Tepic, Nayarit, martes 23 de abril de 2024

Raúl, cubano-mexicano-latinoamericano-universal

Miguel González Ibarra

10 de Marzo de 2017

La elevación de Raúl es evidente e indiscutible. Su estatura de gigante de la historia es indudable. Una vez más, la grandeza de Cuba, brilla como las estrellas resplandecientes y luminosas, en medio de la noche y del inmenso e infinito espacio.

El Presidente cubano Raúl Castro defiende a México como el que más, mostrando su estatura de dirigente latinoamericano y mundial, al expresar en la Cumbre del ALBA, celebrada recientemente en Caracas, su rechazo contundente a la construcción del muro en la frontera de nuestro país y Estados Unidos, amenazado por el mandatario Donald Trump.

La contundente declaración del Jefe de Estado de la isla, interpreta fielmente y a la perfección, el sentimiento de 120 millones de personas que habitamos la grandiosa república mexicana, pero, a la vez, el de todos los humanos que radican en la Unión Americana (exceptuando a los imperialistas) y Canadá, así como el patriotismo de todos los latinoamericanos y los seres que poblamos los cinco continentes del planeta.

El muro es una ofensa no solamente a los mexicanos. El muro es una ofensa también al pueblo norteamericano. El muro es una ofensa a los pueblos de Latinoamérica. El muro es una ofensa a todos los pueblos de la tierra.

Raúl es un líder mundial. Como lo fue (y es) Fidel. En esta Cumbre del ALBA, llevada a cabo hace apenas pocos días en la capital venezolana, contundente, sin medias tasas, al grano y a la yugular, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, dijo:

“El muro que se pretende levantar en la frontera norte de México es una expresión de esa irracionalidad, no solo contra este hermano país, sino contra toda nuestra región. Expresamos la solidaridad de Cuba con el pueblo y gobierno mexicanos. La pobreza, las catástrofes, los migrantes no se contienen con muros (Aplausos), sino con cooperación, entendimiento y paz”.

Tiene toda la razón Raúl. El muro, anunciado por Trump, no detendrá el paso de las personas de cualquier país, incluyendo México, a los Estados Unidos. En el caso de ponerse, la gente seguirá pasando y el fenómeno de los migrantes continuará. El muro no acabará con el cruce de compatriotas a la nación vecina, coincidiendo con esto, el Papa Francisco, al señalar que no es cristiano levantar muros, sino, lo que la humanidad debe construir, son puentes de hermandad, fraternidad, cooperación, entendimiento y paz, exactamente, en la misma línea del Presidente Cubano Raúl Castro.

Y, en efecto, la pobreza, las catástrofes y el problema social de los migrantes, sólo se resuelven con cooperación entre todos los países, en particular, en este caso, entre México y Estados Unidos.

La cooperación, el entendimiento y la paz, referidos por el Presidente de Cuba, incluye, necesariamente, crear las condiciones productivas y de desarrollo en México, para evitar que nuestros hermanos se vayan a Norteamérica a buscar empleo y mejores condiciones de existencia, que, aquí, en nuestra patria, no encuentran, causa a las políticas elitistas y oligárquicas, aplicadas por los gobiernos salvajes y genocidas que siguen al pie de la letra los dictados de Washington.

Nuestro país tiene todos los recursos para asegurar puestos de trabajo a la población entera; claro, necesitamos una estructura diferente, democrática, que ponga el acento en construir un modelo que reparta con mayor equidad la riqueza generada por los mexicanos.

Por fortuna, Latinoamérica ---que también padece el flagelo de la migración a los Estados Unidos--- ha arrancado la edificación de un sistema que privilegia el interés social de las comunidades y separándose del indigno mote de ser el patio trasero del imperio yanqui.

Las palabras de Raúl significan mucho. Raúl habló por todos, habló a nombre de 120 millones de mexicanos, habló a nombre de trescientos millones de norteamericanos incluyendo a los canadienses, habló por toda la comunidad latinoamericana, pero, de igual, Raúl Castro, al oponerse a la construcción del muro Trump en nuestra frontera mexicana, habló en nombre de siete mil millones de seres humanos que habitamos en el globo, ya que la absurda obra, ofende a hombres y mujeres de todo el globo.

Raúl, así, es un cubano-mexicano-latinoamericano-universal. Tal fenómeno, fue presagiado por Diego Rivera, al destacar la imagen de José Martí, El Apóstol, en su inmortal obra referida a La Alameda de la capital del país, cuyo personaje de nuestra historia, también es un cubano-mexicano-latinoamericano-universal, exactamente, igual que Raúl.

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