El INE y la lucha por la democracia…
Marco Vinicio Jaime
21 de octubre de 2019
La democracia, como vía sustancial de expresión y participación ciudadana en la inacabada lucha por alcanzar la mejor representatividad de los intereses colectivos desde el ejercicio del poder, no ha dejado de ser un ideal por cuanto aún parece -más que aliada-, elemento incómodo de la gobernanza de nuestros días, toda vez que de forma lamentable ha pesado más la oscura influencia de la verticalidad, la ausencia de comunicación y el autoritarismo para la consumación del bien personal de grupos, partido o cúpulas regentes.
De conformidad, no es de extrañar -con honrosas excepciones- la creciente crisis de liderazgos, oficio político, de legalidad, justicia y practicidad de los que ejercen el correspondiente mandato constitucional en las diferentes esferas en que se configura y estructura. De ahí que por ahora no se vea solución cabal a los graves flagelos que se ciernen sobre las mayorías, solo monólogos, datos y realidades halagüeñas de estricta exclusividad para la siempre cerrada y sectaria cofradía -de todos los colores- usufructuante de los haberes del pueblo.
Por tanto, cobra especial relevancia hacer hincapié en el peso que comporta redoblar esfuerzos por el fortalecimiento democrático en el imprescindible marco del respeto al Estado de Derecho, las instituciones, la justicia y la verdad; pues los de ahora son tiempos urgentes, de ineludible transformación de fondo que erradique estereotipos, vicios e iniquidades que en nombre del pueblo y de la ley -con base en promesas y campañas indisgestantes de propuestas que por lo regular nunca llegan a cristalizarse- tristemente han venido obstaculizando la unidad, la autoridad que emana de veras del pueblo y su consecuente coadyuvancia al desarrollo de todos, por todos y para todos.
Es así como adquiere sentido por su parte, la meta preconizada por el Instituto Nacional Electoral (INE), de enriquecer la toma de conciencia ciudadana en pro del desenvolvimiento eficaz de procesos electorales cada vez más poderosos en función de “ubicar a la sociedad en el centro de los comicios mismos”, en consonancia con la regla de que: “la democracia requiere demócratas”.
Se comprende entonces, tras de exponer lo anterior, la preocupación del Vocal Ejecutivo del INE en Nayarit, Eduardo Manuel Trujillo Trujillo, de poner empeño mayúsculo en la “construcción de una sociedad responsable”, luego de ser facilitadores estratégicos de tal coparticipación que haga asequible elecciones garantes de legalidad, certeza, imparcialidad, objetividad y máxima publicidad, entre los factores siempre invocados, y de lo cual dijo, el INE ha demostrado ser confiable, a fin de consumar el arribo de gobernantes proporcionalmente comprometidos con el grande esfuerzo y la expectativa depositados en aras de un futuro mejor; lo que empieza sin duda alguna, con el respeto irrestricto de las reglas y el marco legal respectivo por parte de autoridades, aspirantes y posteriormente candidatos; de lo contrario, mal se empieza, y se debe proceder con la denuncia y la aplicación de las sanciones correspondientes, además de impulsar la valiente capacidad general de rectificar y evitar daños y retrocesos colaterales al avance democrático, aunque ello implique como hasta ahora, inercias y resistencias al nada sencillo papel del INE.
En un especial encuentro con representantes de medios de la Entidad, bajo la organización coyuntural del Coordinador de Comunicación Social de la institución, Gustavo Rey Velo, el Vocal Ejecutivo afirmó estar, precisamente por lo antedicho, concentrados con todos los recursos disponibles en la preparación de las elecciones del próximo 2021, a la par de la elección del Presidente del Instituto Estatal Electoral (IEEN), tras la reciente renuncia de quien fuera su titular, Celso Valderrama; mecanismo que aseguró se realiza con la más pulcra transparencia y legalidad, y que como resultado confió habrán de consolidar en su momento una sólida coordinación con las acciones locales en la materia, al igual que con la impresincible colaboración de las autoridades estatales y federales.
El Maestro Manuel Trujillo Trujillo, advirtió asimismo, que poseen un reto significativo, compartido con la sociedad, de evitar lo que hasta estos momentos se ha vuelto un terrible mal a modo de tentación fuertemente seductora de la gobernanza, no solo en México, sino en distintas latitudes del orbe: la intolerancia a la democracia, a su esencia misma que no es otra que “acotar o delimitar el poder absoluto, para dividirlo en el necesario contrapeso, dando paso a la fecunda autoridad popular”, de ahí que siendo concientes de que no es posesión de algún sector en particular, ni producto de tal o cual movimiento, sino de la lucha histórica del pueblo, la democracia debe ser referente en toda acción que conlleve el interés supremo de la sociedad, y como tal defendida con todo el rigor que deriva del derecho de vivir en paz, justicia y dignidad.
En este marco, es de destacar el énfasis que el Vocal Ejecutivo del INE puso, por ahora, a la indispensable labor de los medios de comunicación, como conductos particularmente estratégicos de un mensaje conduntente de libertad democrática y de conjunción de esfuerzos con la ciudadanía, tras su irremplazable función única de decodificación y difusión que interconecta con los sentidos de la colectividad; de ahí que propuso una alianza continua, para potencializar habilidades y acciones de cara al objetivo expuesto, y en bien de todos. ¿Podría ser detonante del rescate del oficio político y la valía de la comunicación en el indubitable marco de la libertad de expresión, tan ignorados alevosamente por los enemigos de la democracia en todos los niveles de gobierno, que permita el acceso a mayores estadios de interacción recíproca y por ende el parteaguas de una nueva etapa de gobernanza? ¿Podrá el INE cumplir la meta desde su trinchera de abrir camino hacia el triunfo total de la democracia? Habrá que estar muy atentos.
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