Tratos inhumanos al por mayor
Sergio Mejía Cano
17 de Marzo de 2017
Es común ya en la mayoría de nosotros los mexicanos seguir la tónica del olvido colectivo y no volver a recordar algo, aunque sea de gran trascendencia hasta que vuelve a suceder algo referente a eso que omitimos en nuestra mente quizá por lo desagradable que pudiera resultar para nuestro estado de ánimo, pues es preferible siempre pensar en cosas sanas y no incómodas.
Recientemente se dio la noticia en la mayoría de los medios informativos tanto a nivel nacional como local, y desde luego que no podría faltar en las dichosas redes sociales, sobre un video por demás humillante para la mayoría, si no es que de todos quienes han tenido acceso a mirarlo en toda su extensión. Se trata de unos presos que se cubren sus cuerpos con ropa íntima femenina, haciendo labor de limpieza en cuclillas, siendo dirigidos aparentemente por otros reclusos que también se observa que los golpean con saña. En un inicio se dijo que estas escenas pudieron haber sido grabadas con teléfono celular en el interior del penal de Topo Chico en el estado de Nuevo León; sin embargo, posteriormente las autoridades correspondientes desmintieron esta versión afirmando que se trataba del penal de Apodaca, en el mismo estado norteño. Pero como haya sido y en donde haya sido, las imágenes mostradas son por demás denigrantes para la raza humana de todos los tiempos, porque se supone que al ser una raza aparentemente civilizada, la humanidad no debería hacer estos actos y mucho menos soportarlos en ninguna de sus formas.
Y como señalan analistas y enterados, de que esto es cosa de todos los días en cualquier penitenciaría grande o pequeña que sea en todo el país, ya que tal vez por comodidad, las autoridades penitenciarias se hacen de la vista gorda disimulando que existe un auto-gobierno en el interior de todas las cárceles; comodidad porque así se evitan ponerse en riesgo tanto los dirigentes como su personal de vigilancia y ahí los dejan que se hagan bolas para que el más fuerte y poderoso interno tome a los demás como sus súbditos.
Es probable que la mayoría de nosotros tengamos familiares, conocidos, amigos o sepamos por otros medios cómo se masca la iguana en el interior de los penales, pues para nadie es desconocido que entre los mismos internos haya mandamases que llevan el control casi absoluto de los demás presos, casi porque es probable que tengan que rendir cuentas porque al fin y al cabo no se mandan solos y necesitan que alguien les dé esa fuerza dentro de los penales para que puedan hacer y deshacer para después tener que reportarse con ese alguien que les permite hacer de las suyas.
Y así como ahora salen a relucir reclamos de la sociedad por las imágenes difundidas y que se dice sucedieron dentro de un penal neoleonés, y las autoridades se abocan a llevar a cabo una revisión a fondo de las celdas y de nueva cuenta se informa que fueron encontradas armas, puntas metálicas con las que se puede hacer daño grave y hasta mortal, teléfonos móviles y se han dado casos en que se informa que hasta televisores se han encontrado en las celdas de los penales que son revisados; lo malo es que con el tiempo esto tiende a olvidarse colectivamente y cuando vuelve a suceder algo similar, otra vez se vuelven a encontrar armas de diversos tipos, celulares, televisiones, etcétera, etcétera.
Cosas parecidas a las que se difundieron respecto a esta nefasta noticia, podrían estar pasando en este momento en otras penitenciarías o cárceles de poblaciones pequeñas; incluso hasta violaciones tan comunes con los acusados de ser violadores de menores, desde luego actos permitidos por las autoridades carcelarias supuestamente para aplicar la ley del talión porque los demás presos así lo piden al estar “mucho muy” ofendidos con la presencia de un violador de menores.
¿Que no sería sano que se implantaran de nuevo las revisiones sorpresa en las penitenciarías existentes en toda la nación mexicana? Pero imprevistas y sin ningún aviso de por medio, ya que si se planea una revisión a determinada cárcel con días de anticipación, no faltará quién dé aviso con oportunidad para que así cuando llegue el momento de dicha revisión la cárcel invadida parezca una guardería infantil. No, el caso es que sea de improviso sin que trascienda más allá de una habitación lo que se va a hacer y en dónde, para así realmente tomar desprevenidas tanto a las autoridades penitenciarias como a las mafias al interior, para así dar un verdadero golpe a la corrupción imperante en las cárceles mexicana.
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