Los gobiernos del G20 atentan contra el capitalismo global
Octavio Camelo Romero
30 de marzo de 2020
Todo este relajo se debe a que los gobernantes no entienden las leyes del desarrollo del capitalismo, y no lo entienden porque están hechos bajo la economía política vulgar, la cual trata de apantallar incautos con una formulación matemática sofisticada. Sin embargo, la economía científica inicialmente desarrollada por Carlos Marx y Federico Engels, la cual fue y debe ser, producto de la crítica de la economía política actual, perfectamente nos plantea la lógica del desarrollo del capitalismo, incluso, del capitalismo global contemporáneo, de este capitalismo que Marx y Engels ya lo habían visualizado en El Manifiesto del Partido Comunista aparecido en Londres el 21 de febrero de 1848. En su obra de El Capital, este par de genios nos señalan el movimiento de la conversión del dinero en capital, este es, D – M – D’, o sea, el dinero tiene que convertirse en el mercado en medios de producción y fuerza de trabajo para producir una mercancía que irá al mercado y de cuya venta, se obtendrá la inversión inicial más un plus o una ganancia como dicen los empresarios.
Por otra parte, los mismos genios nos dicen en El Capital que las crisis del capitalismo son provocadas por el propio capital, al generar situaciones de sobre-acumulación o de la existencia de capital ocioso en cualesquiera de sus formas, esto es, como capital mercancía, como capital productivo, como capital a rédito, como capital ficticio, etc. Lo novedoso es que en el tiempo actual, en el que ya existía capital ocioso que buscaba la forma de valorizarse, los gobiernos del G20, en lugar de implementar medidas de valorización de ese capital ocioso, bien sea a través de la construcción de hospitales o simplemente en el financiamiento de toda la infraestructura sanitaria para combatir el covid-19, en los países asiáticos, europeos, americanos, etc., se toman medidas de paralización del movimiento de valorización del capital. Estas medidas necesariamente agudizarán la crisis que desde el 2009 no se ha superado. Por eso, de nuevo aparece la crisis del capitalismo y aumenta la cuantía del capital ocioso que requiere valorizarse o capitalizarse.
No es que no se quiera proteger a la población. Lo que sucede es que las medidas propuestas no protegen a la población. Se protegería si existieran los centros hospitalarios donde los infectados con el covid-19 se hospitalizaran y recibieran atención médica en esos centros y no se les pidiera que se encierren en su casa a esperar la evolución de la enfermedad. Y para la población no infectada, dotarla de por lo menos, lo indispensable para circular e ir a trabajar. Como no se están construyendo los centros hospitalarios para todos los infectados, entonces es natural el contagio. Pero lo que más llama la atención, es que ni siquiera se ha planteado internar a los contagiados del covid-19.
Como algunos capitalistas se han visto afectados por el paro de la actividad económica o. la interrupción del proceso de valorización del capital, están demandando que la población vuelva a la actividad económica. Sin embargo, en las actuales condiciones de indefensión del covid-19, la vida social llevaría a un contagio masivo.
Los organismos como el FMI y el Banco Mundial debieran de financiar la infraestructura sanitaria en los países donde existen contagiados del covid-19, para que a todos ellos los hospitalicen y se les de atención hospitalaria. China demostró que en 10 días se puede construir y equipar un hospital para 1000 camas. Y los cubanos están demostrando que el corona-viro puede ser dominado. Lo que falta es que los grandes capitales ociosos se inviertan a largo plazo si es que no se quiere endeudar al Estado. En fin.
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