El T-MEC y el tren maya detonarán el desarrollo de México
Octavio Camelo Romero
19 de diciembre de 2019
No se ocupa ser sabios para entender que el T-MEC resolverá la estrechez del canal de comercialización de México hacia los Estados Unidos. En las circunstancias previas a la aprobación y ratificación del tratado, en varias ocasiones se vieron afectadas las exportaciones de los productos mexicanos hacia el vecino país del norte. La arbitrariedad e indolencia de su presidente se tradujo en pérdidas de los agroproductores nacionales. Sin embargo, una luz se percibe al final del túnel, la luz del T-MEC.
La visión del grupo de tecnócratas egresados de las universidades gringas, fue la adecuada para prevenir los posibles conflictos comerciales con China que estaba creciendo al 10 por ciento en promedio anual. Se trataba de competir con el país asiático en cuanto a tener una mano de obra más barata que la de ellos. Y con ese perverso objetivo se inicia un proceso de pérdida de valor o de devaluación de la fuerza de trabajo mexicana. Carlos Salinas de Gortari, el más inteligente de todos ellos, previó la afluencia de inversión nacional y extranjera en la producción automovilística para competir con cualquier país en el mercado norteamericano. Pero no fue únicamente en ese renglón de la economía, sino que la inversión extranjera y nacional se diseminó en los demás renglones, constituyendo un conglomerado económico el cual determinó un circuito económico cuya producción de bienes y servicios tuvieron como destino el mercado estadounidense. Y correlativamente México pasaba a ser un país interdependiente de EE.UU.
Esa situación se reabre y se fortalece con el T-MEC, pero con un pequeño problema. Para algunos Capitales norteamericanos y Canadá les resulta desleal los niveles tan bajos del salario mexicano, dado que se ven afectados en términos de costos y de precios competitivos. Por este motivo han estado planteando el incremento de los salarios mexicanos a los niveles de sus salarios, pero, frente a China evidentemente que perderían las ventajas comparativas. Por eso, con el nuevo salario mínimo vendrán más capitales extranjeros al país. Desde luego que los pequeños capitales nativos orientados al mercado interno tendrán que disminuir sus ganancias para poder seguir vigentes.
El otro detonante es el Tren Maya. Los Estados del sureste son los menos favorecidos. Siguiendo la experiencia pasada del país, la inversión pública con la incorporación de mano de obra directa, es un excelente mecanismo para dar ocupación y a la vez, para elevar la capacidad de compra de las familias de los trabajadores. Sin embargo, en esas entidades federativas por donde va a pasar el Tren Maya, se localizan verdaderas bellezas naturales, además de los monumentos históricos de las culturas mesoamericanas. Tan sólo la civilización Maya tiene un potencial informativo que a estas fechas no se ha podido resolver científicamente. Sus monumentos son para significar fechas e inicios o culminación de fechas o periodos. Empero, su construcción obedece al juego de luces y sombras que en cierto momento del año se presentarán. El evento del equinoccio significado con la bajada de Quetzalcóatl, como el juego de luces y sombras que descienden desde lo alto de la pirámide simulando el paso de una serpiente hasta llegar a la base donde se encuentra la cabeza de la serpiente, es un suceso que nos debe llevar a preguntarnos: ¿Cómo pudieron construir ese monumento sin maquetas, sin un sistema referencial espacial y cósmico, sin el conocimiento de las estaciones del año, sin el número pi, etc? De suyo estas interrogantes son relevantes para ciertos tipos de turismo: turismo cultural, histórico, científico, antropológico, etc. Por eso el Tren Maya detonará la activación de la inversión nacional y extranjera la cual, a su vez, desarrollara la actividad turística en esas entidades federativas. Con estos dos detonadores, el T-MEC y el Tren Maya, el país se desarrollará. En fin.
Comentarios