El gobierno pretende privatizar la universidad pública
Octavio Camelo Romero
23 de Noviembre de 2017
Dentro del modelo neoliberal, mejor dicho, del modelo de la liberación de los mercados de bienes tangibles e intangibles, esto es, dentro de la mercantilización de la vida individual y social de los pueblos, está la comercialización de la educación universitaria. Esto implica liberar tal mercado, o sea, acabar con las universidades públicas para que un alto porcentaje de sus estudiantes se convierta en demandante de las universidades privadas. Pero a la vez, esta acción del gobierno lleva la pretensión de abrir un espacio más a la sobreacumulación o al capital ocioso que no ha podido capitalizarse. Dicho capital ocioso procede fundamentalmente del mundo del capitalismo transnacional. Por eso no son distintos los requerimientos hechos a Brasil por parte de los organismos financieros internacionales, de privatizar su educación pública, de las posturas del gobierno de Peña Nieto de no apoyar a las 5 universidades públicas mexicanas que se encuentran en crisis financiera y que, dentro de ellas se encuentra la Universidad Autónoma de Nayarit.
El gobierno mexicano a partir del periodo presidencial de Miguel de la Madrid, inició el desmantelamiento del Estado de la Revolución Mexicana que se sustentaba en el modelo de la economía mixta y en la política del pleno empleo de los mexicanos. Este proceso tuvo sus altas y sus bajas, pero, finalmente con el periodo gubernamental de Enrique Peña Nieto alcanzó su meta. El objetivo se percibe claro, tanto para la derecha del PRI como para la derecha del PAN, del PRD y de los chiquipartidos. Se trata de, por un lado, ser un subalterno del capital transnacional norteamericano y canadiense, fundamentalmente de su capital ocioso, y por otro, de brindarle los recursos naturales y humanos para que pueda llevar acabo la reproducción ampliada del capital y esté en condiciones de afrontar la competencia de otros capitales transnacionales, básicamente de origen asiático. Pero como se han complejizado las relaciones mercantiles con la presencia de Donald Trump en la presidencia de USA, ahora se quiere brindar el mercado de la educación superior para que dichos capitales no se vayan y vengan nuevas inversiones.
La suerte de estas 5 universidades públicas con problemas financieros será la suerte del resto de universidades públicas. Y no se puede argüir la falta de cobertura o la escasez de la calidad educativa como el motivo para que el gobierno de la República deje de cumplir con su obligación constitucional. Respecto a la Universidad Autónoma de Nayarit se puede decir que atiende a una población de 26,204 estudiantes en todo el Estado a través de, 15 preparatorias distribuidas en varios municipios, 56 programas de licenciatura y técnico superior y, 26 programas de postgrado. Por otra parte, la Universidad Autónoma de Nayarit cuenta con 97 docentes en el Sistema Nacional de Investigadores y 586 docentes certificados por el Programa de Desarrollo del Profesorado. Como se aprecia, tanto la UAN como las otras 4 universidades públicas satisfacen la demanda educativa de los jóvenes que, aun con sus limitaciones financieras, aspiran a forjarse una calidad de vida mejor mediante su formación profesional es estas Instituciones de Educación Superior de bajo costo y buena calidad. Pero para el capital transnacional lo único que importa es la liberación del mercado educativo universitario para tener un espacio más, para invertir.
Lo preocupante del asunto es que tanto las comunidades universitarias como las sociedades de las entidades federativas no se han puesto de acuerdo para defender la educación pública universitaria. Y es que, al parecer, los intereses de unos y otros no convergen. En fin.
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