Por la lucha ambiental

Se ha dado a conocer que una de las fórmulas para el Senado de la República por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), la componen el doctor Miguel Ángel Navarro Quintero y para dar respuesta a la equidad de género hay una terna de mujeres entre las que destaca la señora María Eugenia Jiménez Valenzuela, y destaca por ser una luchadora social y sobre todo ambientalista de tiempo completo.

El tema ambiental es uno de los rubros en los que casi ningún político le entra de bien a bien debido a todos los callos que se tienen que pisar al señalar que los daños que se le están causando al ecosistema, a la flora y la fauna, a la contaminación a ríos, lagos y lagunas no se detienen para no afectar grandes intereses de inversionistas que no se tientan el corazón al pudrir entornos ecológicos con tal de obtener enormes ganancias económicas; y lo que podría ser peor: desplazar comunidades enteras de sus tierras ancestrales con el cuento del progreso y que no significa otra cosa más que contaminación y envenenamiento de los subsuelos, todo con el cuento de la inversión y generación de empleos, pero que en realidad significan nada más ganancias para unos cuantos y saqueo de las riquezas de nuestra Nación como ahora es el caso de las compañías mineras canadienses.

La señora Jiménez Valenzuela ya tiene mucho tiempo señalando todos los daños ecológicos que se le están generando al país, así como la contaminación del agua que a ninguna autoridad encargada de este asunto pareciera no importarles en absoluto. Y cuando se les ha echado en cara por parte de grupos ambientalistas, dichas autoridades hacen caso omiso de estas quejas bien fundamentadas; sin embargo, esta actitud negativa, por lo regular, de las dependencias gubernamentales encargadas de cuidar los ecosistemas, no ha desmoralizado a quienes han luchado desde siempre en defensa del medioambiente, como es el caso de Doña María Eugenia.

Y mal hacen las autoridades ambientales en no tomar cartas en el asunto de la contaminación que se ha estado generando en aras del progreso, la inversión y sobre todo el desarrollo turístico, pues antes al contrario, se sigue permitiendo la destrucción de manglares, de cenotes, de refugios ancestrales de aves migratorias y de mariposas; destrucción de hábitats de infinidad de especies que de la noche a la mañana y viceversa encuentran la desaparición de sus lugares de refugio. Y mal hacen estas autoridades porque todos los que andamos caminando, nadando o volando en este planeta vamos viajando en la misma nave sideral que, ya no tarda en cobrarnos la factura de todos los daños que le ocasionado una parte de la humanidad que no se conduele de los daños ecológicos que ha causado esa parte de la humanidad que lo único que le interesa es engrosar sus cuentas bancarias.

La señora María Eugenia Jiménez Valenzuela cuenta con muy buena reputación en Nayarit y entre las personas que la conocen y que saben que es una persona cabal en toda la extensión de la palabra. Ha incursionado en la política con buenos resultados y sin señalamientos adversos. Sustituyó en forma interina al bien recordado don Justino Ávila Arce en la Presidencia Municipal de Tepic, y también ha sido legisladora a nivel federal, sin que por esto haya generado detractores por una simple razón: siempre ha actuado con legalidad y honestidad, por lo que alguien la quisiera señalar del algo indebido, pues no tendría materia prima con qué denostarla.

Así que enhorabuena cuando se pensó en la señora Jiménez Valenzuela como posible candidata al Senado, pies sería una voz constante por el bien ambiental no nada más para Nayarit, sino para todo el país que cada día está más devastado.

Sea pues. Vale.