Aparece frágil la reforma educativa de AMLO

No es difícil localizar al destinatario del proceso educativo mexicano. Se trata de los residentes en la República Mexicana, estos son, desde los recién nacidos hasta los adultos mayores. Por tal motivo, el centro de atención serán necesariamente los mexicanos en sus distintas edades, desde que nacen hasta que mueren, e incluso desde su concepción. Ya de por sí, esta clasificación nos está indicando que los educandos tienen procesos de maduración bio-psico-sociales diferentes de conformidad con la edad y el entorno, pero además tales procesos son individuales. Razón por la cual necesariamente la educación de los mexicanos debe ser personalizada y clasificada de acuerdo a la edad en educación prenatal, educación inicial de los mil días de nacido, educación pre-escolar desde los 4 hasta los 6 años de vida, educación primaria de 7 a 12 años, educación secundaria de 13 a 15 años, educación preparatoria de 16 a 18 años, educación superior de 19 y más años, etc. De conformidad con la maduración individual bio-psico-social en cada una de las etapas, no solo serán diferentes las metodologías para el aprendizaje de individuo a individuo, sino también de etapa a etapa. Y conste que no hablamos de contenidos.

Llama demasiado la atención que proyectos educativos tan exitosos como los proyectos del Partido del Trabajo no sólo no les asignaron recursos financieros en 2018 por haber apoyado la candidatura de AMLO a la presidencia de la República, sino que tras el apabullante triunfo electoral de Andrés Manuel, a estas alturas todavía no les asignen presupuesto. Pero lo que más llama la atención es que en ninguna propuesta de la reforma educativa de López Obrador se incluya la educación prenatal ni la educación inicial, mucho menos, que se haga mención de la experiencia educativa de los proyectos del PT.

Gilberto Guevara Niebla, quien será responsable de la Equidad para la Educación en la administración de Andrés Manuel López Obrador, señaló que es imposible derogar la reforma educativa como lo quiere hacer el presidente electo. El ex dirigente estudiantil del movimiento de 1968 mencionó que en lugar de desaparecer la reforma, se debería fortalecer lo que funciona de ella. Actualmente es consejero del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), que fue creado como parte de la reforma educativa, pero existe la posibilidad que este organismo desaparezca con la derogación de la reforma, y por eso señala Gilberto Guevara que esa acción es conservadora.

Sin embargo, no se ha tomado en cuenta la opinión de los maestros y maestras. Se ha hecho a un lado a la dirigencia de la más grande protesta que ha tenido el magisterio. Esto introduce un elemento de imprevisibilidad que en un momento dado, junto con otras expectativas y promesas incumplidas, pueden crear grandes malestares y profundos sentimientos de inconformidad. Esto sin atender la exoneración de la maestra Gordillo. Como se recordará, el factor del encarcelamiento de la profesora fue, en 2012, su rechazo no a la reforma educativa, sino a la parte punitiva, esto es, a la inclusión de la palabra permanencia. Ésta significaba que las maestras y maestros podrían ser despedidos a partir de su desempeño en las pruebas determinadas por el INEE, y de conformidad con la OCDE. La exoneración de la maestra significa que el gobierno de Peña Nieto está aceptando y reparando el error de haber incluido ese concepto. Y la nueva administración de AMLO aceptaría el acuerdo de sólo tocar la parte punitiva y no el resto. Así la maestra sale reivindicada y su lucha por reconquistar el poder no pondrá en medio de la discusión, la continuidad de la reforma. En fin.