Tepic, Nayarit, jueves 25 de abril de 2024

Medidas anticrisis de la década de los años 70 y sus ecos al final del siglo

Octavio Camelo Romero

06 de Agosto de 2019

La crisis del capitalismo es una superproducción de capital en alguna o en varias de sus formas. La mercancía, el dinero, el capital productivo, los productos financieros, etc., son formas del capital. Lo que se está superproduciendo, superacumulando es capital en alguna o en varias de sus formas y por ello se generan las crisis, esto es, hay capital en exceso. Existe la idea equivoca de que la “Ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia” es causa de las crisis capitalista. Pero en realidad esta Ley es el propio fenómeno de la crisis, es la tendencia del capital a superproducirse, a superacumularse. No se puede confundir el fenómeno de la crisis con su causa. “La causa de las crisis del capital es el propio capital”. Y esto es así porque existe una unidad dialéctica entre los dos procesos del capital, entre el proceso de producción que crea valor, y dentro de él, el plusvalor, y entre el proceso de realización de dicho valor, que da el mercado. Los dos procesos son necesarios para el capital y constituyen una unidad dialéctica. El capital tiene que comprar en el mercado los elementos productivos, medios de producción y fuerza de trabajo. Sale del mercado y entra al proceso productivo, crea mercancías con un plusvalor o plusvalía añadido. Entra en el mercado para la realización del valor y su consumo. El capital está siempre entrando en la producción porque salió de la circulación de mercancías; vuelve a la circulación de mercancías porque salió de la producción. Las crisis del capitalismo ocurren porque se produce antes de venderse. Y solo se va a saber cuánto debió de haberse producido después de aquella venta, después de lo vendido. Y ¿Cómo el mercado capitalista corrige ese problema de superproducción de capital? Con la devaluación del capital, con la devaluación de precios.

Entre las medidas anticrisis de la década de los 70 del siglo XX, existen las tradicionales de la elevación de la tasa de plusvalía, las específicas de la transferencia hacia los países imperialistas del valor producido en los capitalismos dependientes y, el desarrollo del capital ficticio que es lo que caracteriza al capitalismo contemporáneo. La elevación de la tasa de plusvalía o de explotación, es una de las medidas anticrisis que el capitalismo siempre realiza en primer término. Se trata de exprimir más plusvalor a los trabajadores mediante la combinación de procedimientos que va desde la intensificación de la jornada de trabajo hasta pauperización de los salarios para situarlos por debajo del mínimo necesario para comprar alimentos y vestidos. Las medidas de transferencia de valor de los países dependientes hacia los imperialistas van desde la inversión de capital extranjero en las economías dependientes hasta la asociación de capitales transnacionales con capitales locales para la explotación de la clase obrera de dichos países dependientes en la extracción, producción, transformación, financiación y demás servicios económicos. Además de éstas y como resultado de las crisis, existe la incapacidad de las instituciones crediticias y financieras de cubrir los pagos a los inversionistas, la cual es transferida al gobierno mediante la compra de esos activos financieros para que sea el gobierno quien pague. De esa manera se genera la transformación de dichos compromisos en deuda pública, y para lo cual se requieren créditos de las instituciones internacionales para la compra de esos activos. Como resultado se implementan una serie de medidas restrictivas al gasto público para asegurar el abono de la deuda al capital transnacional.

El otro elemento es el capital ficticio. Como la crisis es una superproducción de capital que necesita encontrar un nuevo espacio de valorización, y/o incrementar espacios de valorización que ya existen, lo que el capitalismo hizo a partir de los años 70 y de manera más profundizada después, es ampliar el espacio de valorización en los mercados financieros. Además de los ya existentes, se crearon nuevos producto financieros, las llamadas innovaciones financieras, o sea nuevos futuros, los derivados, los swaps y varios productos financieros que formaron un espacio nuevo o ampliado si ya existía, de valorización para el capital que estaba superacumulado. En fin.


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