El caldero en ebullición en el ámbito laboral

Con todo este argüende del coronavirus, en el que se está enfocando más la atención, al parecer se está dejando de lado otro asunto que está en ebullición y que poco a poco va creciendo, y esto es el ámbito laboral; pero no tanto en el sector obrero, sino en el profesional, sobre todo entre los jóvenes recién egresados o con ya unos pocos años de haber concluido su carrera de la que muchos salieron ilusionados pensando tal vez, que todo iría bien.

Y todo esto porque con el cierre de negocios considerados como no esenciales, se entiende que muchos jóvenes profesionistas que ya estaban laborando en algunas empresas o negocios, de pronto vieron truncados sus planes en plena etapa productiva de acuerdo a su edad y desde luego, profesión.

Existe la posibilidad de que en algunas empresas o negocios, para no cargar con más responsabilidades al tener que despedir a sus empleados que, de acuerdo a sus conocimientos por ser profesionistas, esas empresas o negocios corrieran el riesgo de probables demandas por despidos injustificados, atosigaran de tal manera a sus empleados de primer nivel, para que debido a la presión ejercida por sus patrones se vieran en la disyuntiva de mejor renunciar, al ver la posibilidad de que hasta los acusaran de alguna anomalía y, como poderoso caballero es don dinero, pues mejor renunciar que a pelear; y así, tal vez algunos profesionistas se quedaron sin trabajo y con esa renuncia quitarse de problemas. Además de que a la mejor les habrían dicho sus empleadores que si no firmaba su renuncia perdería la posibilidad de recibir su carta de recomendación para poder conseguir otro trabajo, etcétera. Porque de que se dan estos casos, desde luego que se dan. Así que mejor renunciar en buenos términos, que irse a un pleito laboral que tal y como siguen y están las cosas, posiblemente la demanda laboral pase a dormir el sueño de los justos.

Del ramo obrero desde siempre ha sido muy común que se despida gente obligándolos a renunciar e incluso se ha documentado que hay empresas o negocios que desde que son contratados los trabajadores, los obligan a firmar su renuncia por anticipado, cosa que según las mismas palabras del exgobernador Ney Manuel González Sánchez, lo llevó a cabo haciendo firmar su renuncia por anticipado a quienes serían sus colaboradores durante su gobierno tanto municipal como estatal; y hasta presumía el famoso Ney que todos los nombres de sus ayudantes estaban escritos con lápiz y no con tinta, para así facilitar un posible cambio de puesto entre sus colaboradores.

Así que ahora con el cierre de varios negocios debido al tema sanitario, mucha gente se ha visto desempleada, y posiblemente haya más trabajadores que se queden sin laborar si esto sigue tal y como se ha estado informando de que se ampliará el tiempo en que seguirán cerrados muchos negocios y, si Tepic no se caracteriza por ser una ciudad industrial, en donde el comercio es lo que más abunda, pues entonces queda claro que habrá un mayor desempleo que posiblemente generará desasosiego y desesperación entre la clase trabajadora a la que tal vez se le agregarán eso jóvenes profesionista que a la mejor pensaron que a ellos no les llegaría la lumbre a los aparejos.

Y ya se sabe que el descontento que genera el hambre, la desilusión, la desesperación de no tener poder adquisitivo, el no poder sacar toda esa frustración adicionada con el encierro y no poder acudir a reuniones para poder desahogarse del estrés causado por todo esto, es desde luego, un caldo de cultivo para que se esté prendiendo una mecha que ahora está tapada con la preocupación sanitaria; pero como se dice coloquialmente: hay que tener más cuidado de lo que no hace ruido, de lo que está agazapado nada más esperando el momento para saltar, y posiblemente así estén muchas personas que se han quedado sin trabajo y que llegará el momento en que no aguanten más y por lo mismo, tengan que saltar, gritar, protestar y clamar por algún tipo de solución a sus problemas o en el peor de los casos, tomar por sí mismos la solución para tratar de paliar esa desesperación que está generando todo esto; y más, quienes tengan hijos pequeños que ignoran por qué ha cambiado radicalmente su modo de alimentación, por qué se quedaron sin televisión, por qué ya no hay música en su casa, por qué a cada rato se disgustan sus padres y casi lleguen a los golpes o que se golpeen entre sí y por ende a ellos mismos, los pequeños que no comprenden en realidad lo que está pasando.

Sea pues. Vale.