La voz del gobierno no es la del pueblo
Sergio Mejía Cano
11 de Octubre de 2017
Todo funcionario público en los tres niveles de gobierno, Federal, Estatal y Municipal, al momento de asumir el cargo encomendado prestan ante quien corresponda la siguiente protesta: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen y desempeñar leal y patrióticamente el cargo que el pueblo me ha conferido (o quien lo haya designado en algún cargo que no sea por el voto popular), mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión (o del estado o municipio); y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”.
Sin embargo, al parecer el aprendiz de canciller, el secretario de Relaciones Exteriores Luis Videgaray Caso, no lo ha entendido así porque sigue inmiscuyéndose en cosas que en lo absoluto le corresponden, como fue en el affaire con el Gobierno de la Hermana República de Venezuela, obviando completamente el principio constitucional de “la autodeterminación de los pueblos; la no intervención: la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo y la lucha por la paz y la seguridad internacionales”.
Desde luego que todo lo anterior queda primeramente a cargo del Presidente de la República en turno; sin embargo, como delega el trato internacional precisamente en su secretario de Relaciones Exteriores, se deduce que por esto el canciller Luis Videgaray no se manda solo y que tanto él como todo ente de Gobierno están bajo el artículo 39 de nuestra Carta Magna.
Pero no nada más con el gobierno venezolano abrió el canciller mexicano un frente de confrontación internacional, sino con Corea del Norte que, al igual que con Venezuela, son cosas que ni nos van ni nos vienen porque son asuntos internos de ambas naciones que deben de resolverlas sus mismos ciudadanos y por lo tanto nuestro país debe permanecer al margen de estos conflictos que solo les competen a sus mismos ciudadanos y no a los mexicanos en sí.
Entonces, lo extraño es que no se le haya reclamado ya oficial y justamente al secretario de Relaciones Exteriores no estar guardando nuestra Constitución Política y ni haciéndola guardar respetando en todo el principio normativo constitucional arriba señalado. Y si bien me aclara un profesor que nuestra nación es una democracia representativa y que por lo tanto son nuestros representantes populares quienes le deberían de reclamar al canciller su falta a la Carta Magna, pero si éstos no se atreven por aquello de caerse del mecate e irse a vivir en el error fuera del presupuesto, pues entonces todo ciudadano tiene la facultad para reclamarle a todo servidor público la falta a su protesta al ocupar su cargo, porque a fin de cuentas cuando dicen que si no cumplen que la Nación se los demande, la Nación somos todos los mexicanos, la conformamos todos los que hemos nacido en este país, así que nos asiste el derecho fundamental y constitucional respaldados precisamente por el artículo 39 cómo se deben de conducir y como hacer una forma de gobierno más preferible.
Y ahora el canciller mexicano abre otro frente con Cataluña, al decir Luis Videgaray en su comparecencia en el Senado de la República que “México no reconocerá la existencia de un Estado Catalán”. Y lo raro es que en su comparecencia Videgaray Caso hace poca referencia a la represión que sufrió el pueblo catalán por parte de la policía española, como que si aprobó lo dicho y actuar del presidente español Mariano Rajoy de que justificaba plenamente que la policía española haya golpeado salvajemente a personas de la tercera edad en su mayoría así como mujeres indefensas que pacíficamente trataban de votar por la independencia de su nación catalana. Y además aduciendo que España es un país entrañable para México, ¿qué acaso no se referirá a las constructoras españolas de las que se ha documentado que han hecho fraude en nuestro país?
Malamente mete su cuchara el canciller mexicano en algo que corresponde absolutamente al pueblo catalán, y peor aún llamar ilegal el movimiento independentista catalán. ¿Ilegal por qué? ¿Por qué el hecho de que un pueblo quiera recuperar su identidad histórica es ilegal? ¿Si alguna de las etnias de nuestro país decide de pronto independizarse, será ilegal su postura?
Lo bueno es que los pueblos venezolanos, norcoreanos y catalán están conscientes de que la voz del gobierno mexicano no es la voz del pueblo mexicano.
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