En México se desplomó la acumulación de capital transnacional

La economía política vulgar, la no científica, ha clasificado la economía de los países en tres grandes sectores, el sector primario, secundario y terciario, correspondientes a lo que otros economistas de la misma estirpe denominan respectivamente, como agricultura, industria y servicios.

La economía mexicana en tanto economía dependiente del imperialismo contemporáneo, está irrigada en sus tres sectores por los flujos de los capitales transnacionales, los cuales, tras llevarse a los países imperiales el valor producido en México, y dentro de él, la plusvalía arrebatada a los trabajadores mexicanos, realizan la reproducción ampliada de sus capitales particulares o, la acumulación del capital. Como son condueños del mundo, del planeta tierra, no tienen problema para cambiar de país-destino de su inversión, salvo cuando a juicio de quien dirige a un determinado país imperial le parezca que están dañando sus intereses, o se presente alguna crisis del capitalismo. Sin embargo, por cualquiera de estas condiciones, en México de desplomó la acumulación de capital transnacional. La pregunta clave es: ¿A dónde se fue ese capital transnacional no acumulado?

Por lo pronto se sabe que en la minería la Inversión Extranjera Directa, IED, cayó 45.6 por ciento. De recibir 676.7 millones de dólares en los primeros tres meses de 2018, en igual periodo de este año sólo se captaron 368 millones de dólares. La diferencia fue de 308.7 millones menos. Dentro del sector industrial, la construcción reportó menos crecimiento en inversiones extranjeras al pasar de 571.9 millones a 544.3 millones de dólares lo que equivale a 27.6 millones menos o una caída de 4.8 por ciento a tasa interanual durante el primer trimestre de 2019, en comparación con igual periodo de 2018. En el sector terciario el transporte, de recibir 459.1 millones de dólares de IED durante el primer trimestre de 2018, para igual periodo de 2019 sólo obtuvo 223.9 millones. El descenso fue de 51.2 por ciento o 235.2 millones menos. Por su parte los servicios inmobiliarios pasaron de 64.2 a 19.2 millones de dólares, 70 por ciento menos, y en los servicios financieros hubo un retroceso de 14.60 por ciento al pasar de 2 mil 831.5 millones a 2 mil 417.9 millones de dólares. También cayeron en 8.89 por ciento los servicios de alojamiento de 183.3 a 167.0 millones de dólares, los servicios de salud de 2.4 a 1.3 millones de dólares, lo que implica una caída de 45 por ciento anual y los servicios educativos de 1.6 a 1.2 millones de dólares.

En otro orden de información, el gasto de las empresas en maquinaria, equipo y construcción, que refleja el comportamiento de la inversión privada en bienes utilizados en los procesos productivos, se desplomó a una tasa anual de 6.9 por ciento durante mayo, para ubicarse en niveles mínimos desde julio de 2014, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI. En particular, la construcción, una de las actividades con mayor capacidad para generar empleo, bajó 8.3 por ciento anual durante mayo, lo que la dejó en su peor nivel desde hace 13 años, (febrero de 2006), según datos del INEGI. La presión vino en mayor medida por el componente no residencial, por la infraestructura comercial, industrial, obra pública e institucional, que bajó 8.8, mientras el residencial lo hizo en 7.9. El nivel de la inversión fija bruta de la construcción se ubica actualmente por debajo de lo observado en las crisis de 2008-2010 y de 2012-2013, según el subgobernador del Banco de México.

La industria del país es la que se ha visto afectada en primer lugar por el descenso de la inversión fija bruta. Respecto de mayo del año pasado, se hundió 21.2 por ciento la adquisición de maquinaria y equipo de origen nacional, mientras en el importado la merma fue de 6.3.

En un reporte financiero, Banorte expuso que aun sin los datos de junio lo reportado hasta ahora por el INEGI advierte que la inversión será muy débil en el segundo trimestre del año y anticipa que el sector cerrará con una contracción de 2.9 por ciento en 2019, con riesgos a la baja. En fin.