Eficacia y comunicación estratégica ante la crisis

De conformidad con la sabia reflexión del connotado filósofo Aristóteles: "No hace falta un gobierno perfecto, sino uno que sea práctico", hoy la practicidad de un gobierno, se concibe estratégicamente como sinónimo de oficio político y comunicacional para cumplir y solucionar “contra viento y marea”, ello en virtud de los desafíos consabidos en materia de seguridad, economía, salud y presupuesto, entre otros. De tal suerte que para el plano local, se torna plausible que el Gobierno del Estado al mando del Contador Público Antonio Echevarría García, eche mano ya de algunas de sus "cartas" mejores para encarar con éxito el "desastre financiero heredado", y así no se llegue a convertir lamentablemente en un impedimento sin más opción que el de “administrarlo", y en consecuencia, la austeridad impacte sobremanera en la calidad de vida de las mayorías y en la propia capacidad operativa de la administración, lo que fortalecería indiscutiblemente el proselitismo detractor en el decaimiento de la credibilidad y el ánimo popular.

El Secretario General de Gobierno, Jorge Aníbal Montenegro Ibarra, reveló este miércoles que se enfrentan a un déficit de 2 mil 700 millones de pesos de cara al cierre del presente 2017, esto como resultado de irregularidades detectadas en el ejercicio de la pasada administración gubernamental.

En conferencia, y en compañía del Secretario de Administración y Finanzas, Juan Luis Chumacero Díaz, afirmó que pese a todo, se trabaja en dos frentes, uno, la búsqueda urgente del recurso correspondiente para cumplir con los compromisos de fin de año, y dos, consumar la revisión del resto de la operatividad presupuestal de sus antecesores, y proceder conforme a la ley. La situación es delicada, pero a su vez coyuntural, para demostrar que nada impedirá quebrantar la esperanza ni la confianza de la sociedad en la recepción de respuestas contundentes a sus demandas.

Es decir, se requiere evitar la inconveniencia política y social de el clásico "no hay dinero”, y, “con trabajo se cubre lo estrictamente necesario, que lo demás espere”,o "hay que apretarnos el cinturón",  que no pocas veces deriva en la percepción generalizada y hasta proba de que solo un grupo cercano a las cúpulas, es el que siempre se beneficia con creces -lo que fue precisamente el confort con el que se manejó el gobierno anterior-. Hoy más que nunca se vuelve un imperativo, que la experiencia administrativa y el empeño del joven mandatario, salgan a flote para garantizar el contraste con beneficios tangibles para todos, por el cual muchos apostaron en el propugnado "Nuevo tiempo para Nayarit"; que se aplique la ley a cabalidad en efecto, con todos los alcances que conlleve, pero que el parteaguas preconizado entre el "fallido antecesor gobierno", y este: "nosotros sí somos honestos", quede ampliamente demostrado con una dosis extraordinaria de congruencia, de comunicación política y comunicación social. Es sin duda el momento coyuntural que podrá definir el talante del "cambio" en una singular sinergia, cuyas condiciones están ampliamente dadas, entre poderes y órdenes de gobierno, fincados a su vez, en el esquema empático  y eficaz de “saber dar para recibir”.

La realidad política, social y económica, exige pues, de gobiernos comprometidos con su “tiempo y circunstancias”, manteniendo a flote con hechos de probada eficacia la esperanza mayoritaria y el dinamismo con la que conquistaron su favor y pactaron, contra todo lo que estaba vigente y devendría, justicia y bienestar por todos y para todos. ¿Se podrá alcanzar el cometido? Veremos.