Tragedia femenina
Sergio Mejía Cano
10 de Marzo de 2017
Hubo algunas personas que me cuestionaron el porqué había puesto en un escrito que el 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, y me mostraron algunos mensajes de las redes sociales que criticaban también dicha palabra, porque no es una celebración, sino una conmemoración, ya que se está conmemorando una tragedia en donde al menos 150 mujeres, la mayoría inmigrantes, habían perdido la vida en un trágico incendio en las inmediaciones de Nueva York.
Así que me di a la tarea de buscar en el diccionario y comprobé que el verbo “celebrar” es aplicable igual que conmemorar, por lo que escribir celebrar o conmemorar no altera la esencia. Y da la casualidad de que en la hermana República de Guatemala en estas fechas conmemorativas a la mujer, acaece una tragedia debida a un incendio en una supuesta casa hogar o refugio para menores que se dice, son víctimas de violencia intrafamiliar, en donde perdieron la vida al menos 31 niñas que de acuerdo a la información en varios de los medios informativos, se señala que dicho incendio pudo haber sido provocado por las mismas internas para protestar y llamar la atención sobre maltratos, vejaciones y posibles violaciones de estas menores de edad.
Lo curioso del caso, es que solamente cuando pasa una tragedia es como se da cuenta la opinión pública de que las cosas no andan bien en los centros de encierro, talleres, fábricas o cualquiera otro lugar en donde laboran mujeres en condiciones quizás hasta infrahumanas. Porque de no haberse incendiado aquella fábrica textil en las cercanías de Nueva York y que según la nota referente estaban encerradas bajo llave las mujeres que dieron pie para que hoy se conmemore o celebre el Día Internacional de la Mujer, nadie se hubiese dado cuenta de que esas mujeres tal vez eran explotadas en forma inmisericorde. Y ahora con la desdicha que sufrieron las jovencitas en Guatemala, comienza a destaparse una posible cloaca de donde poco a poco o de trancazo irán apareciendo muchas cosas oscuras que sucedían al interior de ese refugio o casa hogar, porque suele suceder que cuando se escarba más a fondo, salen a flote hasta torturas y castigos severos peor de lo que se ha escrito respecto a la Santa Inquisición.
Así ha pasado aquí en Tepic, como cuando una madre de familia protestó por cómo trataban a uno de sus hijos en una de esas casas para rehabilitación de los adictos al alcohol o las drogas, tal y como se ha documentado que sucede en otras partes del país. Y resulta que de no haber quejas de los familiares de los internos, en algunas ocasiones hasta se les han muerto por alguna razón, pero no por poner a los internos en lechos de rosas. Claro que esto de las casas de rehabilitación, muchas de ellas sin permiso de funcionamiento, los hechos se dan en varones, aunque podría darse el caso de que también mujeres hayan sufrido alguna vejación en uno de estos centros curativos.
Se conmemora el Día Internacional de la Mujer en gran parte del mundo occidental y por ende en nuestro país, pero ¿se investiga acaso si ya no hay talleres de costura o fábricas clandestinas de calzado u otro rubro, como los que quedaron al descubierto en el temblor en el entonces Distrito Federal (DF), en 1985? Porque una característica que es común en muchos de nosotros los mexicanos, es el olvido colectivo, porque al poco tiempo en que sucede alguna tragedia, como que se va diluyendo su recuerdo en la mayoría de las personas; obvio que es inolvidable una tragedia para los familiares de quienes perdieron la vida o quedaron malheridos o con serias secuelas por algún siniestro, sismo o porque se derrumbó el galerón en donde trabajaban.
Es probable que hoy en día sigan existiendo talleres similares a los que tanto se habló en su momento en aquel aciago mes de septiembre de 1985 en el DF, pero como no se han incendiado ni ha vuelto a haber otro terremoto igual, pues ya no se investiga porque no hay quejas al respecto, ¿y por qué no hay quejas? Pues porque muchas de las mujeres que son explotadas en estos talleres necesitan el trabajo y porque varias de ellas llegaron a la hoy Ciudad de México de la provincia y no han encontrado otro acomodo más que ser explotadas durante varias horas del día y sin que nadie diga o haga nada mientras no haya quejas de parte de las mismas trabajadoras.
Es posible que infinidad de mujeres mexicanas ni se enteraron que se conmemoró su día en este mes de marzo o lo celebraron trabajando como siempre: con bajos salarios y muchas horas de servicio.
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