Un mal planeado proyecto
Sergio Mejía Cano
14 de Febrero de 2018
Obviamente que sin generalizar, pero es probable que buena parte de los tepiqueños se haya imaginado por un momento al pasar por las inmediaciones del abandonado mercado Manuel Z. Larios, sito en las confluencias de las avenidas México y Victoria y de la calle prolongación Veracruz que ya en la colonia Paseos de la Constitución cambia su nombre a Juan Antonio de la Fuente, en que en ese mercado estaría el nuevo relleno sanitario debido a la gran cantidad de basura ahí acumulada, principalmente en la parte baja más cargada a la prolongación Veracruz.
Es inaudito que a pesar de que dicho mercado está prácticamente en el centro de la ciudad, ya lleve tantos años descuidado, a tal grado de que ahora ah pasado a ser un espacio habitacional para indigentes y personas con presunta mala vida, pero que representa, tal vez por lo mismo, un lugar riesgoso para quien se atreva a pasar por ahí en cuanto oscurece, y no nada más por la posibilidad de ser asaltado, sino quedar atrapado en los montones de basura o hasta intoxicado por los fétidos olores que de ahí emanan. Pero sobre todo esto, es la mala imagen tanto para los locales como visitantes que se sorprenden al ver en pleno centro citadino prácticamente un vertedero de basura.
Se puede observar en la parte baja de este mercado infinidad de montones de basura que quien ahí la ha depositado la aparta para ver qué encuentra de valor o al menos que sea útil para seguir siendo usado; pero como los tepiqueños aún no estamos muy versados en la cultura de separar los desechos en orgánicos e inorgánicos, entre la basura desparramada en ese patio del Z. Larios, desprende aromas de todo tipo, posiblemente hasta de animales muertos, ya no se diga de productos perecederos que, al estar a pleno Sol, se echan a perder más rápidamente.
Platicando lo anterior con algunos de los locatarios que tienen sus puestos que funcionan nada más durante el día y que en cuanto anochece cierran de inmediato por aquello de no te entumas, dicen que por lo menos han detectado a dos individuos que son los que se dedican a traer bolsas de basura de las inmediaciones del mercado, de otros mercados y de las bolsas que acumulan los vecinos de los asentamientos humanos cercanos, para luego venir y desparramarlos en el patio de este mercado y ponerse a buscar algo que les pudiera servir. Aunque eso sí, reconocieron los locatarios que después de esculcar la basura la vuelven a juntar, pero siempre quedan restos de la misma sobre todo la que cae hacia la prolongación de la calle Veracruz, basura que ahí queda sin que nadie la recoja por lo que esta se va acumulando y es la que llama la atención dando la impresión de que toda esa parte que muestra lo que serían puestos de vendimia sea una parte abandonada a su suerte; cosa que han aprovechado personas que tal vez vieron la facilidad de tomar en préstamo esos puestos para acondicionarlos como vivienda y ya están ahí cómodamente instalados y sin que nadie ni mucho menos ninguna autoridad les diga nada ni tome cartas en el asunto.
Pregunto a uno de los locatarios que cómo es que se echó a perder este espacio que antes fue área verde y que pudo haberse conservado igual o mejor como cuando tenía distracciones infantiles como resbaladeros y columpios enmarcados con figuras decorativas con detalles infantiles, etcétera. Y comenta el locatario que fue un presidente municipal el que había vendido el espacio pero como se puede ver, que los puestos están mal planificados y además con dimensiones muy reducidas por lo que ni lavabos tienen porque no hay agua corriente dentro de los mismos puestos. Y además, añadió el locatario, se dice que estos puesto los habían construidos para traer aquí a los que estaban en los llamados tiraderos en el entorno al palacio municipal, pero que mejor les habían acondicionado el Pasaje México. Y otro de los locatarios adujo que en un principio se pensaba poner ahí a la gente que vende mariscos, pero que no aceptaron precisamente por lo inadecuado de las instalaciones.
Pero como haya sido o para qué, el caso es que ¿cómo una administración pudo apropiarse de un espacio público para hacerlo privado? Porque tal y como dijo uno de los locatarios en funciones que fue una administración municipal la que acaparó el predio para edificar estos puestos que de nada sirvieron más que para dar albergue a personas que nada tienen que ver con el comercio o para lo que fueron diseñados dichos puestos hoy en total abandono por parte de las autoridades.
Sea pues. Vale.
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