Sergio Mejía Cano
12 de Julio de 2018
Bien se dice que no se debe hacer leña del árbol caído ni mucho menos escarnio de un perdedor; sin embargo, el hecho de que infinidad de priistas no hayan caído en la cuenta del por qué de la debacle del otrora partido aplanadora, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), invita a recordarles que no tienen por qué hacerse tantas bolas, pues basta con que se hagan un examen de conciencia y si son congruentes consigo mismos, entenderán cómo y por qué colapsó lo que algún día, tardeo temprano tenía que caer.
¿Qué hicieron los priistas desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari a la fecha? Prácticamente desmantelar al país, pues según los analistas serios, con el Tratado de Libre Comercio que tanto cacareó Salinas de Gortari desmanteló al campo para permitir la importación de granos del extranjero dejando en la ruina a miles de campesinos, además de promover que vendieran sus parcelas con el fin de desaparecer los ejidos y volver a los grandes latifundios, pero nada más en ciertas zonas del país.
No hubo ningún priista que levantara la voz, porque lo único que hicieron fue levantar la mano para aprobar todo lo que se les indicaba sin importar si lo que aprobaban era en detrimento del país y por ende de la mayoría de sus habitantes; de una gran parte porque con dicho tratado únicamente los ganones fueron unos cuantos.
¿Qué legislador, de ambas Cámaras, supuestamente representantes populares y de las entidades preguntó alguna vez a sus representados cómo debería emitir su voto ante alguna iniciativa de gobierno?
Permitieron que una deuda privada se convirtiera en pública con aquél mitote del mentado Fobaproa, permitieron que la Banca Nacional volviera a pasar a manos extranjeras, así como los ferrocarriles, lograron la desaparición de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro que, si bien sucedió en el sexenio de Felipe Calderón, no hubo un priista que protestara por este latrocinio dejando a miles de electricistas sin sustento.
Entregaron las minas al capital privado y extranjero sin poner un pero y sin obligar a las compañías mineras a cumplir con los estándares de higiene y seguridad y buenos salarios; están permitiendo aún el desmantelamiento de Pemex, no han puesto un alto al deterioro del Sector Salud y al de Educación, antes al contrario, avalaron una reforma dizque educativa que más bien, según los enterados, fue laboral perjudicando los derechos y conquistas laborales del magisterio en su conjunto. Poco a poco han permitido que desaparezcan conquistas y prestaciones laborales dándole más poder a la clase patronal dejando desprotegida a la clase trabajadora con una dichosa reforma laboral que de acuerdo a los expertos, es la misma que presentó en su momento el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León y que fue rechazada; y la misma que posteriormente volvió a presentar ante el Poder Legislativo su sucesor Vicente Fox Quesada y, que se dijo en su momento, no había sido elaborada por mentes mexicanas, sino extranjeras de acuerdo a los dictados de la OCDE para establecer el nuevo orden mundial. Sin embargo, ahora los priistas la aprobaron con la mano en la cintura sin considerar el daño a la clase trabajadora.
Jamás han permitido los priistas que los salarios de la población se ajusten tal y como lo contempla nuestra Carta Magna, pero ellos sí como legisladores se han aumentado considerablemente sus salarios haciendo con esto que se convirtieran en una casta elitista aparte de la población, cosa que los hizo apartarse de las masas, del pueblo en sí que es el que ha padecido todos estos dislates de los priistas que por no perder el hueso por fuerza tenían que levantar la mano so pena de caerse del mecate y pasar a vivir en el error, así que había que alinearse así fuera en detrimento de la ya tan depauperada población que tal vez por este hartazgo dijo no más PRI, mas no alguno que otro priista que previendo de antemano que podría ser el principio del fin del PRI, mejor abandonaron la nave; algunos abiertamente y otros soterradamente esperando que se aclare la situación para ver con quien se quedan, si con melón o con sandía.
Ojalá y también pensaran los priistas que no se explican el porqué de su derrota tan estrepitosa, en la impunidad imperante que tal vez fue la que como un torpedo dio en la línea de flotación, porque no se ha llegado al fondo de ninguna de las denuncias en contra de varios exgobernadores priistas que se dice, habrían desviado millones de pesos en recursos del erario.
Sea pues. Vale.