Una invasión planeada junto con una matanza familiar
Sergio Mejía Cano
28 de noviembre de 2019
En verdad que llegan a inquietar las locuras del orate que funge como presidente de los Estados Unidos de Norteamérica (EUN), orate porque no se le podría designar de otro modo por su inestabilidad mental, si bien inquieta cuando señala a otros países del orbe, ahora más que pretende calificar a los supuestos grupos de narcotraficantes mexicanos como terroristas, sobre todo por lo que significaría para nuestro país una invasión militar de cualquier tipo.
Ahora sí le pusieron una papa caliente al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), porque debido a su reacción ante esta vil amenaza se verá su temple y patriotismo; pero en este caso no nada más de él, sino de todos los mexicanos que tendríamos que poner en práctica el Himno Nacional, debido a que el anaranjado “masiosare” presidente gringo cumpla lo prometido. Y todo por aquello que señala nuestro Himno Nacional de que “… mas si osare un extraño enemigo profanar con su planta tu suelo, piensa oh patria, querida, que el cielo un soldado en cada hijo te dio…”. Así que sin pensar, en caso de una invasión probablemente haya mexicanos que la apoyen y tal vez el grueso de la población haga resistencia en alguna forma, como sea, incluso hasta los mexicanos que radican o están en los EUN, y ni modo que los gringos los encapsulen en campos de concentración tal y como hicieron con sus mismos ciudadanos de ascendencia nipona, por lo que tal vez sea puro farol mediático de Donald Trump para ganar adeptos en las próximas elecciones y más entre los que ignoran la historia de cómo se creó esa nación del norte, igual como existen algunos mexicanos que también ignoran la propia historia de México.
Está documentado que cuando los gobiernos gringos le ponen el ojo a algo, no les importa masacrar gente inocente mientras no sean sus propios ciudadanos, güeritos desde luego, aplicando aquello de que si algo sobra en el mundo, es gente; y en este tenor no sería muy descabellado que en la masacre a la familia Le Barón en las inmediaciones de la frontera entre los estados de Sonora y Chihuahua, haya mucho de fondo o tenga algo que ver para que desde el primer instante en que ocurrió esa matanza, de inmediato Donald Trump se ofreciera como si fuera buena gente a intervenir dizque para acabar con los aparentes grupos criminales a los que se les echó la culpa de esa barbaridad. Y más por la petición de la familia Le Barón.
Baste recordar cómo para lograr sus aviesos propósitos los gobiernos gringos a lo largo de su historia han recurrido a acciones malsanas para salirse con la suya, como señalar a las tribus originales del territorio norte del continente de que eran unos salvajes para justificar su casi exterminio, y a los sobrevivientes lanzarlos a reservas inhóspitas; igual recordar, y está documentado, que presionaron a tal grado a los japoneses que los obligaron a atacar Pearl Harbor, en Hawái en diciembre de 1941; y cómo ahora al paso del tiempo varios analistas han cuestionado férreamente de que el supuesto ataque a las torres gemelas en Nueva York, en septiembre de 2001 fue un atentado orquestado por el mismo gobierno gringo para tener el pretexto de invadir el Medio Oriente, cómo mintió también el gobierno gringo respecto a que había armas de destrucción masiva en Iraq y resulta que siempre no; y aunque se diga que es una teoría de la conspiración el que se le acuse a los gobiernos gringos en turno, el tiempo todo lo descubre por lo que ahora hay más elementos para comprobar que la infamia ha estado siempre dentro de los gobiernos de EUN.
Y a propósito de terrorismo, ellos, los gobiernos gringos son los que lo han generado en la mayor parte del mundo con sus intervenciones tanto bélicas como económicas, pues los terroristas no son otros más que patriotas de las naciones invadidas que luchan en la resistencia en contra de esas intervenciones que significan únicamente intereses para los gobiernos gringos y obviamente para sus fábricas armamentistas. Porque es un hecho que en cuanto a las armas que aparentemente son utilizadas por los supuestos grupos de narcotraficantes de México, son proporcionadas precisamente de allá, de los EUN; por lo que se considera a ojo de pájaro como una incongruencia más del nefasto Donald Trump esta mamada de querer invadir nuestro país con un pretexto tan baladí, aunque quién sabe si como títere que es el anaranjado Trump, haya visto la posibilidad con sus congéneres empresariales de apoderarse del litio que hay en Sonora.
Sea pues. Vale.
Comentarios