El fuero político exclusivo para diputados y senadores, y nadie más
Sergio Mejía Cano
15 de noviembre de 2019
Las Cámaras de diputados y senadores están muy desvirtuadas, porque es probable que muchos de los que aspiran a una curul lo hacen más bien por buscar el fuero político, y abundando un poco más en este caso, también para no vivir en el error, por supuesto.
Todo servidor público al entrar en funciones protesta cumplir y hacer cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las estatales y las leyes que de ella emanen; sin embargo, se han visto claramente violaciones a las mismas (aunque sea poquito) sin menoscabo para quienes se les han señalado dichas violaciones a los preceptos constitucionales ya sea a nivel federal o estatal.
Y esto se ve obviamente en las sesiones del Congreso de la Unión, así como en sesiones particulares ya sea en la Cámara alta o baja al ser interrumpidos en sus discursos o arengas los legisladores que están en la máxima tribuna del país pregonando sus argumentos que, cuando enfadan o incomodan por sus dichos o señalamientos de inmediato otros legisladores tratan de callarlos o no dejarlos hablar interrumpiéndolos con gritos, porras o vitoreando a alguien, etcétera; y lo que podría ser peor: se les da tiempo límite para sus exposiciones y esto viola precisamente la misma Carta Magna porque se contrapone con el artículo 61 constitucional que señala claramente que “Los diputados y senadores son inviolables por las opiniones que manifiesten en el desempeño de sus encargos y jamás podrán ser reconvenidos por ellas.
“El presidente de cada Cámara velará por el respeto al fuero constitucional de los miembros de la misma y por la inviolabilidad del recinto donde se reúnan a sesionar”.
Así que ahora es costumbre que tanto senadores como diputados se interrumpan unos a otros por no gustarles lo que se está exponiendo en tribuna o hasta en sus propias curules; y el presidente de la Cámara respectiva en realidad nada más hace como que quiere llamar a la cordura a los legisladores pero muy pocos o nadie le hace caso y, al contrario, es el mismo presidente quien le señala a legislador que está en tribuna que su tiempo se agotó; y esto obviamente que se contrapone con el principio constitucional de que los legisladores son inviolables por las opiniones que manifiesten. Claro que habrá quien diga que de no tener un tiempo marcado para que cada legislador que suba a tribuna se exprese, entonces serían interminables las sesiones; sin embargo, de acuerdo al principio constitucional se entiende que en ningún caso pueden ser reconvenidos los legisladores, por lo que en sentido claro se les debería dejar expresarse todo el tiempo que se requiera y sancionar a quien interrumpa cualquier exposición de motivos o argumentos en general.
Y respecto al fuero político, se ha dicho históricamente que este se constituyó precisamente para que jamás volviera a ocurrir un hecho tan lamentable como el ocurrido con el senador por Chiapas Belisario Domínguez, de quien se dice fue asesinado por el régimen del usurpador Victoriano Huerta, debido a sus encendidos discursos tras el asesinato de Francisco I. Madero y su vicepresidente José María Pino Suárez. Así que para que en lo sucesivo ningún legislador por sus dichos en tribuna fuera sancionado o perseguido fue que se instituyó el fuero político. Así que por esto mismo, pero se entiende que única y exclusivamente para los legisladores; sin embargo, tiempo después algunos otros funcionarios públicos al ver que prácticamente dicho fuero político se convirtió o pasó a ser una especie de impunidad, fue que el fuero se extendió o lo hicieron extender hacia otros cargos públicos, desvirtuando por completo la esencia y el espíritu de por y para lo que fue creado el fuero político: protección para los legisladores que recriminaran anomalías en los gobernantes y miembros de los otros dos Poderes de la Unión.
Se entiende que si el fuero político se instituyó única y exclusivamente para la protección de los legisladores, pero lo extendieron hacia otros cargos; y es más, se podría interpretar como lo señala la Constitución, de protegerlos por sus opiniones que manifiesten en el desempeño de sus cargos; y se podría entender también que nada más para eso y ya, y una vez ya en la calle pasar a ser como cualquier hijo de vecino por aquello de que nadie por encima de la ley, porque tal y como se interpreta actualmente ese dichoso fuero político, a veces protege a los políticos y demás servidores públicos que se amparan con el fuero hasta de delitos del orden común.
Sea pues. Vale.
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