Falsificación de credenciales

Hace tiempo, hará cosa de unos cinco o seis años, que se corrió el rumor de que se implantaría en Tepic el servicio de tarjeta de pre-pago para los camiones del servicio de transporte urbano (STU); sin embargo, los primeros en protestar por tal medida fueron los mismos choferes, ¿por qué? Si se supone que les iban a quitar la carga de estar cobrando con la distracción que esto conlleva y única y exclusivamente se dedicarían a manejar con más tranquilidad y responsabilidad.

Pero no, de inmediato protestaron de tal manera que hasta en los mismos camiones pusieron letreros de “no a la tarjeta de pre-pago”, letrero que lucían la mayoría de las unidades de servicio. Obviamente que con esto los choferes se pusieron en evidencia ante la opinión pública y público usuario porque en realidad no tenían ellos por qué protestar, y menos porque al ya no tener la obligación de cobrar el pasaje, ya no tendrían que hacer cuentas del boletaje vendido y se evitarían la pena de que no coincidiera la venta de boletos con el pasaje registrado por las rejillas contadoras que detectan quien sube y quien baja. Pero como casi siempre sucede, todo quedó en veremos porque ya no se ha vuelto a hablar de tomar esta medida.

Y tan se pusieron en evidencia los conductores del STU al no querer que se implantara el servicio de la tarjeta de pre-pago, que también por algo no les gusta que se les haga descuento a estudiantes, personas con capacidades motrices diferentes y los jóvenes de la tercera edad, ¿por qué? Se entiende que a los choferes se les paga cierta comisión por boletaje vendido, pero siendo así, se supone que en nada les afecta el cobro de ya sea entero o medio pasaje, porque lo que importa es que salgan a mano tanto con el dinero y los boletos vendidos, así que ¿en qué les afecta a los choferes cobrar pasaje entero o medio?

Abordo un camión del STU y el conductor al ver que le entrego $4.00 pesos me exige que le muestre mi credencial del INAPAM (antes INSEN), se la muestro (la credencial desde luego) diciéndole al chofer que apelé a su buen criterio, respondiéndome el conductor que él no me peló nada, por lo que le aclaro que no mostré mi credencial  tal y como debe ser porque creí en el buen criterio de él al ver mi apariencia de joven de la tercera edad, pero que tenía razón, ya que mi obligación como usuario era mostrar mi credencial de la senectud para hacerme acreedor del descuento correspondiente.

Y es obvio que los adultos mayores tenemos que mostrar la credencial para que se nos haga el descuento en el pasaje en el STU; sin embargo, hay choferes conscientes que con tan solo mirar al anciano no le piden su credencial y estos choferes son la mayoría, pero como siempre hay un prietito en el arroz, no falta el sangrita de pichón que exija que se le muestre la credencial así se vea que el usuario a simple vista tiene ya más de 80 años de edad.

Pero bueno, queda claro que los jóvenes de la tercera edad no pueden hacer chanchullo falsificando credenciales del INAPAM porque la edad es evidente y salta a la vista; sin embargo, ahora los permisionarios y concesionarios del STU salen con el cuento de que han detectado credenciales de estudiantes falsificadas para que lo jóvenes que las muestran obtengan el descuento correspondiente en el precio del pasaje, por lo que ahora salen con el brete de que se tendrá que recurrir a una credencialización única para los estudiantes y así evitar la falsificación de las mismas.

Este pronunciamiento por parte de concesionarios y permisionarios del STU es una clara falta de respeto para los planteles educativos que emiten sus credenciales para acreditar a sus estudiantes, dándoles a entender que sus credenciales no son confiables. Pero aquí es donde salta la pregunta de si acaso no tendrán los choferes del STU el criterio suficiente para detectar a los estudiantes de otros jóvenes que no están en ninguna escuela, porque salta a la vista qué joven va a la escuela y quien no, porque primeramente está el uniforme  si  este no es obligatorio, a simple vista se detecta si es estudiante o no.

Pero también habrá que ver a quién se le dará la concesión de la impresión de las supuestas credenciales en caso de que esto se apruebe y se ofenda a las escuelas haciéndoles ver que sus credenciales no sirven para nada. Porque el meollo del asunto es que en todo esto podría haber más que negocio para quien se le otorgue la impresión de las credenciales que exigen los concesionarios y permisionarios del STU.

Sea pues. Vale.