papada o de barbiquejo; pero bueno, tal vez será porque como la palabra dicha no puede volver atrás, y para mucha gente la primera impresión que se causa es la que más perdura, posiblemente quienes no portan cubre-bocas, recuerden las primeras palabras del subdirector de Salud, Hugo López Gatell, de que dicho artefacto es nada más “una falsa sensación de seguridad”, así como de que no ayudaba en nada si la gente que lo trajera se estaba tocando constantemente la cara con el fin de estarlo acomodando a cada rato; y además, de que sí era necesario pero en una sala de operaciones con el fin de no infectar a la persona que estaba siendo intervenida quirúrgicamente, y no tanto para no infectarse el personal médico dentro de la sala de operaciones. Pero como sea, para mucha gente ha quedado claro que es una medida preventiva el uso del cubre-bocas para evitar contagiarse y ser contagiado.
Uno de mis hermanos acaba de llegar de Mazatlán, Sinaloa, y comenta que la mayoría de la gente no traía cubre-bocas, que a los que vio utilizarlo fue a los conductores del servicio urbano de transporte, pero la mayoría como de adorno nada más. Y tomó videos andando en el malecón de Olas Altas y la Plaza Machado, en donde no se ven personas con ese tapa bocas, a excepción de los meseros que atendían las mesas al aire libre de los restaurantes y cafés que ahí atienden al público.
Lo que sí se ve, es que ya se excedió bastante el tiempo de las restricciones personales con el fin de atender lo más que se pueda esta contingencia sanitaria que en sí, para muchos de nosotros ya nos puso el ejemplo de que sí se está llevando gente; porque si antes había personas que se preguntaban que en dónde estaban los tantos muertos que se anunciaban víctimas del coronavirus, hoy en día muchos mexicanos ya pueden haber comprobado que han muerto familiares, amigos, conocidos y vecinos que fallecieron probablemente debido al también llamado covid-19.
Sin embargo, aun así, debido al tiempo en que se ha alargado esta contingencia denominada también pandemia, ya mucha gente se ha comenzado a desesperar, y lo que es peor, a hacerse cada día más escéptica al respecto, así hayan fallecido personas cercanas; y más, porque ahora con las redes sociales, no han faltado quejas de familiares de fallecidos posiblemente por otras causas y que en su acta de defunción le ponen que la causa fue por coronavirus.
Me llama un cuñado para avisarme que en la ciudad de Guadalajara, había fallecido su señora madre, y que estaba disgustado con el médico que atendió a la señora de 90 años de edad, quien murió en su casa en forma por demás tranquila, aunque con los achaques derivados de la edad avanzada, y que la señora no mostraba ninguno de los síntomas de los que han estado anunciando en todos los medios que señalan posible covid-19; pero que el médico que atendió a su mamá en los últimos momentos, le puso en el reporte del fallecimiento que murió por covid-19, y todos los familiares le reclamaron esto, pero que el médico no se apartó para nada de su dicho.
A la mamá de mi cuñado, desde hacía algunos años le habían diagnosticado “epoc”, por lo que sí tenía dañados sus pulmones; pero cuando le diagnosticaron esta enfermedad, el médico que le había diagnosticado eso del epoc, les dijo, que esto era común en gente que durante muchos años habían estado cerca de cocinas en donde se cocinaba con leña por lo regular, cosa en la que estuvieron de acuerdo tanto mi cuñado como su demás familia, pues recordaron que en el rancho de donde son oriundos, siempre se cocinó con leña, por lo que el médico les confirmó que de ahí devenía el malestar de la señora.
El disgusto de mi cuñado y su familia fue que no les permitieron velar a su mamá como era debido y habían pensado hacerlo, y que además tuvieron que cremar su cuerpo y no sepultarla en la tumba en donde con anticipación había querido estar descansando la señora, pues al ver que los años le estaban ganando a su estado físico, les había comunicado a sus hijos dónde quería reposar, por lo que ya tenían su tumba dispuesta; pero no.
Sea pues. Vale.
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