No nos hemos equivocado con Andrés Manuel López Obrador
Octavio Camelo Romero
23 de Junio de 2019
Desde antes de la campaña presidencial ya habíamos caracterizado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Su lógica y su punto de vista de la economía política vulgar permitían visualizar con cierto grado de precisión la esencia de sus planteamientos. No es complicada la lógica explicativa que usó, usa y seguirá usando Andrés Manuel López Obrador en referencia a la situación de los mexicanos y a su modelo de desarrollo de país. El punto de partida en su razonamiento son los mexicanos pobres que, dicho sea de paso, constituyen más de la mitad de los habitantes de este país. A la pregunta ¿Cuál es la causa de esta pobreza? La respuesta es que no tienen un puesto estable de trabajo y, por lo tanto, no cuentan con un ingreso cierto y suficiente de dinero para satisfacer los gastos mínimos de alimentación para la vida. Por otro parte, se alude a que los salarios son bajos y provocan una reducida capacidad adquisitiva de las familias de los trabajadores. En tercer lugar, la pobreza se atribuye a la pérdida de la dinámica del crecimiento económico del país y, finalmente al inadecuado manejo de los recursos públicos, a la corrupción de los funcionarios y a la inconveniente distribución del dinero público. Por lo tanto, para resolver el problema de la pobreza en México AMLO tienen que solventar los grandes factores causales.
Las dos grandes tareas son crear empleos suficientes y elevar la calidad de vida de los mexicanos. Para incrementar los puestos de trabajo se requieren de inversiones de Capital, esto es, crecer y desarrollar al capitalismo en México. Y ahora con la crisis migratoria, hay que crecer y desarrollar al capitalismo en el sur del país y en centro américa. Con este planteamiento AMLO se ha convertido en impulsor del Nuevo Imperialismo, del Capitalismo Transnacional Americano en el país y Centro América.
Por lo que respecta al mejoramiento de la calidad de vida de las familias mexicanas, aquí se siente la necesidad de elevar la capacidad adquisitiva mediante la combinación del alza del salario y la baja de los precios de la canasta básica que, en cualquiera de las dos formas, se robustece el mercado interno.
Sin embargo, lo que ha causado confusión es la pretensión de algunos románticos de ver en Andrés Manuel López Obrador a un luchador por el “socialismo” en México. Y es que se le ha ubicado como un hombre de “izquierda”. El problema es que hay varias “izquierdas”; están las izquierdas de los partidos políticos, esto es, la izquierda del PAN, la del PRI, la del PRD, la del PT, la de MORENA, etc. Y así como hay izquierdas, también hay derechas en dichos partidos. Pero esas izquierdas no son las que luchan por el “socialismo en México”
En honor a la verdad, Andrés Manuel López Obrador ha sabido interpretar los problemas cruciales del país y las genuinas aspiraciones de la mayoría de los mexicanos. Sin embargo, en ningún momento se ha planteado cambiar el régimen capitalista de producción por uno socialista. A lo sumo se ha planteado recuperar algunas de las conquistas sociopolíticas del pasado y hoy perdidas. Sus planteamientos van en el sentido de moralizar la vida política, de combatir la corrupción, la impunidad y la inmoralidad de los funcionarios; de “democratizar” entre comillas, la vida política de México, de transparentar el ejercicio del poder y el ejercicio de las finanzas públicas, etc. Sin embargo, estos pronunciamientos han levantado polvareda nacional e internacional porque el Sistema Político Mexicano estaba catalogado de corrupto. En fin.
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