Pues si es pasión de llegar a La Grande, que se le borre
Sergio Mejía Cano
10 de junio de 2020
Es muy posible que con el aparente asesinado de Giovanni López, por supuestos policías del municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, se haya cavado la tumba política del hoy gobernador de esa entidad, Enrique Alfaro Ramírez, pues cada día se hunde más y más en el caldo que probablemente él mismo propició; y porque al decir que los cuerpos policíacos no obedecieron sus órdenes y tal vez sí las de grupos criminales infiltrados en la Fiscalía, está dando a entender claramente que no tiene el mando absoluto del gobierno del estado de Jalisco.
Pero más, por quererse poner con Sansón a las patadas al querer involucrar al mismo presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en los hechos vandálicos que se dieron la semana pasada en la ciudad de Guadalajara. Involucramiento que no le pareció nada bien al Presidente de la República; tan así no le pareció a AMLO, que en una de sus conferencias matutinas el presidente dijo que no vale el que se haya retractado, porque no debió nombrarlo, porque a quien atacó Enrique Alfaro fue a la investidura presidencial.
Tal vez Enrique Alfaro cree, tal y como otros gobernadores y algunos sectores de la sociedad que AMLO es débil y porque no ha hecho aparentemente nada rimbombante que incluyan actos de venganza en contra de los políticos de los pasados sexenios, Alfaro Ramírez antes de emitir algún comentario en contra de la Presidencia de la República, debería de tener en cuenta que sea como sea, AMLO representa al Estado Mexicano y por lo mismo, todo el aparato de Poder está en sus manos, por lo que podría tener información de las colas que se le podrían pisar al gobernador jalisciense, así como de sus allegados. Ya lo ha dicho y demostrado AMLO de que no quiere venganza sino justicia.
El actual gobernador del estado de Jalisco, Enrique Alfaro, debido a su actuar en este conflicto de protestas ha despertado el rechazo de gran parte de los jaliscienses, sobre todo de los tapatíos que según me informan personas avecindadas en Guadalajara, la mayoría de los vehículos que circulan en la ciudad portan un letrero que dice “Fuera Alfaro”, y que cada día se une más gente para reclamarle su mala acción gubernamental; y a esa gente ahora, paradójicamente, se le están uniendo familiares y amigo de los policías ministeriales y hasta algunos de estos mismos policías que actuaron bajo el mando de los que arrestaron por el abuso de autoridad que sufrieron muchos jóvenes que se manifestaban pacíficamente y que por lo tanto, no tuvieron nada qué ver con los vándalos que hicieron destrozos en varios inmuebles e incluso el Palacio de Gobierno.
Ahora Alfaro Ramírez sufre las consecuencias de aventarse a ser político sin serlo en realidad, pues su comportamiento dictatorial lo dice todo, pues no tiene el tacto que debe de tener todo político que se precie de serlo. Alfaro Ramírez es un junior de la política y nada más, si está ahí es por rebote y gracias a su señor padre, Enrique Javier Alfaro Anguiano, quien fue rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y, desde luego, protegido por los amigos de papá; aunque también hay voces que afirman que Enrique Alfaro es una creación del cuasi dueño de la UdeG, Raúl Padilla López, a pesar de un supuesto disgusto entre el papá del actual gobernador de Jalisco y Padilla López, se dice en los bajos fondos que Enrique Alfaro es uno más de los protegidos del cacique universitario; y si bien se dice que también hubo un distanciamiento entre ambos, Padilla López y Alfaro Ramírez, mucha gente no entiende el porqué el gobernador no le busca las chichis a las gallinas para ver que le encuentra a los manejos de la UdeG por parte de Raúl Padilla, al que ha dejado seguir haciendo a su libre arbitrio todo lo que se le antoje.
Y volviendo a Giovanni López, queda claro que de no haberse hecho público el video de su arresto, su muerte habría quedado posiblemente en la impunidad; y precisamente debido a esta muerte, también está en una tablita el fiscal Gerardo Octavio Solís, porque si supo de la muerte de Giovanni desde el primer momento no actuó en la investigación de una muerte violenta en instalaciones policíacas; tal vez no se investigó quién llevó al ahora fallecido al Hospital Civil, quién lo recibió, y por qué no les decían nada a los familiares.
Así que si se le sigue escarbando un poco más a este asunto, se seguirá agrandando la tumba política y el derrumbe de los sueños imperiales de Alfaro Ramírez de llegar a competir por La Grande en el 2024.
Sea pues. Vale.
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