El precio real de las armas clandestinas son muchos muertos
Sergio Mejía Cano
23 de octubre de 2019
Si hay algo difícil de creer es que los Estados Unidos de Norteamérica (EUN) lleguen a suspender en alguna forma la venta de armas para que ya no entren en forma lícita como ilícitamente a nuestro país, porque si hay algo que ha caracterizado por siempre a nuestros vecinos del norte, es precisamente la venta de armas, que es lo que ha fortalecido en cierta forma al supuesto poderío de esa bélica nación del norte de nuestro continente.
Se ha documentado que uno de los grandes errores del entonces presidente de EUN John F. Kennedy, asesinado el 23 de noviembre de 1963, fue querer abandonar la invasión a Vietnam, porque esto hubiese significado enormes pérdidas para la industria armamentista gringa, de ahí que mejor lo hayan hecho a un lado debido a su pretensión de querer atacar los grandes intereses de esas grandes compañías fabricantes de armas; así que bajo ninguna circunstancia esos grandes empresarios de armamentos podrían haber permitido que su país se saliera del entonces dividido país asiático; había que seguir ahí para que sus ganancias por ventas de armas no cedieran ni un céntimo.
Entonces, ¿cómo es posible que de la noche a la mañana quiera ceder el actual gobierno gringo suspender la venta de armas a México si esto significa no nada más pérdidas económicas, sino cierto control en nuestro país, ya que les conviene sobremanera que nuestro país les esté comprando armas de todo tipo tanto al mismo gobierno mexicano como los llamados grupos del crimen organizado; el primero, dizque por defensa y protección, y los otros pues para tener con qué atacar y defenderse tanto del gobierno como de otros grupos antagónicos. Y obviamente que a los surtidores o proveedores de armamento gringos, poco les importa que dentro del precio pagado por las armas adquiridas, también tengan otro precio: infinidad de cadáveres mexicanos.
Así que esto que ahora se informa de que el actual gobierno mexicano le pedirá al gobierno estadounidense que pare la venta de armas a los grupos delictivos, sería tanto como si se le dijera a un zapatero que ya no vendiese zapatos; en el entendido de que al zapatero no le importa qué haga con su producto quien se lo compra, si los usa, los tira, los regala, etcétera. Así los armamentistas gringos que lo único que les interesa es vender su producto sin importarles quien se los compra ni para qué, y menos le interesa quienes se maten con esas armas que fabrican, pues para ellos lo único que importa es vender y se acabó.
No por nada lo gobiernos gringos no quitan el dedo del renglón de estar generando conflictos en otras naciones, polarizándolas, creando grupos dentro de un país para que se ataquen entre sí los mismos connacionales haciéndoles creer que unos son buenos y otros malos y órale, ¡mátense!, nosotros les vendemos con qué. ¿No resulta algo muy extraño que entre los problemas en varias naciones del mundo entero sean los EUN los que les venda armas tanto a un grupo como a otro, y los gringos muy tranquilos viendo de lejos cómo se matan en una nación hermanos contra hermanos?
Si nuestros gobernantes en verdad desean acabar con el tráfico de armas, deberá estar muy atento vigilando todos los posibles puntos de entrada de armamento y no ser puro cuento como se ha acostumbrado desde siempre, ya que por más que se haya dicho en el pasado que el tráfico de armas que entraban ilícitamente a nuestro país era un flagelo para los mexicanos, pero aun así todo indica que jamás se ha llevado a cabo una vigilancia exhaustiva, a fondo, para en realidad detener ese flujo de armamento clandestino que se supone es el que llega a manos de criminales que obviamente no requieren de esas armas para espantar plagas de hormigas, sino para lo que se supone que son dichas armas: matar a quien les estorbe en sus negocios.
Y será muy difícil que los gringos detengan ese tráfico ilegal de armas porque sentirán la presión de los fabricantes de armas clamando que es un ataque a la libertad de mercado, un ataque a la libre empresa y desde luego, le harán comprender al gobierno gringo en turno que no es conveniente dejar de mandar armas a su vecino del sur, porque en ninguna forma les convendría que hubiese paz en territorio mexicano, porque serían enormes las pérdidas y esto podría ser un mal ejemplo para las demás naciones latinas más al sur del continente americano.
Así que es probable que bajita la mano, los EUN pretendan continuar con el mercado negro de armas por así convenir a sus intereses económicos.
Sea pues. Vale.
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