El hambre es canija
Sergio Mejía Cano
20 de Noviembre de 2017
Buena parte de la ciudadanía de Tepic y sus alrededores, después del saludo surge la plática sobre los terribles acontecimientos que han hecho presa a la capital nayarita, cuánto han caído y cuántos más irán a caer abatidos por las balas. Pero no nada más entre conocidos se habla de ello, sino en el camión, en el taxi, en la tienda, puestos de tacos y dogos, etcétera; ya se convirtió en charla común sobre los asesinados ya casi diariamente.
Y a propósito de taxis, me comentó un chofer que ya se está retirando temprano a su domicilio porque si bien se dice que quien nada debe nada teme, pero no vaya a ser la de malas, así que mejor no andar en el tocadero. Y según este taxista quienes la llevan de perder son jovencitos que le solicitan servicio debido a que ya no sabe uno a qué atenerse; y en parte tiene razón este taxista porque si llegara a levantar a alguien que ya traen en la mira, tal vez su podría ir en la polla o que le tocara una bala perdida.
Y en cierta forma es probable que la mayoría de los habitantes de Tepic ya estemos temerosos de más, aunque se diga que a los que han asesinado es porque ya la debían, aun así como que nos llega la psicosis y hasta para ir a la tienda de la esquina se la piensa uno o volteando hacia todos lados.
Y algo en lo que ha coincidido mucha gente es en que no se ve que las autoridades hagan algo al respecto, dando la impresión de que ya fueron rebasadas por los asesinos; sin embargo, y a pesar de que mucha gente diga que las autoridades no hacen nada, es posible que sí estén trabajando, pero ni modo que a diario estén informando a la ciudadanía sobre el desarrollo de las investigaciones.
Y es que en las mismas redes coinciden los comentarios de que las noticias son parecidas a un machote ya preestablecido de antemano pues señalan únicamente que las autoridades se presentaron después de que se reportaron detonaciones, acordonaron la zona. Unos desconocidos que viajaban en uno o varios vehículos motorizados dispararon huyendo con rumbo ídem y listo, tan, tan de la nota informativa. Lo bueno es que últimamente algunos de los portales en internet han publicado los nombres algunas de las víctimas, no de todas pero al menos sí de uno que otro de los caídos.
Y en verdad, ¿tendremos que acostumbrarnos los tepiqueños a esta forma de vida? ¿Será acaso ya cotidiano que vivamos con esta desazón y temor latente? Porque ya se prolongó mucho el problema, ya no se sabe cuándo terminará toda esta matazón. ¿Quiénes son los asesinos y asesinados que después de los hechos sangrientos pasan al anonimato?
Obviamente que desde la fundación de Tepic ha habido asesinatos, pero no tan seguidos, y antes muchas de las veces se daba con el o los victimarios y hasta se informaba en los medios los motivos para que una persona le hubiese quitado la vida a otra; pero hoy en día se tiene la impresión de que todo lo sucedido es por ajuste de cuentas entre delincuentes, aunque posiblemente no en todos los hechos de sangre haya sido así.
Es una verdadera lástima que la capital nayarita haya perdido su paz y tranquilidad de antaño, claro que no la ficticia que se dijo se dio en la pasada administración, que fue una paz que en realidad no generó tranquilidad, porque algo turbio flotaba en el ambiente, algo que no se supo en su momento qué era, pero ya todo va saliendo a la luz.
Y ojalá y vuelva pronto aquella paz que se vivía en Tepic hasta mitad de los años 90 del siglo pasado porque estos hechos delictivos no generan la confianza debida a los inversionistas, a quienes quisieran traer fuentes de empleo a Nayarit, porque la violencia ahuyenta a un posible empresario que tal vez mejor busque otros aires. Y lo malo es que Nayarit está falto de empleo tan necesario para la misma estabilidad de la población y que no tenga que tomar caminos equivocados precisamente por la falta de empleo, porque el hambre es canija y según alguien ha dicho por ahí, que la falta de empleo podría ser uno de los motores que generen violencia.
Sea pues. Vale.
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