Tepic, Nayarit, martes 03 de diciembre de 2024

Hay cosas que no se pueden ocultar

Sergio Mejía Cano

23 de Diciembre de 2016

Se dice comúnmente que el amor, lo tonto y el dinero no se pueden ocultar, así que el problema financiero por la que se informa que atraviesa la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) es un caso que no se quiere ni se pretende aclarar en lo inmediato, porque de querer resolverlo, desde que se prendieron los focos de alerta hasta el día de hoy, ya estuviera dada la aclaración a la opinión pública.

Se entiende que el dinero no se puede esfumar por sí mismo y aunque se quiera desaparecer, siempre deja una huella qué seguir, porque por lo regular queda una punta de la madeja que si se quiere, al darle el jalón lleva a donde está.

Es una tristeza que el flamante rector Jorge Ignacio Peña González esté dando muestras de una acción pusilánime al no imponerse de acuerdo a su cargo que es regir y por lo mismo exigir de inmediato que se aclare todo sin contemplaciones de ninguna especie o en su defecto le diga a la opinión pública que no hay nada qué hacer porque el desfalco a la UAN ha sido generado de acuerdo a un nuevo programa derivado de la Reforma Educativa, porque no nada más la UAN es la que padece este problema de falta de recursos, sino que también lo tienen otras universidades del país, como la de Sinaloa en la que también sus trabajadores y plantel docente están en plan de protesta por falta de pago de sus quincenas laboradas y al igual que aquí en Nayarit, no han recibido el pago de sus aguinaldos. Así que esto lleva al mal pensamiento que el estar desestabilizando la máxima casa de estudios es siguiendo un propósito con fines oscuros que nadie se atreve a decir cuáles son, porque no por nada ya tiene tiempo que se quedan infinidad de estudiantes sin poder ingresar a la enseñanza media y superior con el pretexto de que no hay lugar y de que ya están muy saturadas determinadas carreras por lo que esto ha generado que se abran otras universidades de carácter público-privado, tal vez para ir desapareciendo poco a poco las universidades públicas.

Me comenta un amigo de la infancia que ahora es profesor pensionado que había llegado un artículo a sus manos, que por cierto no decía el nombre del autor porque se lo había transcrito una profesora, y que decía más o menos que: “el 5 de marzo de 1993 el PRI y el PAN aprobaron la reforma al artículo tercero constitucional para limitar la gratuidad de la educación pública solo a nivel de primaria y secundaria, y se dejó al mercado, como si fuese una mercancía, la educación media superior y universitaria. Y a partir de entonces, cada año se rechaza a 300 mil jóvenes que aspiran a ingresar a esos ciclos. Y que para justificar este absurdo, se implantó la mentira de que los jóvenes no pueden ingresar porque no pasan el examen de admisión, cuando en realidad lo que sucede es que por falta de presupuesto no hay cupo para ellos en los planteles públicos. Y esto ha generado que la matrícula en escuelas privadas haya crecido de 16 al 37 %. Por lo que en pocas palabras queda claro que la educación en México se está privatizando y solo podrá estudiar quien tenga los recursos económicos con qué mantener sus estudios”.

Lo anterior me hizo recordar lo que se decía de la hermana República de Chile antes de que el mártir Salvador Allende alcanzara democráticamente la Presidencia de esa nación, pues estaba documentado que a la educación superior, al sacerdocio y al ejército, solamente podían aspirar los hijos o descendientes de gente pudiente, de la alta burocracia y de generales o cúpulas militares, quedando vedada esta aspiración a gente del pueblo que ni soñar podían en llegar a tener una carrera profesional, o a ser ministro de la Iglesia Católica, ya no se diga Cardenal o Arzobispo y en las fuerzas armadas, jamás llegar a ser general. Aclaro, eso estaba documentado, por lo que ignoro si después del asesinato de don Salvador Allende, el general Augusto Pinochet haya vuelto todo al pasado y de nuevo darle esos “privilegios” a la casta oligárquica y burguesa.

Pero volviendo a lo de la UAN, bien se dice que querer es poder, por lo que si en verdad se quisiera arreglar el asunto financiero que padece, ya estuviera resuelto desde que se supo del mal manejo de los recursos. Mal manejo porque de que entró dinero a la UAN, claro que sí entró o al menos se supone que le tuvo que llegar el 12 % que dice el recibo del pago del predial bajo la clave 809; y si bien el predial no lo paga mucha gente, con lo que se recaudó bien pudo ser una buena cantidad de dinero la que entró por este concepto, ¿o no?

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