No para todos los mexicanos fue felicidad
Sergio Mejía Cano
28 de Diciembre de 2018
Para quienes hemos estado desempleados es obvio que por experiencia propia sabemos lo que se siente estar sin trabajo y más cuando se acercan las fechas navideñas; pero peor aún, es cuando se tiene trabajo y se está esperanzado al aguinaldo, y resulta que es precisamente en estas fechas a mucha gente sus patrones los dejan colgados de la brocha.
Este acto de la clase patronal no es un hecho aislado, pues es de sobra conocido a través de familiares y amigos que a alguien cercano lo despidieron y se las quieren hacer tablas con el pago de indemnización y aguinaldo proporcional, etcétera. Y lo malo de este asunto es que si quien es despedido entre las fiestas decembrinas y no sabe defenderse por lo regular se conforma con lo que le dan; y cuando alguien que sí entiende de leyes laborales se da cuenta que le jugaron cubano a uno de sus familiares, casi siempre ya no hay nada que hacer al respecto de poder reclamar un pago justo porque ya todo está firmado.
Los parabienes y felicitaciones no se hacen esperar en estas fechas navideñas; sin embargo, no para todos hay felicidad, porque ahora no nada más nos enteramos por la prensa, sino por medio de las redes sociales nos damos cuenta de infinidad de trabajadores que están protestando haciendo marchas o plantones por falta de pagos no nada más de aguinaldos, sino hasta del pago de sus quincenas.
Desde luego que no falta oír que alguien comente al ver tanta gente en el centro que y eso que no hay dinero; pero el caso es que muchas personas se la pasan nada más mirando aparadores o entrando a las tiendas sin comprar nada, y aquí también alguien comenta que andan comparando precios; pero la realidad es que no haya dinero suficiente que alcance y la mayoría de las personas posiblemente nada más se anden haciendo ilusiones.
Ahora, cada día crece el número de personas que llegan a la tercera edad, por lo que según algunos analistas afirman que México se está haciendo viejo debido a que la gente de la tercera edad ya casi está a la par de las nuevas generaciones, y lo malo es que muchas de las personas que se están integrando a la tercera edad, tal vez estén rebasando a los jóvenes que se están integrando a la edad productiva. Y de los que llegan a la tercera edad, muchos de ellos no han cotizado en el Sector Salud, por lo que no tienen acceso a una pensión por mínima que sea, así que así renieguen quienes sí tienen una pensión mínima y el aguinaldo que se les proporciona es nada más la mitad de lo que perciben mensualmente, es bueno pensar que peor es nada, tal y como está la situación de infinidad de sexagenarios que posiblemente jamás pensaron que la vejez cae cuando menos se lo espera uno y nunca hicieron por hacer algún movimiento para poder estar cotizando en la seguridad social.
Cuando se concesionaron los Ferrocarriles Nacionales de México (Ferronales) a la Iniciativa Privada, de inmediato prácticamente quedó sin empleo aproximadamente el 60 por ciento de la planta laboral, y en el año 2000 se dio de baja a otro 20 por ciento más. Los trabajadores que tenían más de 25 años trabajando en, fueron jubilados, y las mujeres con más de 20 años de servicio también fueron jubiladas; pero los que no alcanzaron a tener estos años de servicio fueron liquidados, por lo que muchos de estos ferrocarrileros que no alcanzaron jubilación, se afiliaron a un Seguro Facultativo que con un solo pago alcanzaban a proteger a toda su familia y, con un pago adicional a sus ascendientes también los podían asegurar. Pero vino una reforma a la ley del IMSS que indicaba que en adelante el Seguro Facultativo de un solo pago sería por cada uno de los miembros de la familia, es decir, que si antes un jefe de familia pagaba 3 mil pesos por toda la familia, esposa e hijos, ahora tenía que pagar esos 3 mil pesos por
cada uno de ellos, por lo que ya no pudieron pagar tanto dinero. De ahí que muchos exferroviarios buscaron trabajo en donde fuera con tal de que los aseguraran; pero el problema fue la edad que hizo prácticamente imposible que consiguieran trabajo. Así que a muchos ferrocarrileros al alcanzarlos el tiempo de llegar a la tercera edad, ahora se ven sin la posibilidad de poder pensionarse porque el IMSS les está poniendo trabas a pesar de contar casi con las semanas requeridas de cotización, debido a que todos los ferrocarrileros pasamos al IMSS en 1982 y el ferrocarril pagó 500 semanas al personal próximo a jubilarse en ese año y a los demás les cubrió 150 semanas de cotización.
Sea pues. Vale.
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