Examen de reglas de tránsito, y de trato humano
Sergio Mejía Cano
23 de noviembre de 2016
Pues se comenzó a correr el rumor de que aumentaría el precio del pasaje en el servicio de transporte urbano (STU) y empezaron a salir a la luz comentarios en contra del mal servicio que se ofrece en la capital nayarita; pero más, el mal comportamiento de muchos de los choferes que se comportan en forma altanera y grosera con el pasaje. Sin embargo, esto es como todo, pues hay conductores del STU amables y otros que dejan mucho qué desear de su calidad humana. Desde luego que todo quedó en eso: en un rumor, que ya tiende a desaparecer porque este martes en la mayoría de los medios informativos aparece la nota en que el gobierno estatal afirma que no subirá el precio de las tarifas del STU. Se entiende que se han incrementado enormemente el precio de refacciones y más, si se requiere que sean de importación debido a la inestabilidad de nuestra moneda con el dólar, y obviamente por el aumento imparable en el precio de los combustibles; pero debe entenderse aún más la precaria situación económica de la población por la falta de empleo y de los bajos salarios que percibe la masa de la clase trabajadora. Y cuando los permisionarios exigen aumento precisamente por lo costoso que les resulta el mantenimiento de las unidades, así como su movimiento, es cuando buena parte de la población se pregunta por qué siguen ahí si dicen que es incosteable, porque si algo es incosteable pues se busca otro rubro que sí deje ganancias; sin embargo, con quejas de por medio, lamentos y lloriqueos, los permisionarios y concesionarios del STU siguen ahí, ¿por qué? Pues posiblemente porque si bien no ganan lo que solían ganar y ahora ganan poco, de todos modos les ha de dejar algún margen de ganancia, ya que de otra forma pues dejarían de ser permisionarios o concesionarios, ¿o qué no? Lo extraño es que varios –no todos- de los conductores del STU les hacen segunda a sus patrones, siendo que se ha documentado que laboran con un gran descontento por la forma en que los trata la clase patronal, haciéndoles malas cuentas con los boletos, sobre todo los de estudiantes y tercera edad, así como cobrarles el diesel y según algunos, hasta cobrarles las reparaciones que necesiten los vehículos a su cargo. Y lo raro es que en caso de que se llegara a aumentar el precio del transporte, en realidad no significaría gran beneficio para los choferes, excepto para los que se dice hacen chanchullo y triquiñuelas con la venta de boletos que tal vez con un pequeño incremento también podrían llevarse algo más de dinero a su bolsillo. Y esto porque comentan varios usuarios que han visto que algunos choferes traen a bordo un amigo viajando junto a la puerta delantera y que cuando van a abordar varios pasajeros el chofer le indica a este acompañante que cubra o le mueva algo a una de las barras contables de pasaje o en su caso como los que no dan boleto al pasaje y otras tantas tranzas que solamente quien las hace sabe cómo hacerle. Pero volviendo al mal comportamiento de algunos choferes, qué no cabría la posibilidad de que antes de entregarles una unidad del STU para que la trabajen hacerles un examen psicológico o instruirlos en trato social y humano y hacerles entender que si bien tienen un itinerario al que tienen que sujetarse y ajustarse con sus tiempos, es más importante el pasaje que dicho itinerario y que los semáforos, porque da la casualidad que infinidad de conductores de servicio le hacen más caso a los semáforos que al pasaje que les indica parada para abordar y a quien solicita parada para apearse lo hacen hasta que pasan un semáforo y más si éste ya se ha puesto en preventiva. Y desde luego antes de otorgarles la licencia de manejo, hacerles un examen general de reglas de tránsito a conciencia y no someramente, para en caso de verse involucrados en algún tipo de accidente por omisión de alguna regla de tránsito vehicular se les haga ver lo que contestaron en su examen de reglas, tal y como un comparativo de que tenía que haber cumplido igual como respondió en el examen de conocimiento de reglas; pues se tiene entendido que si una persona tiene en mente lo que respondió en un examen, automáticamente lo tiene que aplicar a la hora precisa. Un camión de la ruta Indeco-1 va por la Victoria y enfrente del templo de San José hay pasaje que le pide la parada a quien lo conduce y el chofer no se detiene, diciéndole a un señor que lo acompaña que si se paraba lo iba a agarrar el alto en la Juan Escutia; y añade que le faltan cinco minutos para llegar a la base.
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