Fondo de pensiones de la UAN se lo llevó el diablo
Oscar González Bonilla
15 de Marzo de 2017
El fondo de pensiones de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) se esfumó, seguro es que el diablo se lo llevó, terminó en la malhadada administración rectoral de Juan López Salazar, se empecina en manifestar José Antonio Aguilar Ramírez.
“En el año 2014 se colapsó, ya no existe desde el punto de vista financiero, pero administrativamente el fondo de pensiones persiste. En 2011 empezó el descenso y en 2014 tocó fondo”, sostiene Aguilar Ramírez, representante de maestros jubilados del SPAUAN.
Enseguida responsabiliza al ex rector Juan López Salazar de haber sido juez y parte en el manejo del fondo de pensiones, al tiempo que da a saber la desviación de recursos hacia funciones no sustantivas como lo fue pago de prestaciones contractuales a maestros de la universidad.
Desde su especial punto de vista, Antonio Aguilar manifiesta la urgencia de crear un fondo de pensiones con su respectiva reestructuración administrativa, difícil en este momento porque la UAN, según su propio dicho, tiene crisis financiera bastante fuerte, muy aguda.
En este momento la administración central cumple con la obligación de pagar pensiones a todos los maestros y trabajadores jubilados, “pero lo hace por medio del gasto corriente, del presupuesto normal. El fondo de pensiones debería recibir 18% por parte de la universidad y 6% por los trabajadores, lo que suma 24%, pero la nómina de pensionados y jubilados es del 33%, en consecuencia existe un déficit del 9% que se sustrae del presupuesto de la UAN.
Luego entonces, Aguilar dice que la UAN registra problemas financieros para cubrir la nómina del personal activo, imaginemos los conflictos para pagar nómina del personal pensionado y jubilado, de allí la urgencia de reestructurar el fondo de pensiones.
El grueso de universitarios, jubilados y pensionados no acepta cualesquiera movimientos del fondo hasta en tanto haya muy en claro, certeza y transparencia del manejo en el pasado del dinero del fondo, desde 2003 -año que entró en operación- hasta 2014. “En ese periodo Juan López Salazar manipuló a su antojo el fondo de pensiones, en su administración se acabó porque hubo desvío de recursos hacia la solventación de pasivos o prestaciones”.
Antonio Aguilar está enteramente convencido que el fondo de pensiones de la UAN se convirtió además en la caja chica del, en ese entonces, rector Juan López. Dispuso de las cuotas a su libre albedrío.
Son mil 500 los maestros y trabajadores que están en riesgo de no recibir en fecha próxima el pago de sus pensiones.
A pregunta expresa, Aguilar sostiene que no debe haber borrón y cuenta nueva, pero a la vez calcula que no existe voluntad política del gobierno de Nayarit -vía Fiscalía General del Estado donde se han asentado denuncias penales contra presuntos responsables que no han transitado con la rapidez que se demanda- para resolver el asunto. Pareciera que al no haber castigo se solapa la corrupción. “Los universitarios ni el pueblo de Nayarit debe permitirlo”, apunta.
PRESUPUESTO DEL GOBIERNO ESTATAL A PREPAS
El representante de un grupo significativo de maestros jubilados del SPAUAN tiene su propia versión al indicar que debiera ser el gobierno de Nayarit, cuyas riendas lleva Roberto Sandoval Castañeda, el que aportara presupuesto suficiente para la funcionalidad de las 15 preparatorias con pertenencia a la UAN y que se encuentran diseminadas en municipios de la entidad.
Detalla Antonio Aguilar: para la funcionalidad de las preparatorias se requiere el 25% del presupuesto global y a éste el gobierno estatal aporta solo el 13%. La Secretaría de Educación Pública envía presupuesto homologado para la educación superior, por tanto de allí la UAN cubre necesidades de las quince preparatorias consideradas de educación media. Por ello es más que urgente el aumento del presupuesto o subsidio a la UAN por parte del gobierno de Nayarit.
José Antonio Aguilar Ramírez repitió lo dicho por él en diferentes foros: “Es de vital importancia refundar la UAN, ello implica análisis al detalle de los programas académicos, modificar legislación universitaria, para que retome funciones sustantivas que originaron su creación: docencia, investigación y difusión de la cultura, mismas que en los últimos años dejan mucho que desear.
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