Ulises Alan Rodríguez
14 de junio de 2017
Lejos han quedado aquellos días de verano de 2011, donde había un halo de triunfo para Roberto Sandoval y su equipo. En tan sólo seis años había logrado lo que muchos políticos no lograron en décadas: la gubernatura de Nayarit. Visto a la distancia, pocos nos habríamos imaginado hace 12 años, que aquel joven aspirante a diputado por el distrito 3, que no hilaba dos palabras y que era aficionado a la lucha libre, que usaba sombrero y sonorizaba su campaña con la pegajosa canción "Sa, sa, sa", no solo lograría llegar al congreso y después a la alcaldía de Tepic, sino que además llegaría a ser gobernador del estado y un referente obligado a la hora de hablar de gobernadores corruptos en México. Hoy, a menos de 100 días de que entregue la estafeta del gobierno estatal a quien será su sucesor, el aliancista Antonio Echevarría García -el candidato al que brindó su apoyo político y con el que comparte una amistad personal-, no hay analista político que no apueste a que será Sandoval el próximo gobernador prófugo de la justicia mexicana. Y es que después de ostentar un poder sin cortapisas, donde él concentró el poder no sólo del ejecutivo, sino también del legislativo y del judicial, de la mayoría de los ayuntamientos y de su propio partido, el PRI, en el ocaso de su gobierno, sobre Roberto Sandoval pesan acusaciones de corrupción similares a las que tuvieron en su momento otros amigos y socios suyos, gobernadores priístas también como Javier y César Duarte o Roberto Borge, ex mandatarios de Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo, respectivamente. Enriquecimiento ilícito, desvío de recursos de la secretaría de salud y sospechas de vínculos con el crimen organizado, a través de su fiscal Edgar Veytia, hoy detenido en en Estados Unidos por conspirar para traficar droga desde México hacia el país vecino del norte.
A Sandoval Castañeda se le cayó su sueño de convertirse en el hombre fuerte de nuestro estado. Fracasó su intento por imponer a un gobernador de su grupo político, tropezó prácticamente con todos sus delfines más cercanos, primero Roy Gómez, después Margarita Flores y finalmente Layín. Su animadversión hacia Manuel Cota y empatía hacia Antonio Echevarría lo hicieron abortar su apoyo al oriundo de Huaristemba y comenzó a operar facilidades para que su sucesor en el gobierno fuera Antonio Echevarría García, quien durante la campaña le regresó el favor, pues no lo tocó ni con el pétalo de una rosa. Sin embargo, Roberto debe estarse preguntando en este momento ¿Será suficiente su compromiso con Echevarría para tener impunidad los próximos 4 años? ¿la próxima legislatura, con mayoría panista, ordenará su juicio político? La incertidumbre, sin duda, debe estarle quitando el sueño al gobernador. Durante los próximos meses, ya sea para que el nuevo gobernador responda al bono democrático que los ciudadanos le otorgaron en las urnas hace una semana o bien, para que el gobierno federal busque recobrar un poco de credibilidad entregando la cabeza de uno de los suyos, veremos cómo se destapa la cloaca de lo que fue "El gobierno de la gente", comenzando tal vez por los eslabones más débiles ¿quizá Saldate y Francisco García Villela y sus permisos clonados de Taxi? ¡No lo sabemos! Sin embargo algo es seguro, pruebas no le van a faltar a quien desee investigar. La corrupción en este gobierno fue evidente, cínica y desvergonzada.
Lejos han quedado aquellos días de triunfo para Roberto Sandoval, donde lo conocían como el "guerrero electoral" y donde su grupo político se sentía empoderado y donde quizá llegaron a sentirse eternos, hoy, muchos ya nos imaginamos a Roberto Sandoval esposado, con un chaleco antibalas puesto y custodiado por agentes de la justicia que le recuerdan a cada empujón que el poder absoluto no es para siempre. EN CORTO:
Los seguidores del Dr. Polo Domínguez lo candidatean para que sea el líder de la XXXII Legislatura y desde allí sueñan que vuelva a intentar llegar a la gubernatura en 2021. Sin embargo, deberían recordar que, aunque el PAN tendrá mayoría en el congreso, los diputados panistas, en su mayoría, traen el sello del Comité Directivo Estatal del PAN, los mismos que entorpecieron las aspiraciones de Polo Domínguez y que no querrían verlo ejerciendo una "vice-gubernatura" desde el poder legislativo. Lo que sí es seguro es que el doctor Polo piensa en el Senado para 2018 y quien lo suplirá en el congreso local, es su amigo, Oscar Medina López.