Diversidad multilateralismo e inclusión requiere el mundo

El concepto “diversidad” es polisémico, y en esencia está referido a la diferencia o a la distinción entre personas, animales o cosas, esto es, a la variedad, a las cosas diferentes, a la desemejanza, a la multiplicidad, etc. Por ello puede hablarse de la diversidad biológica o biodiversidad, de la diversidad cultural, de la diversidad ecológica, de la diversidad funcional o de las discapacidades, de la diversidad geológica, de la diversidad lingüística, de la diversidad sexual o de la sexualidad humana, de la diversidad de código, etc.

El G20 en su reciente reunión en Suiza ratifica la necesidad del reconocimiento de la “diversidad” por parte de la humanidad. Y en este sentido, los nayaritas por lo menos debiéramos de reconocerle a nuestros pueblos originarios su “nacionalidad”, esto es, reconocerlos como “nación”, de tal forma que se les reconozca no únicamente su raza, sino además de reconocerles su cultura, sus creencias y su religión, habría que reconocer sus formas de gobierno, por lo menos, ya que su territorio les ha sido enajenado. Así como existen naciones que pertenecen a varios estados, como es el caso de los Gitanos, existen estados que contienen a varias naciones, como por ejemplo Bolivia. En este mismo sentido, Nayarit como entidad federativa, al reconocerle a los pueblos originarios su nacionalidad, puede constituirse como entidad plurinacional de los Estados Unidos Mexicanos.

El concepto de “multilateralismo” se deriva del concepto de “multilateralidad”, el cual en esencia significa tener relación por varios lados. En las relaciones internacionales, y para hacer referencia a la actividad conjunta de varios países sobre una cierta cuestión, se hace uso del término multilateralismo. Por eso se puede hablar del multilateralismo del mercado, de las inversiones, de los organismos multilaterales como CELAC, ONU, FMI, BM, OMC, etc. Multilateralismo es opuesto a proteccionismo, de allí que sea adecuado para la liberalización de los mercados, de las inversiones, del capital, de las fronteras y, consecuentemente para la globalización del capitalismo o transnacionalización de los capitales. En este sentido el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, se opone a que empresas de la industria de la construcción que operan en México participen conforme a las políticas proteccionistas del presidente de Estados Unidos Donald Trump y participen en la construcción del muro fronterizo que pretende llevar a cabo el gobierno norteamericano. Guajardo pidió a los empresarios analizar las amenazas internacionales que estamos enfrentando, sobre todo con la renegociación del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, y no incurrir en la tentación de alinearse con estrategias irresponsables que destruyan el multilateralismo porque habrá consecuencias a mediano y largo plazos. Y destacó que resulta preocupante que en la reciente reunión del G-20, el gobierno de Estados Unidos haya bloqueado un párrafo en el comunicado que se emitió, en el cual se invitaba a luchar contra el proteccionismo y promover el libre comercio.

El otro concepto que requiere el mundo se ponga en práctica es el de “inclusión”. La inclusión es una consecuencia lógica y necesaria de la diversidad y del multilateralismo. Si hay un reconocimiento de la diversidad y del multilateralismo necesariamente debe haber una inclusión en todas las esferas y en todos los países. Y entonces se tiene que hablar de gobiernos incluyentes o inclusivos, de educación incluyente, de política incluyente, de salud incluyente, de cultura incluyente, de moral incluyente, etc. Lo opuesto es lo excluyente. Por eso se deben adecuar las constituciones políticas, las leyes, las prácticas políticas, etc., para ser incluyentes. La inclusión debiera ser un atributo de la democracia en cuanto ésta reconociese la diversidad y el multilateralismo, sin embargo, países y partidos políticos que se dicen democráticos resultan ser excluyentes, como son entre otras, las políticas públicas norteamericanas de amurallamiento, de antilatinoamericanismo y de antirracismo, las prácticas políticas de segregarismo, de sectarismo y de aislacionismo, etc. En fin.