Destruir a Morena desde dentro
Sergio Mejía Cano
28 de octubre de 2019
No recuerdo por el momento quién dijo recientemente que el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) sería una llamarada de petate, aunque también hay otras voces que afirman que Morena será el nuevo emblema del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y que su hegemonía durará por varios años; sin embargo, al parecer la razón la está dando el mismo partido Morena de que posiblemente sí será efímera su existencia.
¿Y por qué? Pues porque sus mismos militantes que no son otros más que los mismos de siempre, le están dando en la torre a un movimiento que todavía podría ser una esperanza para muchos mexicanos, pero quienes lo integran siguen con las mismas mañas y costumbres de nada más querer ver por sus propios intereses tanto particulares como de grupos. De ahí que tal vez por eso muchos políticos emigraron de su partido nodriza, el PRI, y de los que posteriormente se convirtieron en sus satélites como el PRD y hasta el propio Partido Acción Nacional (PAN), para ir a formar parte del nuevo movimiento al que le vieron posibilidades para poder seguir haciendo lo que por tanto tiempo se acostumbraron: hacer negocio propio. De ahí que al interior de Morena esté habiendo esas luchas internas por apoderarse de la dirección de este neo partido político.
En Morena persistieron muchos de los que se dijo alguna vez tenían vara alta en el PRD, y que al igual que antes, ahora en Morena siguen en el primer nivel, además de ser personajes muy controvertidos en alguna forma, como Porfirio Muñoz Ledo, Dolores Padierna, Martí Batres y otros que nunca se vieron como un militante más, de a pie, sino que siempre en las alturas del PRD y ahora de Morena; y lo curioso es que si en el PRD tardaron casi 29 años en acabar con este partido que fundaron Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Ifigenia Martínez y el mismo Muñoz ledo entre otros ahora exmilitantes del PRI, todo indica que si no se hace algo para contener la voracidad de los de siempre, acabaran con Morena más temprano que tarde, porque ya se está generando la decepción en muchos de sus militantes y simpatizantes al ver que si no hay control dentro del mismo neo partido, poco podrán hacer por el bienestar del país al estar entretenidos peleando entre los mismos militantes en vez de estar pensando en la población con hambre y sed de justicia (Colosio dixit), pero que los pleitos internos en Morena ve cómo la esperanza se está desvaneciendo al estar dando la misma cara de siempre: puros intereses propios.
No por nada la señora María Eugenia Jiménez Valenzuela renunció recientemente a Morena, pues algo debió haber visto con estas pugnas internas que mejor se aparta. ¿Y por qué mejor se hace a un lado la señora Jiménez Valenzuela? Pues porque se ha de haber enterado o vio algo que la convenció que no hay seriedad en Morena, y menos ahora que abiertamente el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha dicho que ya no son los mismos tiempos de antes en que el Presidente de la República era el primer militante del partido político del que había emanado; así que los integrantes de Morena al oír y ver esto, pues están tratando de tomar las riendas de este incipiente partido político que también se contradice con lo dicho por el propio AMLO: que no se puede verter vino nuevo en botellas viejas; sin embargo, en este caso la mayoría de los militantes de Morena que prácticamente es un partido nuevo, lo componen en su mayoría puras botellas viejas y unas hasta muy quemadas en el ambiente político. Así que qué se podría esperar de políticos cuestionados que tal vez han creído que con salirse de las filas del PRI se compondrían y más al irse a engrosar las filas de Morena; y claro que nada de eso, porque no es el cambio de partido político lo que determina un cambio en sí, sino la actitud de cada quien; pero ¿cómo cambiar de la noche a la mañana de todas las malas artes y mañas que se permitieron a lo largo de décadas en que se olvidaron las bases y las luchas sociales que fueron las bases del otrora partido aplanadora, el PRI?
Ahora bien: podría no ser muy descabellada la idea de que el hecho de que algunos militantes del PRI, del PRD y de otras asociaciones políticas al salirse de sus partidos y meterse a Morena aprovechando eso de que las puertas están abiertas, fue precisamente para desde el interior desbaratar a este movimiento que creció rápidamente y por lo mismo se convirtió en un verdadero peligro para el estatus que se creó a lo largo de decenas de años.
Sea pues. Vale.
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