2017
Miguel González Ibarra
31 de Enero de 2017
No hay duda: 2017, es el año de Nayarit. Las condiciones objetivas, tal y como lo enseña la teoría de la democracia, están dadas. Las subjetivas, se construyen, paso a paso. Van bien. Se arman con genialidad. Los constructores, son nayaritas que trabajan con extraordinaria responsabilidad.
El PRI, llegó a su final. Ya no puede seguir, ya no debe seguir. Es el clamor que se oye por todas partes. El estudiante, lo dice, igual el albañil, lo mismo que el ejidatario, todos, por todas partes, se escucha que el PRI perderá las elecciones de este junio que viene.
La Alianza, integrada por PRD-PT-PAN-PES, es la que se colocó en la ruta de alzarse con la victoria político-electoral e iniciar, desde los palacios públicos, las grandes y profundas transformaciones que la población nayarita ha anhelado a lo largo de lustros y décadas anteriores.
¿Se puede con la derecha panista y la izquierda, gobernar un estado como el nuestro?
¡Claro, que se puede! La política no es acto de fe religiosa. La política es actuar, a partir de la realidad particular y concreta. Nayarit muestra una realidad política particular, diferente a la de los demás estados de la república.
Aquí, estalló la primera huelga obrera contra la dictadura de Porfirio Díaz en 1905, antes de Cananea y Río Blanco, éstos, considerados por la historia nacional, cunas de la Revolución Mexicana de 1910.
Aquí, arrancó el Poder Popular en México, a través del XXVI Ayuntamiento de Tepic, que entregó el gobierno al pueblo organizado en Comités del Pueblo y Comandos de Vigilancia, un modelo conducido por Alejandro Gascón Mercado, el mejor gobernante a nivel de alcaldía de la historia nacional, desde que Hernán Cortés instaló la vida municipal mexicana, en la Villa Rica de la Veracruz, el primer cabildo conformado hace medio milenio.
Estos dos acontecimientos nos hacen distintos al resto del país y nos ofrecen una categoría excepcional en la escena de la historia nacional.
La Alianza, estructurada por PRD-PT-PAN-PES, es ya, sin exageraciones ni falsos triunfalismos, la primera fuerza política de Nayarit. Quién no lo crea, se equivoca rotundamente. El logotipo del PRD, está metido en cada hogar nayarita, por tratarse de un partido que emergió de un poderoso movimiento de masas nacional, que estremeció el sistema priista que tanto daño ha causado al pueblo trabajador de México. El PT, es un partido nayarita que ha aportado un sistema de enseñanza creativo e innovador, que muy pronto se aplicará en todas las escuelas públicas de nuestro estado, siendo, tal circunstancia, un mérito del Diputado Jaime Cervantes Rivera, al frente de un gran equipo de profesionales de la educación. El PAN, es un partido que ha hecho su aporte a la vida política del estado, contando con un voto duro que los adversarios y enemigos, no pueden subestimar, porque, de hacerlo, no acertarán en el balance para diseñar su estrategia electoral. Y el PES, de reciente creación, aporta sangre joven a este insólito proyecto.
La suma de los cuatro, conduce irremediablemente, a la multiplicación, fórmula indispensable para alcanzar la victoria por los poderes Ejecutivo, Legislativo y municipales, cuyos resultados, son decisivos en y para la integración, también, del Poder Judicial nayarita.
En este cuadro, hizo José Luis Sánchez González y la izquierda, un programa que ya ningún partido ni candidato, podrá superar, bajo la denominación de “SENTIMIENTOS DEL PUEBLO NAYARITA”, mismo que recoge las demandas y aspiraciones más sentidas de nuestro pueblo a lo largo de su historia.
Quien se atreva a desdeñar esto del programa de gobierno aportado por la izquierda ante los cuatro partidos de la Alianza, se queda muy corto en su análisis y subestima el carácter ya victorioso de este proyecto, el cual, iniciará las grandes y profundas transformaciones que se llevarán a cabo en estas tierras.
Lo que encierra el programa de gobierno denominado LOS SENTIMIENTOS DEL PUEBLO NAYARITA, es la defensa de los intereses soberanos de la entidad, entrelazados orgánicamente, a los sagrados y elevados intereses sociales de los trabajadores nayaritas, tanto del campo como de la ciudad.
Por todo esto, 2017, es el año de Nayarit. Definitivamente. Sin lugar a ninguna duda. Y lo esperamos con mucho entusiasmo.
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