Es cierto que se acabó el maridaje de la política con el capital
Octavio Camelo Romero
31 de Noviembre de 2018
Con la defensa del lago en el centro de la discusión, la campaña generó un referente que va más allá de las demandas de los pobladores. Se defiende la vida, se está en contra de ecocidio. Se desenmascara las verdaderas intenciones del NAIM. No solo se genera empatía con las comunidades de Texcoco sino también de todos los ambientalista. Se deja al descubierto la falacia de que tal construcción es por el bien de la nación, y finalmente la oposición al NAIM es la lucha por el cambio de paradigma del país.
Morena debe estar sacando su lección de la consulta. Los beneficiarios de 40 años de neoliberalismo han mostrado que atacaran permanentemente a AMLO. Empresarios, medios de comunicación, reporteros y articulistas mantendrán un ataque constante contra el nuevo gobierno, para intentar disminuirlo, desgastarlo, impedir el cumplimiento de su propósito: “en beneficio de todos, primero los pobres”.
Aunque no se lo propuso, López Obrador convirtió la con¬sulta en un pulso para ver quién manda en el país: si la alianza de grandes empresarios y políticos que perdieron las elecciones en julio, o él y la coalición por la cuarta transformación.
En el largo debate sobre el nuevo ¬aeropuerto los neoliberales desoyeron los severísimos argumentos ecológicos. Desoyeron el impacto en los pueblos que lo circundan, y el daño a la vida de la ciudad. Desoyeron la torpeza de asignar millonarios recursos públicos a esa obra; se trató de una pésima planeación. Desoyeron el altísimo costo de mantenimiento de unas pistas pantanosas, que recaería, como siempre, sobre los de abajo, debido a las enormes tajadas que absorbería del presupuesto. Claro, el neoliberalismo se rige por la inversión y las calificadoras, pues en definitiva son la razón de ser de la existencia.
Para los neoliberales la naturaleza es¬tá ahí para explotarla y acabársela. Los daños ambientales nos lo están diciendo. Tampoco importan los humanos, la mayoría; sólo importa su enriquecimiento insaciable. Y si se toma una decisión en las que sus ganancias no sean la última razón, pues estarán metiendo miedo. Y si el próximo gobierno no sigue apoyándolos, entonces obrarán con todos los medios a su alcance, en su contra como han venido haciendo.
Cada persona es portadora de una dignidad, empero, la dignidad es ajena a la razón neoliberal; por esa ideología hemos pasado de una economía de mercado a una sociedad de mercado para la que no hay ciudadanos; ahora son consumidores; no hay bajos salarios, sino salarios competitivos; no hay seres humanos con dignidad, sino individuos que deben construirse a sí mismos como capital humano con un yo empresarial, responsable de sí mismo y de auto gestionarse. Esa es la avalancha que tiene encima Morena. De ese mismo tamaño debe ser el pensamiento anti neoliberal. Es cierto que MORENA ganó el gobierno, pero ahora debe ganar el PODER, ampliando los derechos de los desposeídos, de los excluidos.
Más allá de los reproches empresariales a López Obrador, lo que hay que ver, es la significativa postura del presidente en funciones, Enrique Peña Nieto, quien advirtió que la construcción del NAIM en Texcoco proseguirá sin variaciones hasta el 30 de noviembre, con base en los compromisos contraídos por su administración. El titular del Ejecutivo federal señaló que si bien de aquí al 30 de noviembre no habrá modificación alguna ni a las posesiones ni a la ejecución del proyecto para no dejar de cumplir las condiciones estipuladas en los bonos de financiamiento del proyecto, su gobierno mantendrá los niveles de cordialidad en la transición de gobierno. Por su parte, López Obrador confirmó su decisión de obedecer el mandato de los ciudadanos y construir, durante la primera mitad de su mandato, una terminal aérea en Santa Lucía, repotenciar la de Toluca y modernizar la actual de Ciudad de México; asimismo, aseguró que los intereses de los inversionistas quedan a salvo y las arcas públicas ahorrarán cien mil millones de pesos. En fin.
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