El salario mínimo del 2018 debe ser no menos de 245 pesos diarios

Para una comprensión cabal del fenómeno del “salario mínimo”, es indispensable que por lo menos tengamos algunas nociones de las categorías histórico-sociales de Fuerza de Trabajo, de Trabajo y de Plusvalía. Por lo tanto, iniciamos con la categoría Fuerza de Trabajo. Este término fue acuñado por Karl Marx y desarrollado en profundidad en su obra El Capital, editado por primera vez en 1867. Este concepto alude a la capacidad física y mental que todo ser humano posee y que pone en acción al realizar un trabajo. En el capitalismo la Fuerza de Trabajo se convierte en mercancía y por lo tanto, contiene un cierto valor.

El valor de la fuerza de trabajo, como el de cualquier otra mercancía, está determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario para producirla. En este caso por ser una mercancía especial, su valor se determina por el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir los medios de existencia y reproducción del trabajador, es decir los suyos y los de su descendencia. El valor de la fuerza de trabajo es el valor de la masa de mercancías que constituyen la canasta básica, esto es, la canasta promedio de consumo de la clase trabajadora. El valor de la fuerza de trabajo incluye un carácter social, histórico y cultural. En una época y en una sociedad dada, podemos considerar que el valor de la fuerza de trabajo es conocido.

Por otra parte, está la categoría “Trabajo”. “Fuerza de Trabajo” y “Trabajo” no son conceptos sinónimos. Este último es la materialización, la concreción del potencial del primero. El trabajo es el resultado de emplear la fuerza de trabajo. Esta distinción es crucial para explicar la plusvalía y las distintas formas en que ésta se concreta, como la ganancia, el interés, la renta, etc. Lo que el obrero vende al capitalista no es su trabajo sino su fuerza de trabajo, o sea que el obrero se compromete mediante un contrato a realizar un trabajo a cambio de un salario equivalente al “valor de la fuerza de trabajo” o sea al “valor del conjunto de bienes” necesarios para su existencia como especie. El proceso de trabajo no es lo mismo que el proceso de valorización, es decir, la cantidad de trabajo que realiza el obrero en la jornada laboral para producir la mercancía es superior a la cantidad de trabajo necesario para reproducir el valor de su fuerza de trabajo. Esto permite explicar cómo se produce la plusvalía y
el plusproducto.

Aquello que los economistas denominan coste del trabajo o costo de producción del trabajo, en realidad es el costo de producción de la fuerza de trabajo en tanto que mercancía. O sea, no es el costo de producción del trabajo, sino el costo de producir esa fuerza de trabajo o sea de producir al propio obrero viviente con su familia para perpetuar la especie. En realidad el capitalista invierte en la compra de los materiales para la producción de los bienes y servicios. Invierte en los medios de producción y en la compra de la fuerza de trabajo. Al final del proceso productivo el capitalista obtiene un producto cuyo valor supera lo invertido. Este excedente de valor, no le cuesta nada al inversor, y sin embargo se lo queda como resultado de las relaciones de explotación del capitalismo consagradas en la legislación nacional e internacional. Ésta es pues, la plusvalía obtenida bajo el supuesto de que la mercancía Fuerza de Trabajo se vendida por su valor, o sea, por el valor de la canasta básica. En el  caso de que se venda por un valor inferior al valor de la canasta básica, entonces aumenta la plusvalía que el capitalista se apropia sin pago alguno al trabajador.

De conformidad con un estudio de la UNAM, en diciembre de 1987 la canasta básica costaba 3.95 pesos diarios y el salario mínimo, 6.47 al día. La relación se deteriora para el trabajador y mejora para el capitalista en 2013, pues la canasta cuesta 171.86 pesos diarios y el salario mínimo tan solo 64.76 pesos. Sin embargo en el gobierno de Enrique Peña Nieto las cosas hacen crisis. En octubre del 2017 se tiene una canasta básica cuyo costo es de 245.34 pesos y un salario mínimo de 80.04 pesos al día. Tales situaciones explican el porqué de las enormes ganancias de los bancos y de las empresas transnacionales asentadas en México. Este es el motivo por el cual el salario mínimo debe tabularse en por lo menos 245 pesos diarios. En fin.