Tradiciones arraigadas

Resulta sorprendente cómo hay padres de familia, las mamás sobre todo, en que hacen hasta lo imposible para que sus pequeños tengan un disfraz para el mentado “Halloween o día de brujas”, con tal de no quedarse atrás respecto a otras familias que quizás por ser más pudientes no batallan para engalanar a sus niños ese día que cada día cobra más auge en nuestro país debido a la comercialización y la mercadotecnia mediática en que tal vez a muchas mamás les haga pensar que si no lo celebran junto con sus retoños andan fuera de base o que de no hacerlo, sus bodoques sufrirán traumas insuperables que no los dejarán desarrollarse debidamente en su vida adulta.

Lo bueno es que el tradicional día de muertos no ha perdido potencia y sigue en vigor, sobre todo los altares referentes en donde da gusto ver a jovencitos de escuelas secundarias y preparatorias armando sus altares de muertos en sus planteles escolares; y esto es bueno porque estos jovencitos cuando sean papás y mamás le transmitirán a sus hijos la tradición tan arraigada en nosotros  ancestralmente.

Es curioso el ingenio al que recurren algunas mamás para vestir a sus chilletas de la manera que sea con tal de que el niño se sienta a tono con sus vecinitos, así sea utilizando el lápiz labial de mamá para pintarse el rostro, tomar una cobijita del hermano pequeño para figurar la capa de un vampiro o haciéndole unos agujeros al pañuelo de papá para simular los ojos oscuros de un fantasma, etcétera. Claro que hay gente que acude a las grandes tiendas para adquirir todo tipo de artículos referentes al día de brujas ya hechos, pero queda claro que el grueso de la población de las colonias populares no tienen esa capacidad de compra por lo que como sea, pero de que sus hijos se disfrazan, se disfrazan. Aunque como dijo alguien por ahí, que hay niños que no necesitan ningún disfraz, que con dejarlos tal y como están y como son quedan a tono para el día de brujas.

Es obvio que el festejo de ambos acontecimientos tiene polarizada a buena parte de la población debido a que una parte apoya el día de brujas y la otra hasta clama porque lo habían de cancelar por ser a todas luces una celebración extranjera, y todo por la gran influencia que ha tenido en los últimos años el modo de vida norteamericano y que muchos paisanos añoran ese modo poniéndolo en práctica en nuestro propio país para sentirse supuestamente más modernos, del primer mundo y quizás también por aquello del qué dirán. Y estos defensores de las tradiciones extranjeras muchas de las veces les retoban a los tradicionales mexicanos que por qué también festejan y celebran la navidad, siendo que también es de origen extranjero; sin embargo, en cuanto al tradicional día de muertos los detractores de las tradiciones mexicanas no tienen nada qué decir porque topan en pared, ya que está documentado que la celebración del día de muertos ya se llevaba a cabo desde mucho antes de la llegada de los españoles a este continente; que se haya mezclado con las creencias religiosas traídas por los iberos de allende la mar océano, es otra cosa. Además se dice que la celebración del día de muertos fue algo que los españoles no pudieron erradicar en modo alguno, por lo que mejor optaron agregarle su substancia para así darle un matiz más acorde a su dominación.

Pero como sea, de todos modos muchas familias después de hacerles el juego a sus hijos disfrazándolos de monstruos para el día de brujas, para el día de muertos los llevaron a contemplar los altares que se instalaron a lo largo de la Calzada del Panteón y desde luego, la también tradicional visita a las tumbas donde reposan los restos de nuestros seres queridos. Y muchas de estas familias también pusieron sus altares en sus propios domicilios, así que se podría decir que ya están mezcladas una fecha con la otra y no hay quien pierda; porque lo malo sería que poco a poco el día de brujas fuera desplazando al día de muertos, cosa que no es así, y eso de malo es un decir porque está visto que el festejo y celebración del 2 de noviembre no morirá al menos en los próximos mil años.

Así que eso de que muchos mexicanos festejen el dichoso Halloween y posteriormente el día de muertos, es una buena señal porque en realidad esto no afecta en lo absoluto a nadie más que a quien le gusta hacerse la vida pesada renegando de todo y de todos.

Lo malo en sí es que tal y como están las cosas en cuestión económica hoy en día, los gastos que generan estas fechas sí que lastiman muchos bolsillos.