Crece la posibilidad de poder obtener pensión en el IMSS
Sergio Mejía Cano
23 de julio de 2020
En caso de aprobarse la iniciativa para reformar la ley del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se podría vislumbrar una luz al final del túnel para que las nuevas generaciones puedan acceder a tener una pensión con mayor facilidad, por aquello de que se llegaran a reducir las semanas de cotización de 1250 a 750; y desde luego lo que significan estas semanas en cuestión de años trabajados, que sería muy significativo también, al quedar un límite de 15 en vez de 25 años laborados.
Hoy en día, con la obligación de tener por ley 1250 semanas cotizadas para poder gozar de una pensión, es muy difícil que las nuevas generaciones lo llegaran a lograr, debido a que no hay seguridad laboral de permanecer en un trabajo, y menos con la incertidumbre que ha generado a la clase patronal el tener la seguridad también, de estar generando empleos, y de no tener que estar despidiendo trabajadores constantemente.
Pero también la incertidumbre de la clase trabajadora de tener que estar al pendiente de si sus patrones no los dan de baja ante el IMSS sin siquiera avisarles, tal y como es y ha sido costumbre de algunos patrones o empleadores; y desde luego la desazón de perder el empleo y después ya no poder conseguir otro por aquello de tener más de 35 años de edad, algo que también ya se hizo muy cotidiano en nuestro país de no emplear a personas mayores de esa edad, a menos de contar con alguna profesión o determinado tipo de experiencia en algún rubro, etcétera. Así que si quedan en 750 las semanas cotizadas para poder pensionarse, pues qué más que mejor; aunque hubiese sido mejor que se haya regresado al antiguo esquema de tener solamente 500 semanas cotizadas para poder obtener la pensión a través del IMSS, tal y como lo marca la antigua ley de 1973.
Y he aquí el problema, ya que si aún hoy en día para muchos trabajadores que pueden optar por la ley del 73 es difícil llegar a las 500 semanas cotizadas, pues ahora imaginemos lo casi inalcanzable de llegar a cotizar 1250; así que con esta nueva iniciativa de quedar en 750 semanas, pues se puede considerar como un término medio y ni para allá ni para acá, es decir, a mano tanto para la clase trabajadora como para la clase patronal, aunque se dice que la propuesta para que fueran 750 semanas laboradas, fue a iniciativa del sector patronal.
En 1982 los trabajadores ferroviarios fueron integrados al IMSS, algo a lo que muchos nos opusimos por saber que el servicio médico que prestaba el IMSS dejaba mucho qué desear, por lo que los oponentes preferíamos la salud a obtener una pensión, que era el gancho con lo que el sindicato ferrocarrilero engatusó a la mayoría de los ferroviarios; y obviamente, con la máxima de que era mejor tenerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo; porque sea como sea, de algo nos serviría el IMSS, y más, al llegar a la edad de la cesantía. Así que quieras o no quieras, los trabajadores de los ferrocarriles en el país, fuimos integrados al Sector Salud, otorgándosenos por parte de las empresas ferroviarias de ese entonces 150 semanas de cotización a la mayoría de los trabajadores con menos de 25 años de servicio; y para los trabajadores de 25 años laborados o que ya estaban a punto de jubilarse, y para que pudieran obtener desde ya su pensión del IMSS, la empresa ferroviaria les concedió de inmediato las 500 semanas cotizadas.
Y esto viene a cuento, porque a muchos de los trabajadores que se les dieron en adelanto las 150 semanas de cotización ante el IMSS, al ser liquidados por motivo de la concesión de los ferrocarriles a la Iniciativa Privada, ahora, al llegar a ser miembros de la tercera edad, el IMSS se las quiso hacer tablas desconociendo esas 150 semanas que cedió el ferrocarril en 1982; pero como dijo cierta vez un jubilado del ferrocarril, don Gilberto Villanueva, que había sido jefe de estación en Aguirre y Mango, (Francisco I. Madero y Atonalisco, Nayarit, respectivamente), y que era el que asesoraba a quien iba cumpliendo la edad para la pensión, que el IMSS escatimaría todo lo posible, pero que una vez que se le demostraba que todo estaba en regla por parte del trabajador, el IMSS daba la pensión ya sin menoscabo.
Por fortuna hubo trabajadores ferroviarios que conservaron el convenio del paso al IMSS, que demostraba el pago de 150 y 500 semanas, respectivamente, y listo. Aunque eso sí, a la mayoría que ya tenía años sin cotizar ante el IMSS, se les exigió tener que trabajar mínimo un año, para revalidar sus derechos.
Sea pues. Vale.
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