La desenajenación de los pueblos originarios de Nayarit
Octavio Camelo Romero
19 de Marzo de 2017
Con la consolidación del capitalismo en el siglo XVIII, no únicamente se inició el vertiginoso crecimiento y desarrollo de las ciencias y las tecnologías, sino también y a la par, se consolida en la sociedad la enajenación capitalista. Desde ese entonces, los asalariados y no asalariados dominados por los capitales han mutado sus pensamientos por el pensamiento del otro y han defendido los intereses del otro como que si fueran sus propios intereses. En México con la conquista por los españoles no sólo se privó de su identidad a las tan variadas y diversas comunidades de los nativos, sino que se les impuso una forma de creer, de razonar y de vivir totalmente distinta a la suya propia. Y desde aquel momento hasta la fecha ya han pasado varias conquistas, la última es la de Estados Unidos, pero nuestras comunidades nativas no han logrado tan siquiera reconquistar su identidad, ya no sigamos sus derechos políticos. A lo mucho a estas comunidades originarias se les nombra “etnias” en lugar de nombrarlas por el nombre propio de “nación”.
Nación es una categoría polisémica, se le atribuyen varios sentidos. Sin embargo, el concepto “nación” deriva del verbo nacer, de la noción “nació”. Por lo tanto, tiene que ver con el nacimiento dentro de cierta comunidad humana, con determinadas características socio-culturales compartidas, con definidas costumbres, modos de ser, modos de comportarse, modos de gobernarse a sí mismo, etc. Una nación también es una concepción política, entendida como el sujeto en el que reside la soberanía de un Estado. Y este sentido se hace prevalecer para negarles a los pueblos originarios su categoría de “nación”.
De aquí podemos afirmar que el concepto de nación posee por lo menos dos sentidos; uno es el sentido jurídico-político que tiene que ver con soberanía, Estado, territorio, etc., y el otro es el que se refiere a una noción socio-histórica ideológica y cultural de mayor subjetividad que describe a un grupo humano donde se comparten determinadas relaciones sociales y culturales comunes. Es relevante considerar que la concepción cultural de nación implica que sus integrantes tengan conciencia de que forman parte de un grupo ético-político distinto a otros, ya que allí se comparten, entre otros rasgos, la lengua, las creencias, la tradición o la historia. La relevancia de este aspecto consiste en que, si reconocemos a nuestras etnias como nación, les damos la oportunidad de desenajenarse de aquellos elementos culturales y políticos que desde la conquista seles han impuesto y pueden reconquistar sus creencias, organización política y sus antiguos territorios quitados por la civilización capitalista. O por lo menos, se les pueden reconocer el territorio donde están asentados como propio y se les puede devolver la libertad para hacer uso de su forma especial y espacial de gobernarse. Si nuestras etnias son reconocidas como nación, Nayarit sería la primera entidad multinacional de México. En fin.
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